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— es complicado.

— ¿Que tanto?.

Hablar de Sehun era tan complicado que no sabía ni por dónde comenzar. Evité su pregunta con otra que la tomo por sorpresa.

— está mañana te veías triste ¿Que sucede? — inqueri y tome asiento a su lado.

— mi novio....

Comenzó con algunas letras fáciles pero en su boca parecía ser tan pesado.

—...está enfermó pero no quiere ser cuidado por mi.

De inmediato pensé en Kim y en cuál había sido el motivo por el que no quería ser cuidado por ese ángel, mire su desdicha e intente suavisar su pena.

— tal vez se siente mejor.

— si, el está mejor — exclamó.

— quizá puedas llamar más tarde para asegurarte.

— quizá. — suspiro tan lento que me dolía de solo mirar.

— ¿Estás bien con el? — pregunté nuevamente algo en mi estaba tan curiosa de saber más.

— la verdad no lo sé.

Recargo su delicado mentón en sus manos, ella parecía confundida o tal vez desesperada. Escaneo un poco su cara, me supongo que pensaba demasiado por un simple acto, es decir, al parecer Kim estaba enamorado completamente de ella, sus dudas no tenían objetó.

— el a cambiado últimamente, es como si fuera otra persona.

— ¿Y eso está mal?.

— no, claro que no, es solo que no se por que, actúa tan diferente que parece que no lo conozco.

Me sentí mal por su aspecto derrotado.

— Deberías ir a casa, pronto llovera — sugerí.

— tienes razón Taehyung tuvo que enfermar por mi culpa, la otra noche estuve bajo el agua asta que el llegó, apesar de todo he olvidado q el es débil.

Su sonrisa regreso cuando hablo de el. Caminamos a casa charlando de cosas simples y vanales, la escuela gustos personales, libros, dramas y tantas cosas más.

Que podía decir ahora, incluso para mí jisso era una diosa perfecta, competir con ella era absurdo, y pensar en estar con Tae en mis fantasías era estúpido, ya veo por que aun teniendo cientos de mujeres tras de el no se inmutaba en absoluto.

Los días siguiente fueron algo más relajado comencé a salir con Sehun más veces a la semana, la verdad es que comenzaba a divertirme. Creo que mi cabeza me impulsaba a ser feliz con el.

Las llamadas entre ambos duraban horas, sus visitas comenzaron a ser algo común para mí y me encantaban sus mensajes en mi teléfono cada noche.

Ciertamente comenzaba a sentir algo por el, no obstante no era amor, de eso estaba segura porque cada vez que miraba por el pasillo o en casa a Kim mi corazón parecía querer salir de su lugar, el golpeteo de este delataba mi realidad. No importaba cuanto ni como intentará dejar de sentir ello, mi corazón sentía por voluntad propia.

Algo así.....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora