LOVE CLUB | NORENMIN

18 ; can i?

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— Bien, el plan es este— Jeno comenzó a hablar.— Tenemos que traer a Chenle aquí y explicarle todo, ya saben... prepararle una disculpa.

Por un lado el de cabellos rosas contaba el dinero en una de las sillas ya que todos se encontraban sentados, tal como una conferencia. Sus pies se movían y tarareaba una extraña melodía que seguramente se inventó él mismo. Jeno no aguantaba que su amigo pareciera un niño pequeño, además, se sentía nervioso al tener al mayor de todos frente a suyo por la confesión que había recibido. No pudo conciliar siquiera el sueño por aquello y su amigo parecía muy tranquilo, por lo menos esperaba de su parte un cambio de actitud. Pero claro, Jaemin ocultaba muy bien sus emociones...

— Miren, no quiero sonar grosero... no creo que esto vaya a funcionar, Lele no quiere verme así que no creo que siquiera llegue hasta aquí

Los rostros de todos los presentes cambiaron a una expresión muy seria. Todos estaban atentos a Renjun y éste se sentía atacado con tantas miradas. Parece que dijo algo muy desubicado pero ¿el qué?

— Es muy obvio el hecho de que no vendrá aquí sabiendo que estás, es por eso que lo vamos a engañar— Mencionó Donghyuck.

— Donghyuck es todo lo que necesitábamos, no conoce a Chenle así que podría perfectamente pedirle algún favor como si...

— ¡Como si se lo hubiera topado! Luego podría decir que lo buscaba urgente porque me lastimé aquí por culpa de Jaemin— Dijo Jisung.

— Yo no podría ni tocarte un pelo

— Eso es cierto... — Afirmó Jeno.

Renjun miraba a todos hablar y expresar sus ideas. Era una disculpa, no una puesta de escena. Las cosas tenía que hacerlas bien y lo único que podía hacer para solucionar esto era ir directamente a casa de Chenle y hablar, y si era necesario hacer entrar en razón a sus padres también, simplemente quería solucionar de alguna manera todo.

— Saben, prefiero solucionar esto yo solo, después de todo es entre él y yo, pero gracias por preocuparse...

La cabeza de Renjun bajó un poco y justo la campana de cambio de clase sonó, Donghyuck tomó sus cosas despidiéndose al igual que Jisung. Le deseó suerte a Renjun y ambos chicos salieron del aula.

Jeno rápidamente sintió el ambiente pesado y se despidió también, casi corrió hasta la salida. El mayor pensaba hacer lo mismo, incluso tomó su mochila y acomodó su ropa al levantarse de la silla, estuvo a punto de dar un paso hacia la salida pero la voz de Jaemin lo detuvo.

— ¿Podemos hablar?

¿Hablar? No, no tenían nada de qué hablar. Si iban a hacerlo seguramente sus palabras no saldrían bien de sus labios. No, ni siquiera sabía si siquiera lograrían formularse bien en su cerebro. Sus piernas comenzaron a temblar a pesar de estar dándole la espalda a Jaemin, podía jurar que sentía la mirada del contrario quemándole por detrás. Su corazón latía acelerado y no quería tener que enfrentarse a los orbes oscuros del pelirosa, aunque él pareciese el más dulce de todos los chicos, tenía que admitir que le daba miedo tener que conocer una cara diferente suya.

— ¿D-de qué quieres hablar...? — Rió nerviosamente al sentir sus palabras salir como a tropezones, culpándose a sí mismo por ser tan bobo.

El contrario tan sólo mostró una sonrisa ladina, se cruzó de brazos, miró a su derecha y luego bajó su cabeza mientras sus pies se movían inquietos. No se notaba del todo nervioso, pero quizás lo estaba él también, sin embargo era difícil de descifrarlo.

— Me pareces tierno, tus mejillas te delatan, dime si te incomoda esto y haré lo posible para que no pases por un momento vergonzoso

— ¿De qué hablas? —Sus palabras lo confundieron un poco, aferró sus manos a los tirantes de su mochila.

— Hablo de que quiero hacerte sentir bien, si esto no te agrada podemos hablar en otro momento, pero... siempre tendrá que ser a solas, lo siento

— Sé más claro, ¿qué me quieres decir? Tengo prisa...

Jaemin seguía con esa sonrisa que poco a poco se fue agrandando, extrañamente, a Renjun le inquietaba eso de sobremanera y más el hecho de que estuvieran en ese constante silencio incómodo. Lo estaba torturando. Los ojos del otro estaban fijos en él y parecían examinarlo, se sentía muy expuesto. Sus párpados se movían suavemente.

— Me estás asustando, Jaemin...

— Renjun...

Un paso tras otro, solo observaba los zapatos del pelirosa. Esperen... se estaba acercando. Su cabeza subió, sus rostros ahora estaban muy cerca y sentía ambas respiraciones mezclarse. Pensó por un momento que podría desmayarse en cualquier momento, o quizás sí lo iba a hacer, o quizás... su corazón iba a explotar, o quizás...

— ¿Puedo?

Su cabeza asintió automáticamente. — No, espera, ¿hacer q-

Y sus labios se juntaron. Jaemin colocó ambas manos en las mejillas de Renjun y acabó con el espacio que antes había entre los dos. El mayor mantenía sus ojos cerrados con fuerza deseando que se tratara de una mala jugada, pero esa unión parecía no acabarse. Jaemin observaba los ojitos cerrados del bajito y sin querer sonrió entre el beso, bajó sus manos hasta su cinturita y lo abrazó juntándolo más a su cuerpo y separándose por segundos de ese estático beso.

— Hablo de que me gustas, relájate ¿sí?

¿Cómo se suponía que debía relajarse? Su cuerpo entero temblaba, se sentía como gelatina, sus ojos picaban porque sentía que lloraría sin saber realmente el por qué, ¿por qué? Su corazón se saldría o explotaría en cualquier momento. Dejó su cabeza en el pecho del pelirosa por unos cuantos largos segundos y su corazón estaba igual de desenfrenado como el suyo. Lo miró nuevamente y se colocó en puntillas para alcanzar mejor los labios de Jaemin y lograr un beso dulce y suave. Dejó sus brazos en el cuello de éste y podía ver miles de estrellas con sus ojos cerrados y percibía como si el tiempo se detuviera, junto con ellos en ese preciso momento.

El beso fue algo largo, al separarse Jaemin observó los labios hinchados del bajito y dió otro corto beso. — Jeno no es una buena opción, no te equivoques— Y lo soltó, tomando sus cosas para poder ir a su clase aunque ya hubiera pasado media hora de esta.

Renjun se mantuvo confundido en su lugar sin saber exactamente qué había pasado, si seguía soñando o si tal cosa había ocurrido. Pero, ¿que Jeno no era una buena opción?

— ¿Qué insinúa...?— Revolvió un poco su cabello y acomodó su mochila en su espalda saliendo rápido de tal lugar.

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