2 de febrero, casa de Keyla
17:04Estaba aburrida, realmente aburrida. Llevaba encerrada en su habitación cuatro días y solo había salido para hacerles la comida a su "familia" e ir al baño. No había absolutamente nada para entretenerse en aquel desban, solo tenía su material escolar así que se pasó las horas haciendo actividades y estudiando para cuando la dejaran salir.
También tenía una pequeña libreta donde apuntaba todo lo relacionado con el asesinato de su amiga, otra cosa que le fustraba, mientras estaba entre esas cuatro paredes no podía avanzar absolutamente nada.
Su teléfono empezó a vibrar y rápidamente tomó la llamada. Solo habían dos personas con su número y una estaba muerta.
- ¿Qué coño quieres?- susurró en voz baja para evitar que las demás personas de la casa la escucharan hablar.
- Tengo noticias y de las buenas. En los almacenes del río, un puto cadáver. Un contacto me ha asegurado que tiene el cinco y los balazos- escuchó la voz emocionada de Samu al otro lado de la línea.
- Joder... ¿Hay muchos policías?- preguntó Keyla levantándose de la cama con algo de dificultad. Todavía le dolía todo.
- No, todo lo contrario. Ya sabes, un asesinato en un barrio chungo no es muy atractivo para la policia ¿Qué vas a hacer?
- ¿No está claro? Voy a ir- susurró recogiendo todas las cosas de su mesa y poniéndolas en la mochila. Sabía que era arriesgado, que seguramente le negaran la petición y tuviera que escaparse pero necesitaba ir- Te llamó luego- dijo antes de colgar la llamada. Tomó el colchón y lo abrió, si lo abrió, porque su colchón en verdad era un trozo de espuma sintética con una tela alrededor.
Cuando le regalaron el teléfono lo primero que hizo fue hacer un corte al colchón para poder esconderlo dentro, y eso hizo, escondió su teléfono dentro.
Nada más abrió la puerta se encontró cara a cara con un hombre. Mierda, pensó apretando con fuerza la correa de la mochila.
- ¿Dónde ibas?- preguntó su "padrastro" tomando un mechón del pelo de la rubia con suavidad.
- A estudiar- respondió Keyla echandose un paso hacia detrás- Tengo en nada trimestrales.
- Y yo que quería divertirme- susurró aquel hombre en el oído de la pequeña. Para suerte de Keyla la voz de la mujer resonó por toda la casa diciendo que acababa de volver de comprar. Si la mujer estaba en casa el no hacía nada- A la próxima- fue todo lo que dijo aquel hombre antes de desaparecer escaleras abajo no sin antes dejarle un beso en la mejilla a Keyla.
Keyla sintió ganas de llorar y gritar. Sentía absoluta repulsión por aquel hombre. Una vez se calmó bajo las escaleras y se fue directa a la puerta.
- ¿Dónde vas?- escuchó la voz de la mujer a sus espaldas y su cuerpo se paralizó.
- Va a estudiar ¿No, Keyla?- escuchó la voz del marido de su madre y la rubia asintió sin apartar la vista de la puerta- Le he dado yo permiso.
- Está bien. No llames la atención ¿Entendido?- Keyla volvió a asentir antes de abrir la puerta y salir corriendo de aquel lugar. Corrió lo más rápido que pudo hasta que llegó a las fábricas. Había gente alrededor de una cinta policial que cubría la entrada.
¿Como qué a la policía no el interesaba esto, maldito capullo?- pensó al ver a un grupo de agentes en su interior.
Keyla miró los alrededores, se conocía la zona y sabía más de una forma de entrar en aquella fábrica que no fuera por la puerta principal, pero los policías en su interior lo dificultaban todo. Los policías siempre le hacían todo más difícil.
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Efectos secundarios
RomancePausada. Los recuerdos dolorosos son algo que todos queremos olvidar, aquel trago amargo de la vida que tenemos que pasar, pero sin ellos no seríamos lo que somos. Zoe solo quería olvidar y Keyla quería recordar hasta el más mínimo detalle para pode...