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ADVERTENCIA: CONTENIDO DELICADO

Corría con todas sus fuerzas, estaba lloviendo bastante y su cuerpo se estaba empapando por completo. Sentía el frío entrar hasta en sus huesos, pero no le importó y siguió corriendo hasta donde le habían dicho que tenía que ir.

- ¿Dónde está? - gritó a pleno pulmón cuando vio a su amigo de espaldas a ella- Samuel, ¿Dónde está Julia?- sintió algo encogerse dentro suya cuando vio al chico con el rostro empapado de lágrimas.

- Keyla, yo...- en ese momento lo supo, supo lo que su amigo no podía decirle, pero se negaba a creerlo.

- ¿Dónde está? ¿Se encuentra bien? Dime qué está bien- sus manos se aferraron a la camiseta de Samuel.

- Lo siento, lo siento. Ella... En la habitación de al lado... Lo siento- Keyla soltó a su amigo justo antes de empezar a correr hacia la habitación del lado, dentro de ella habían dos personas cogiendo a Julia.

- ¿Qué hacen? Soltarla- volvió a gritar. Vio como los hombres se miraban entre ellos unos segundos antes de suspirar y dejar a Julia acostada en el suelo. Keyla no lo pensó dos veces y caminó deprisa hasta allí, pero a mitad caminó se detuvo. Observó el rostro de su mejor amiga y sintió una sensación indescriptible en su interior, un dolor que estaba segura que no volvería a sentir.

- No le recomendamos que la vea- habló uno de los hombres pero Keyla los ignoró y se acercó hasta Julia.

- Julia, si esto es una broma no tiene gracia- su voz se quebró en la última palabra antes de que empezara a llorar- Julia, por favor, mírame- movió con suavidad su cuerpo, tratando que su amiga reaccionara.

- Por favor, no mueva demasiado el cadáver- pidió uno de los hombres tratando de detenerle.

- No, ella no puede estar muerta, ella...- volvió a mirar el rostro de Julia, su frente, aquel balazo que le atravesaba la cabeza, y su llanto llenó toda la habitación. Los hombres miraron al suelo, afligidos por la escena, y la rubia solo continuó llorando aferrada al cuerpo sin vida de su mejor amiga.

- Lo siento, Julia, yo... Es mi culpa, todo es mi culpa si no te hubiera hablado, si nunca hubiésemos sido amigas... Lo siento, siento haberte hablado, siento haber sido tu amiga, pero por favor abre los ojos.

- Keyla...- una mano se posó en su hombro- Debes dejar que hagan su trabajo, se tienen que llevar a Julia.

Con esfuerzo Samuel logró separarlas, tomó a la rubia entre sus brazos y se la llevó a una esquina de la habitación.

Keyla no apartó los ojos del cuerpo de su mejor amiga en ningún momento hasta que aquella bolsa de plástico se lo impidió. En cinco minutos Julia ya no se encontraba en aquel lugar y Keyla lo único que hacía era darse cabezazos contra la pared, llorando y deseando poder cambiar lugares con Julia.

No iba a poder olvidar nunca aquella imagen de su mejor amiga con cinco balazos, era algo que se le iba a quedar en la memoria toda la vida.

10 de marzo, Casa de Keyla
09:10

Keyla abrió los ojos de golpe, se encontraba en su cama, completamente sudada. ¿Por qué seguía soñando con eso? Le gustaría simplemente olvidar aquello.

Se acomodó como pudo en la cama, le dolía todo, desde la punta de los pies hasta la cabeza. No recordaba como había llegado a la cama, lo último que se le venía a la cabeza era la mujer atizando su torso. Había sido lista, le había golpeado en todos los lugares que no eran visibles.

Efectos secundariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora