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Definitivamente a Jeno le parecía una idea descabellada pero su amigo frente a él se veía muy decidido a llevarla a cabo. Jaemin se veía muy entusiasmado —y quizás desesperado— en su brillante idea.
Básicamente lo que le había explicado el pelirosa al castaño era que crearan un club para ayudar a personas con problemas en el amor, y de esa forma esas personas les pagaran por la ayuda. Una manera eficaz para ganar dinero según Jaemin, una idea bastante absurda de ayudar según Jeno.
— Imagina que nuestros consejos arruinen la vida de quienes nos consulten para siempre.— decía Jeno haciendo a su amigo entrar en razón de alguna manera ya que parecía que éste no lo quería escuchar.— Nana, no me mires con esa cara, sólo sé racional una vez en tu vida.— Jaemin frunció el ceño al escuchar las palabras de su amigo.
— Tú no quieres ayudarme ¿verdad? por primera vez en la vida la escuela nos da una oportunidad de poder emprender y crear dinero de alguna forma y de paso ayudar en ciertos aspectos a los estudiantes, ¿qué tiene de malo mi idea?— Jeno se levantó de la mesa, se dirigió a la cocina y se sirvió un vaso de agua. Sabía las razones por las cuales Jaemin insistía demasiado con la idea pero para su cabeza habían mejores estrategias, no ser ayudantes en problemas ajenos.
La casa de Jeno era una promedio, ni muy grande, ni muy pequeña. Era una casa acogedora, además el ambiente hogareño hacía todo más tranquilo y bonito. Quizás por eso Jaemin amaba tanto estar en esa casa, no solo por eso sino también porque los padres de Jeno lo trataban como parte de la familia y era muy bonita la sensación de estar protegido incluso por quienes no te conocen muy bien, algo que no sentía en su casa.
Jaemin bajó la cabeza estando en la silla en la que se encontraba sentado, luego de unos minutos Jeno salió de la cocina y lo vió allí con una cara perdida, sabía perfectamente lo que pasaba por su cabeza y no le gustaba que estuviera llenándola de malos pensamientos otra vez. Se acercó y acarició los cabellos rosados de Nana, éste lo vió y le regaló una sonrisa un tanto tristona.
— ¿Qué? ¿Cambiaste de opinión? Lo sabía, no puedes resistirte a esta hermosa sonrisa.— Jaemin le sonrió mostrando sus dientes e instantáneamente sus ojos se escondieron un tanto a lo que el corazón de Jeno no pudo resistir y evitar no derretirse de ternura con su amigo así que le devolvió la sonrisa.
Ese día Jeno y Jaemin habían acordado llevar a cabo un club que les permitiera ayudar a otros en problemas de amor, sabían ambos que habían muchos estudiantes lidiando con esas cosas de enamorarse a esa edad específica, muchos que no sabían cómo expresar sus sentimientos y demás. Al final al castaño no le pareció tan descabellada la idea de su amigo, después de todo siempre lo apoyaría en lo que necesitara.
— ¿Te acompaño a casa?— Jaemin tomaba sus cosas y las guardaba en su bolso, se notaba en su cara lo cansado que estaba pero este no dudó en negar.— ¿Seguro?
— No me pasará nada malo, me gustaría quedarme en tu cama pero seguramente me haces cosas raras.— Jeno sintió sus mejillas arder un poco por lo que el contrario había dicho.
— Sí, mejor vete solo, te acompaño hasta la puerta nada más.— puso la mano detrás de la espalda del pelirosa para abrir la puerta y sacarlo.
— Hey, no seas tan así, tomate.— El castaño estuvo a punto de cerrar la puerta contra la hermosa cara del contrario si no hubiese sido porque Jaemin usó su fuerza para retener la puerta.— Ya, ya, no te enojes, despídete de mi.
— Adiós, cuídate.— y la puerta fue cerrada.
Jaemin caminó tanto hasta llegar a la estación de buses que lo llevarían a su casa, era tarde por la noche así que le daba un tanto de miedo caminar por ahí tan tarde pero no estaba solo, una pequeña persona de cabello rubio estaba a unos cuantos centímetros de él mensajeando en su celular. Luego de minutos el chico recibió una llamada, no entendía lo que decía porque parecía ser otro idioma, de todas formas no debía ser chismoso pero no pudo evitar escuchar cuando el chico empezó a hablar en coreano.
— Ya, Chenle, deja de lloriquear.— ¿Chenle? Ese chico estaba en su salón de clases, por fin conectaba todo. El chico rubio desesperado hablando por teléfono también era parte de su clase sólo que solía estar en las filas de atrás y muchos lo tomaban de raro por sus gustos o por las cosas que tenía, como su bolso de estrellas o sus llaveros de peluche de moomin.
No entendía por qué molestaban a una personita así, que no fuese muy conversadora no era cuestión para burlarse ni mucho menos. Realmente le daba asco las personas que solo hacían daño a otras solo por "no ser iguales a ellos", de tan solo pensar en las palabras de algunos de su clase le daban náuseas.
El chico rubio —el cual Jaemin no recuerda el nombre— colgó la llamada al ver que el bus llegó a la parada, así que ambos subieron. A Jaemin le dió ilusión hablar con el chico bajito así que decidió sentarse a su lado.
— Hola, soy Na Jaemin, no sé si me conozcas.
Y el rubio sólo pudo quedarse paralizado.
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LOVE CLUB | NORENMIN
Fanfiction❝ Donde Jeno y Jaemin inicialmente crean un pequeño club para ayudar y dar consejos a aquellas personas que tengan problemas con el amor. Un día reciben una carta de un tal Renjun, que al parecer quiere unirse al club. ❞ ✦ historia origina...