6 de abril, casa de Zoe
- Keyla- la rubia frunció el ceño girándose un poco en el sofá para ver a Zoe entrar por la puerta como un huracán- Tengamos una cita.
- ¿U-una cita? ¿Ahora?- preguntó algo asombrada, incorporándose recta. Zoe sonaba demasiado emocionada como para tratarse de una broma.
- Si, rápido, ves a por algo de ropa y nos vamos- la policía dejó dos golpecitos en su hombro para que se diera prisa- Quiero llevarte a un sitio.
Keyla asintió,y algo confundida se fue a la habitación que había estado ocupando durante una semana. Así era, había pasado ya una larga semana desde que Keyla se había instalado en la casa de la mayor. Hoy Zoe tenía el día libre, así que había salido a tomar algo con sus amigas, lo que la rubia no se esperaba era que viniera con ganas de tener una cita.
Las cosas habían cambiado un poco entre ellas, los besos se habían convertido en toda una rutina para ambas, algo que los primeros días era completamente nuevo y las hacía poner nerviosas, ahora lo hacían con completa naturalidad.
- Te he cogido prestada una sudadera, espero que no te importe- Keyla volvió a aparecer en el salón usando ropa de Zoe. Tenían que ir urgentemente de compras, pero hasta entonces, la mayor disfrutaría de ver a Keyla con su ropa.
- No te preocupes, te queda genial- algo tímida bajó la mirada al suelo. Zoe sonrió con autosuficiencia al ver el color rojo ocupar la mayor parte del rostro de la mujer que tenía en frente- Venga, vamos- la policía estiró su mano dándole un leve apretón a la pequeña.
- ¿Vamos a ir con el coche?
- No, prefiero caminar- Keyla asintió, tomando la bufanda que le regaló Zoe cuando se rompió la mano, para ponerla alrededor de su cuello.
Empezaron a caminar por las calles a paso lento, sin prisas. Zoe había llegado sorprendentemente pronto de la reunión con sus amigas, así que aún era temprano para preocuparse de que se hiciera de noche.
Aquella semana había sido rara en muchos términos. Keyla no estaba acostumbrada a aquella paz, no estaba acostumbrada a levantarse con el desayuno hecho, tampoco a poder hacer lo quisiera, y mucho menos a tener una persona a su lado preocupándose por ella.
Zoe era un ángel, su ángel.
La mayor por su lado estaba inquieta, aún recordaba el suceso de la semana pasada, Keyla regresó tarde, realmente tarde, tanto que la policía ya había empezado a pensar que la pequeña había vuelto a su casa.
Flashback
Con desesperación Zoe caminaba de un lado a otro del salón. Ya eran las doce de la noche y no había rastro de la más pequeña ¿Y si había vuelto a su casa? Se pasó las manos por el pelo, sacando algunos mechones de su perfecta coleta. Si tan solo tuviera una forma de poder comunicarse con ella no estaría ahora mismo perdiendo la cabeza.
El sonido de su timbre hizo que corriera de un lado a otro para poder ver a través de la cámara de quién se trataba. Se tranquilizó cuando vio la silueta de la ojiverde.
Keyla estaba bien y había vuelto, era lo único que pensaba en aquel instante. Se sentía feliz pero toda aquella emoción se fue cuando la rubia cruzó la puerta. Su rostro estaba hinchado, al igual que los bordes de sus ojos.
- Keyla ¿Te encuentras bien?- preguntó dando un paso hacia esta. La pequeña solo asintió, terminando de cerrar la distancia con la mayor en un abrazo.
- Solo necesito dormir y que me abraces, eso estará bien- un pequeño revoltijo de nervios se instaló en su estómago, pero no dejó que se notara. Lo primero que hizo fue acostar a Keyla en su cama y llevarle un vaso de agua. Trató de preguntar dónde había ido, o porque parecía que había estado llorando por horas, pero Keyla evitó las pregunta y le volvió a pedir que la abrazara.
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Efectos secundarios
RomancePausada. Los recuerdos dolorosos son algo que todos queremos olvidar, aquel trago amargo de la vida que tenemos que pasar, pero sin ellos no seríamos lo que somos. Zoe solo quería olvidar y Keyla quería recordar hasta el más mínimo detalle para pode...