25 ; phonecall.

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Sí, aún se preguntaba por qué había aceptado ir a tal lugar. Realmente no tenía ánimos, no tenía energías, sentía que todo se estaba cayendo frente suyo y que todo lo que alguna vez soñó y pensó que podía hacerse realidad terminó siendo una (posible) mentira.

Se sentía un tonto pero se sentiría peor si no aceptaba a ese insistente Hyuck, además, ellos eran sus amigos y no le vendría mal pasar un rato con todos ellos. Eso podría hacerle olvidar de todo el torbellino que tenía en su mente y que ahora no lo dejaba siquiera estar cómodo en su cama.

Decidió levantarse y se miró al espejo disgustado con su imagen y las ropas que tenía encima. Se dirigió hasta su closet para tomar otras prendas que estuvieran más limpias y cómodas, de alguna manera quería vestirse lindo y verse un tanto presentable ante los chicos o al menos no quería demostrar que sus ánimos estaban por los suelos, tampoco quería preocuparlos por tonterías.

Terminó de cambiarse y se colocó frente al espejo una vez más, la voz de Jeno retumbaba en su cabeza, la escena de Jaemin en la cafetería también. Sus ojos picaron nuevamente y quiso llorar pero no, no lo haría, no tenía sentido y estaba harto de que siempre recurriera a llorar como si eso le fuera a ayudar o solucionarle todos sus problemas.

Colocó ambas manos en su cara, específicamente sus mejillas y las sacudió un poco, las golpeó suavemente también aún mirándose al espejo. Se quedó unos minutos más allí solo observándose hasta que su teléfono sonó con mensajes de Donghyuck indicando que estaba afuera de su casa esperándolo.

Bajó las escaleras no sin antes tomar todo lo necesario lo cual no eran muchas cosas, un pequeño labial hidratante, sus llaves, su teléfono y algo de dinero por si acaso. Aparte, antes de salir le dejó una pequeña nota a su madre diciendo que había salido y no sabía si tardaría. Abrió la puerta dejando ver al chico que recién llegaba vistiendo todo de negro, parecía un modelo. Renjun no podía negar que había quedado un poco impresionado y no podía despegar sus ojos de él.

Llevaba una chaqueta de cuero, pantalones rotos y una camisa que al ser simple se podía notar que era cara, además de su notorio perfume que ya lo tenía algo mareado.

— Te... ves demasiado bien —Mencionó aún sin poder despegar su mirada.

— Lo siento, Ren pero ya me interesa alguien —Dijo, colocándose una mano en el pecho con una extraña mirada de lástima.

— Tú en serio- —Pasó a su lado cerrando la puerta y siguiendo el camino hasta la calle.— Ya quisieras poder estar conmigo o que siquiera me gustes, ahora ¿dónde queda el restaurante?

Donghyuck se acercó hasta el mayor un tanto ofendido por su comentario, pero tan solo rodeó sus hombros con su brazo dirigiendo el pequeño cuerpo hacia la dirección del lugar.

— Tú te ves un poco apagado ¿sabes? no tan radiante como siempre sueles estar —Dijo haciendo un puchero.

El mayor bajó su mirada tan solo concentrándose en los pies de ambos caminando al mismo paso y la misma velocidad. Pensó en si decirle sus problemas o solo quedarse callado, quizás podría hacer sentir algo incómodo al otro chico y eso era lo que menos quería. Se supone que disfrutaría de un día con sus amigos y nada más. Nada de amores, ni chicos problemáticos.

— ¿Ren?

— A-ah... ¿si? —Su pequeña burbuja explotó al escuchar su nombre, creo que era muy notoria su tristeza así que no tenía de otra más que soltar todo.— Lo siento, la verdad no me siento muy bien pero acepté venir porque no quería que te preocuparas o simplemente rechazarte...

LOVE CLUB   |   NORENMIN  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora