— ¿De verdad no sabes? — me miró retadora — te contaré.... — hablo como si de un cuento se tratará — estos tres imbéciles — mostró la portada del libro con la foto del grupo elite de gánster de la facultad de arquitectura — se la pasan apostando dormir con mujeres, apuestan cosas, cosas costosas, tu fuiste el auto azul que le regale a Chan en su cumpleaños pasado, el maldito lo dio como si nada — resoplo furica.
Al escuchar sus palabras comencé a pensar sobre todo lo que pasaba, en todas la veces que Sehun decía ser mala persona, pensé en como se acercó a mi y todos sus movimientos peligrosos.
Flash de el pasado venían a mi cabeza, recordé el día que fui atacada por la locas fuera de la cafetería ese mismo día fui a casa de Sehun por primera vez, al día siguiente un auto azul estaba aparcado fuera de la universidad con un enorme moño ensima y Chan recargado en el.
— ¿Soy una apuesta?. — dije entre dientes para creer las palabras dichas por la mujer.
Carcajeo — lo eres, eres solo una humilde apuesta, no pensabas que alguien como Oh Sehun estaría por qué si con alguien pobre como tú — mi cara ahora era un poema de terror, ella echo a reír — ¿Que pensabas, que te llevo a su cama por qué en verdad le gustas?, Pobresita.
Las lágrimas no salían de mi, me sentía como una cucaracha aplastada, la mujer entonces se acercó mas, su boca susurro palabras a mi oído.
— recientemente mi amiga intento el suicidó, Sehun al igual que el imbécil de Chan han jugado con nosotras por años,y yo que pensé que el único imbécil en todo esto era Baeckhyung y mira..... — entregó el libro que ahora observé mejor y era un diario — ...el parece ser mas leal.
Arranque de sus manos el libro, abrí con miedo al contenido, en la primer página la foto de la mujer en mi presencia se adornaba a lado de la de Yuju y...... Mi mente comenzaba a fragmentarse a cada segundo, la enorme sonrisa de jisso se dislumbro ante mis ojos tan caóticamente perfecta.
Esa hoja era solo la punta del iceberg, pase las hojas y caras conocidas y no conocidas estaba por el lugar, 132 chicas habían sufrido horrores en manos de estos imbéciles, la última era yo, y aunque en mi página solo estaba mi nombré no dejaba de ser asqueroso.
— ¡De verdad no sabías! — dijo con regocijo al mirar que la quijada se me iba al piso, era claro que no buscaba quien lo hizo sino quien lo pague y era lo justo yo mataría por Yuna.
Todo en mi mente parecía mentira, los hermosos recuerdos de un amor puro eran falsedad y engaño.
— muévete — dije a la mujer que aún detenía mi pasó.
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Algo así.....
Fanfiction¿Que un clavo saca a otro?. Mal consejo. Será posible que un amor ayude a olvidar otro, que tan frágil puede ser un sentimiento en para desaparecer o que tan profundo para quedarse.