23 de febrero, casa de Zoe
09:15- Buenos días- Zoe giró la cabeza cuando escuchó aquella voz, sonriendo instintivamente.
- Buenos días- se levantó del sofá donde había pasado la noche para señalar la mesita- He hecho algo para desayunar.
Keyla sonrió levemente sintiendo una extraña sensación. Nunca se había levantado con el desayuno ya hecho, normalmente ella era la que se tenía que levantar para hacerlo.
- Muchas gracias- fue todo lo que dijo tomando asiento a su lado, el sofá también era cómodo.
La policía se quedó observando a la otra mujer por unos segundos, percatándose de que iba sin su característico gorro rojo. Era la primera vez que la veía sin el, y tenía que admitir que se veía realmente bien. Keyla era hermosa, Zoe sabía apreciar la belleza y la de ojos verdes era digna de admirar.
- ¿Tienes café?
- ¿Café? Ah, sí, sí, claro que tengo. Ahora te traigo un poco- torpemente la policía se levantó del sofá y caminó hacia la cocina. Encendió un fogón y puso la cafetera- ¿Con leche?
- Si, por favor- Zoe estuvo unos minutos más en la cocina terminando de preparar el café, mientras que pensaba en todo lo que sucedió ayer. Habían vuelto al punto de inicio, y esta vez con un cuerpo más.
- Muchas gracias- Keyla tomó el vaso entre sus manos sintiendo el calor que desprendía este. Un café bien caliente en pleno invierno era felicidad.
- Ya han hablado con la madre de Joshua- nada más escuchó aquellas palabras Keyla dejo el vaso sobre la mesa y puso toda su atención en Zoe- Ha tenido un ataque de ansiedad, pero ya está mejor...- la rubia suspiró apoyando su espalda en el sofá.
En silencio cada una continúo comiendo su desayuno, Zoe pensaba en todo el trabajo que iba a tener ahora, y Keyla mantenía su mente distraída con cualquier trivialidad que encontraba, como los pequeños restos de café que habían en su vaso, no quería pensar en nada.
Miró a la policía y se percató de que en verdad no conocía nada sobre ella. Había dormido en su casa, le había invitado en numerosas ocasiones a comer, pero lo único que sabía sobre ella era su nombre y su profesión.
- ¿Cuál es tu color favorito?- Zoe giró su cabeza hacia la otra mujer, confundida por la pregunta, pero contestó al darse cuenta que Keyla estaba esperando una respuesta.
- Amarillo pastel o amarillo limón ¿El tuyo?
- Rojo- Zoe la observó un segundo antes de soltar una risita, claro que su color favorito era el rojo, siempre iba con su gorro de ese mismo color- ¿De que te ríes?
- Perdón, acabo de caer que el gorro que siempre llevas es rojo- Keyla volvió su mirada hacia la mesa, formando una triste sonrisa- Parece que le tienes mucho cariño.
- Me lo dio una persona especial- Zoe solo la observó sintiendo una pequeña presión en su pecho muy parecida a la que sintió la otra vez. ¿Tendría pareja? Keyla le dijo que no tenía novio.
- Por cierto ¿Qué edad tienes?
- ¿Nunca te lo había dicho? Veinticinco, tengo veinticinco. Nací el 24 de mayo de 1995.
- Duh, yo soy del 2001, el 7 de junio.
- Entonces supongo que aún queda bastante para nuestro cumpleaños- Zoe rio un poco- ¿Mejor época del año?
- Otoño. Me gusta ver las hojas caer y como todo poco a poco se va poniendo naranja ¿La tuya?
- Primavera, prefiero ver todo color verde y como vuelven la flores a salir.
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Efectos secundarios
RomansaPausada. Los recuerdos dolorosos son algo que todos queremos olvidar, aquel trago amargo de la vida que tenemos que pasar, pero sin ellos no seríamos lo que somos. Zoe solo quería olvidar y Keyla quería recordar hasta el más mínimo detalle para pode...