¿Que un clavo saca a otro?.
Mal consejo.
Será posible que un amor ayude a olvidar otro, que tan frágil puede ser un sentimiento en para desaparecer o que tan profundo para quedarse.
Cientos de mensajes similares adornaban mi mensajería.
Aquel día corrí dónde Yuju, al parecer Baeckhyung la esperaba fuera de la clase, al percatarse se colgó del brazo de su nuevo amigo Hoshi, salieron rumbo a el auto de este ya que era el más próximo. Baeckhyung llamo dos veces su nombre pero ella lo ignoro, no obstante el no estaba listo para el rechazo, lleno de un espíritu salvaje se apresuro a detener la.
Las cosas se complicaron cuando Hoshi interfirio con su idea y en respuesta Baeckhyung dió una golpiza.
Sehun me utilizo como distracción para que todo eso ocurriera o al menos así lo creía, por lo tanto me había negado a mirar su cara, responder sus llamadas y mensajes. Pero Sehun solo insistía sin parar más que antes.
— ¿Que dices si te invito a cenar? — Tae apareció en la puerta de mi habitación tan guapo como siempre.
— ok.
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Nuestra relación parecía más amigable que antes, en realidad eramos más parecidos que solo intereses académicos y gustos básicos, era más profundo que ello, en algunas cosas parecía tan similar a mi y en otras parecia mi enemigo. Dejar fluir las cosas había sido lo mejor, crear una amistad me parecía buena idea, no obstante mi corazón para nada entendía eso. Mi corazón solo se dejó llevar por todo menos por mi razón, mientras que mis intereses gritaban pará, mis emociones solo crecían con cada día, con cada sonrisa, con cada charla, con cada cena, con cada uno de los momentos que pasaba cerca de el, solo me enamoraba como una tonta sin remedio de el disfrazada en la eterna idea de la mejor amiga.
— vamos — tome la chaqueta de mezclilla que colgaba en la pared cerca de la salida.
Al salir me supuse que como en veces anteriores pasaríamos por Jimin a la escuela pero no fue así, por primera vez sería una cena solo para dos, la primera cena entre los dos.
— ¿Que te gustaría?.
— pollo y cerveza — aunque hablé rápido pensé con detenimiento, pedir ir a un restaurante sería algo bello pero incómodo.
Su mirada penetrante se adeherio a mi luego sonrió y giro de nuevo su vista a la carretera, sonreí también debía simular los nervios, seguido de eso presione los botones en el táctil para poner algo de música, necesitaba cubrir los latidos de mi corazón que golpeaban con ritmo mi ser. Llegamos algo lejos, según el, el mejor pollo de Seúl, al entrar a el lugar algo incómodo paso, solo había parejas de enamorados compartiendo comida.
