17 ; let's begin.

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Otro día más de escuela y quería darse un tiro.

Renjun quería darse un tiro por el simple hecho de que se sentía incómodo allí, la gente lo miraba—como siempre—pero nunca se había sentido tan observado en su vida. No sabía bien si se lo estaba imaginando o qué, pero sentía cómo cuchicheaban acerca de él, la gente de lejos, de cerca, de atrás, de adelante. Aunque su cabeza estuviera entre sus brazos esa mañana en un asiento junto a la pared y de cuarto en la fila podía sentir e imaginarse a las personas observándolo y hablando de él.

¿Acaso sabían algo que él no? Y, ¿Tenía él que ver en eso? Pero ni siquiera sabe qué es ese "eso" que piensa, tampoco puede decir con certeza que realmente hablan de él, se siente enfermo, de repente, ¿pero por qué? Aún sigue con su cabeza escondida en sus brazos pero su respiración se vuelve pesada, no le entra en los pulmones fácilmente, se siente abrumado y quiere irse pero hay un gran obstáculo, no puede moverse.

No puede moverse y se siente horrible, sus ojos se abren y solo ve la madera de su pupitre, se siente pequeño, pero una voz lo llama suavemente: "Renjunie..." y lo sigue llamando una vez más. Es conocida esa voz. Levantó su cabeza lentamente y sus cabellos estaban algo alborotados. Era Jaemin el de la voz. Miró a su alrededor y no notaba a ninguno mirándolo de reojo o cuchicheando, ¿se lo imaginó todo? Pero fue tan real... y horrible, desesperante. Todos estaban en lo suyo.

— El profesor se ausentó, está enfermo— Dijo Jaemin con una leve sonrisa notando los cabellos del mayor todos despeinados. Los arreglo cuidadosamente con su mano y luego lo miró otra vez viendo sus mejillas rojas.— Vamos al club

— Ah...— Renjun se sintió perdido por momentos al sentir esa caricia tan delicada sobre sus cabellos algo mal teñidos.— Cl-claro...

Se levantó junto a Na tomando sus cosas y siguiendo a su lado hasta el salón del club. Jaemin se notaba con una sonrisa algo alegre, como expectante a algo, sin saber bien el por qué ignoró la extraña felicidad que de tan simple gesto en su rostro demostraba con claridad que estaba en un buen estado.

Jaemin tomó delantera frente a la puerta del salón para indicarle a Renjun que cerrara sus ojos por un momento. Abrió las puertas mientras el mayor sus ojos al escuchar el sonido de las mencionadas. Sus ojos ahora parecían brillar, sin saber bien si era por las luces o si realmente de reflejaron las estrellas en aquellos pero en definitiva era un buen brillo. El mayor lucía sorprendido.

El cuarto estaba decorado con adornos rosas, que quizás parecería extraño al ser un club con solo chicos, aún así ya no se veía tan desolado. Habían varias sillas y una gran mesa y muchos carteles con mensajes bonitos acerca del amor. Una voz chillona lo sacó de su momento de admiración y entendió que era Donghyuck, aquel chico que lo había salvado el otro día.

— ¡Wah, Renjunie! Mi chico favori-

— No te me acerques— Renjun contestó al instante, dejando a Hyuck petrificado en su lugar aún con su sonrisa, sintiéndose atacado.

— ¿Por qué eres así conmigo después de haberte salvado?— Hyuck hizo un puchero y cerró sus ojos haciendo que contenía sus lágrimas.

Jeno se acercó por detrás y le dió un pequeño golpe en la nuca al contrario, haciendo que sí soltara un quejido como que de que sí iba a llorar. Renjun se disculpó explicándole que por ahora no quería contacto físico pero que estaba agradecido con su ayuda.

— Ya, tenemos un miembro nuevo— Dijo Jaemin, al siguiente entró Jisung algo temeroso y con un gesto algo preocupado.

— Jisung...— El mayor de todos se sentía apenado con el chico por lo que pasó tan solo anoche.

— Hey... ahm, pensé que sería buena idea unirme sin que Chenle se enterara porque... él realmente te odia ¿sabes?

Los ojitos de Renjun se apagaron. El brillo que tenían se esfumó cuando escuchó esas palabras. Los demás presentes lo notaron y claramente sin entender qué sucedía, se mostraron preocupados.  Odiar sonaba como una palabra realmente fuerte y que dolía al ser mencionada. Debía de ser feo ser odiado por alguien y estando en el lugar de Renjun, aún peor, ser odiado por un gran amigo.

— ¿... qué pasó?— Jeno habló dirigiéndose torpemente hacia el mayor, era difícil tras la fuerte declaración que éste último había hecho el otro día. Parece que tantas cosas pasaron en solo una tarde.

Renjun en su lugar, no respondió, sólo se fue a sentar en una de las sillas que habían en el salón. El sentimiento de antes volvió y parecía que algo se lo estaba comiendo por dentro. Ya no eran las personas cuchicheando, era la culpa de haber expuesto a su amigo y no haberlo ayudado. Observó a Jisung, él le regaló una sonrisa algo adolorida pero complaciente. Comprendía al bajito pero aún así su novio era el lastimado en este caso.

— Me uní precisamente para esto, para que me ayuden...— Jisung habló tímidamente.

— ¿Si te das cuenta que esto es un club para ayudar a personas con problemas de amor...?— Jaemin frunció el ceño levemente en dirección al menor.— La idea de nuestro club es esa, pero...

— ¿Pero?— Su rostro se iluminó.

— Tendrás que pagarme si quieres ayuda.

Jisung dejó caer su expresión iluminada por una ofendida, este chico hace un rato le había ofrecido unirse cuando le pidió ayuda y ahora le cobraba, — ¿no que los miembros no tenían que pagar?

— Efectivamente los miembros no pagan, pero te vamos a ayudar así que eres un caso diferente— Jaemin le guiñó un ojo, Jeno rodó los ojos hacia su comentario y Donghyuck estaba atento.

— Eso significa que... ¿nos tiene que pagar a todos, cierto? Todos ayudáremos— habló el de mechones coloridos, las cejas de Jeno subieron al oír esa propuesta.

— Me parece genial— habló Jeno.

— Así es, los miembros ayudarán a quien requiere de esta, así que saca la billetera— Jaemin movió su mano para extenderla y que el menor colocara el dinero en su palma, Jisung seguía ofendido.— Anda, te veo

— Ah, gracias por esto Jaemin... creo que no le hubieras ofrecido esta oportunidad a Jisung seguramente mi relación con Chenle se hundiría para siempre y-

— Tú también debes pagar

Los gritos de Jaemin se escucharon luego porque el mayor se estaba desquitando, era un robo a los ojos de éste pero al final terminó pagando.

— Bien, armemos el plan.— Mencionó el  castaño.

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LOVE CLUB   |   NORENMIN  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora