¿Que un clavo saca a otro?.
Mal consejo.
Será posible que un amor ayude a olvidar otro, que tan frágil puede ser un sentimiento en para desaparecer o que tan profundo para quedarse.
Cómo comenzar, decir que todo fue malo no sería justo. Al día siguiente a primera hora ya era noticias mi relación con Sehun, cabe mencionar que toda la universidad estaba al tanto de cada momento de mi vida, si antes era pesado está nueva atención lo era aún más.
Mire por los pasillos a decenas de chicas aniquilando mi cuerpo con sus miradas algunas de ellas lloraban desconsoladas mientras otras tantas parecían no creer como entre tantas, yo. Para mí era algo nuevo y diferente, jamás había tenido un novio, no uno así.
Entre en la clase de la señorita Jung, en la barra de asientos estaba Yuna que al igual que todos en la clase me analizo con duda.
— ¿De qué me perdí? — cuestionó, mi cara plana la impulso a decir más — es decir, ¿No te confesarias?, Cómo terminó así.
Enseguida la clase comenzo dejando nuestra charla para después, una vez fuera de el aula escuchó mi relató. No podía creer nada de lo que mis labios decían.
— oooh por Dios Soo Young.
Su exclamación fue épica jamás la escuché antes gritar tanto, pero era de esperarse después de mi anécdota de fracasó era lógico.
— ¿Estás segura de lo que harás? — inquirio más preocupada que yo.
— no — respondí mientras ponía una sonrisa dulce.
— Soo — ella rodeo mi cuello con sus manos, su cara triste trajo la tristeza reprimida de mi corazón asta mis ojos, flaque un instante entre sus brazos y volví a sollozar mi desdicha.
— no pasa nada, en fin ambas sabíamos que esto podía ocurrir — me separé y limpie la comisura de mi ojo — el es un casanovas enamorado de un ángel.
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Yuna termino por apretar mi mano entre la suya y con un gesto de amor me dió fuerza para seguir adelante, caminamos asta la cafetería y la charla continúo.
— ¿Y Sehun?.
— continuaré, me supongo que el vale la pena.
— ¿lo crees?.
— lo creó, digo sea esforzado mucho por estar a mi lado, incluso me ha defendido de chicos locos y bueno el me cuida.
— ¿Será suficiente?.
— si — asenti creyendo realmente mis palabras — estoy segura que pronto sentiré algo por el.
La tarde llego tan rápido como siempre, luego de comer con Yuju la dejé fuera de casa para encaminar mi destino a la mía, bajé de mi auto con rapidez la lluvias de temporada aún no culminaba y una me había pescado.
