Please, remember me.

De Glocks, arcos y flechas y Stark.

Cuando Natasha volvió a abrir los ojos Clint no estaba ahí.

"Perfecto" pensó.

Se sentía ridícula e incómoda con aquella bata de hospital, por lo que inmediatamente se puso su ropa común, que estaba hecha un ovillo en una silla.

Volteando para ambos lados, salió en silencio de la habitación, sin darse cuenta cuando Clint doblaba por el pasillo y la veía irse.

"¿A dónde crees que vas, Tash?" preguntó para si mismo y la siguió a una distancia prudencial.

Todo era en varios tonos de gris "Claro, ninguno como los de esos ojos" sacudió rápidamente la cabeza, sacando esos pensamientos de su mente mientras seguía recorriendo las instancias del helicarrier.

Estaba observando todo cuando al cuerpo de Clint se le ocurrió la buena idea de estornudar.

Ella levantó la cabeza e ingresó a la primer puerta que encontró: la sala de entrenamientos.

Clint se quedó estático, lo había arruinado todo, pero se sintió tranquilo cuando escuchó el click de una puerta. Así por lo menos no la estaría persiguiendo por todo el helicarrier.

Ya adentro, se dió la vuelta y admiró todo lo que había a su alrededor: redes, lanzas, armas, blancos, por todos lados.

Y en el centro: un ring de boxeo. Empezó a pasearse, sin detenerse en nada en especial, hasta que llego al lugar donde descansaban dos Glocks.

Fue como un niño al que le regresan su manta favorita, aunque a ella no le gustara admitirlo.

-Son tus favoritas- escuchó decir a Clint a sus espaldas.

Rápidamente tomó una de ellas y apuntó directo al pecho del arquero.

-Wow wow, siento haberte asustado- dijo mientras levantaba las manos.

Natasha se encogió de hombros y se relajó, regresando el arma a la mesa.

-¿Esto es lo que soy? Una...

-¿Una asesina? Ya no más, ahora salvas el mundo.

Ella asintió levemente en señal de respuesta y siguió observando, caminando llegó hasta unos percheros donde estaban colgados un arco y un carcaj repleto de flechas.

-Y ese es mío- dijo Clint sin dejar de observarla.

Natasha se colocó el carcaj y el arco, y se dirigió a los blancos.

-¿Sabes? Nadie aquí se atreve a tocar mis cosas, pero tu eres la excepción- replicó el mientras se acercaba a ella.

-Bien, no puedo imaginar porque- contestó ella, desinteresada y sosteniendo mal el arco y una flecha.

Clint sonrió.

-Permíteme- tomó su brazo y acomodó la flecha en sus dedos. Después fue turno del arco, su brazo y el de Natasha estaban prácticamente pegados.

-Ahora, suéltalo- susurró el en su oreja.

Natasha lo hizo y, como era de suponerse, dió en el blanco.

-Eres realmente bueno- fue lo único que atinó a decir.

-El mejor- dijo con una sonrisa- debemos volver a tu habitación.

-Okay- murmuró, mientras regresaba el arco y el carcaj a su lugar.

Clint la cargó y salieron de la sala.

-¿Sabes? Esto no es necesario, tengo atrofiada la mente, no las piernas. No me gusta sentirme como un bebé- dijo ella mientras se retorcía en sus brazos.

-Shh. Calla Nat- contestó Clint con una sonrisa burlona en sus labios, sujetándola más fuerte, pues varias veces estuvo a punto de zafarse.

-Mi querida teñida, ¿qué te ocurrió?- se escuchó la voz del multimillonario, Tony Stark, mientras Clint rodando los ojos dejaba a Natasha en su cama.

-¡NO ME LLAMES TEÑIDA, STARK!- soltó Natasha con una mirada furiosa.

Tony se limitó a sonreír.

-Legolas, ¿no que la arañita había perdido la memoria?-

Natasha abrió grande los ojos. Estaba tan enojada que no se había dado cuenta que pudo reconocer a Tony.

Muy en contra de su naturaleza, Natasha se levantó y lo abrazó. Después jaló de su cabello hacia atrás.

-No me vuelvas a llamar teñida en tu miserable vida- susurró con una sonrisa entre tétrica y agradecida, después de todo, gracias a sus apodos poco apropiados, ella había podido regresar a algo de su vida.

Clint se aclaró la garganta y de inmediato Natasha soltó a Tony.

-Hey, no temas Katniss, la rojita es toda tuya... Además Pepper me mataría- contestó este último con una sonrisa burlona.

-¿Qué? No, nada de eso, es sólo que debe descansar.-

-Si, lo que digas- dijo el playboy, rodando los ojos.