Capítulo 7

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Natasha abrió los ojos.

-¿Qué ocurre?

-Lo siento Tasha, no puedo.

-¿Por qué?- se apresuró a conjeturar, entonces abrió grande los ojos- Dios, Barton, lo siento, no sabía, no me dijiste.

-¿Decirte qué?

-Que tienes a alguien, Barton. En serio, olvídalo, por favor.

La risa de Clint volvió a sonar en la habitación.

-Nat…

-Déjame terminar, Clint, tú tienes la culpa, si es que lo sabía, debiste recordármelo…

-Nat

-Pero es que tú estabas… y yo creí que…

-¡NATALIA ALIANOVNA ROMANOV, ESCÚCHAME!

Ella se detuvo en seco y lo miró nuevamente, más que extrañada. Clint, dándose cuenta de su incertidumbre, prosiguió.

-Nat, es precisamente por esto porque no lo hago. Mírate, estás muy desconcertada, besarte ahora mismo sería como aprovecharme de eso, y no lo haré, porque eso no es lo que se le hace a la persona que…

-¿Qué?

-Que es tu mejor amiga.

-Ah.- exclamó mientras regresaba a su posición en la cama.

-Sip, ah.

El silencio que se formó esta vez sí fue incómodo. Clint se debatía mentalmente hasta que supo lo que debía hacer.

Se levantó de la silla y se sentó en la cama con ella, para posteriormente recostarse y abrazarla, paseando su mano lentamente por su brazo.

Natasha no lo abrazó, pero junto sus brazos en el pecho masculino y enterró la cabeza en este mismo, encontrándose tan cómoda como si ese hubiera sido su lugar de permanencia designado desde que nació.

-¿Por qué?

-¿Por que qué Tash?

-Me llamaste Natalia Alianovna Romanov, ¿por qué?

Clint exhaló.

-Ese es tu verdadero nombre, tu nombre de nacimiento. Tú no eres americana, eres rusa.

Natasha levantó su cara hacia él y lo miró.

-¿Rusa?

-Sip, de Stalingrado, más precisamente.

Natasha asintió levemente y regresó la cabeza al pecho de Clint.

Maria Hill estaba en su oficina, dispuesta a por fin retirarse a su departamento, no sin antes decidir que sería buena idea pasar a ver a Natasha y a Clint. Había sido muy fría con ella, aunque no es como que ella fuera de otra forma. Nunca lo había sido con ninguno de los dos, pero aún así un poco de culpa la asaltó.

Estaba girando el pasillo que la llevaría a la habitación de Natasha cuando se encontró nuevamente con el Capitán más distraído de la galaxia.

Sólo que esta vez, él evitó que cayera, abrazándola fuertemente, pero soltándola casi de inmediato.

-¡Maldita sea!- murmuró Hill, recobrando la postura.

-Dios mío, Maria, lo siento tanto, no fue mi intención- balbuceó el Cap.

-¿Me llamaste Maria?

-Es decir, lo siento,  Agente Hill.

-Ajá… ¿Qué haces aquí a estas horas Rogers?

-Bien, pues, estaba a punto de irme pero decidí pasar a ver a Natasha y a dejarle algo de comida a Clint.

-Perfecto, yo también iba para allá, si quieres puedes ir primero o…

-O podemos ir los dos juntos, ¿qué te parece?

-Pero…

-Vamos, es sólo visitar a unos amigos, no es como que vayamos a tu habitación de adolescente a escondidas de tus padres- dijo él, sonriendo ampliamente.

-Gracioso, Rogers, vamos ya.- respondió ella, avanzando rápidamente, pero deteniéndose en la entrada de la habitación. Entonces lo miró y le indicó que guardara silencio, colocando su dedo índice en sus labios.

Steve se acercó a la entrada en silencio y miró la tierna escena: los brazos de Natasha estaban rodeando la cadera de Clint, evitando que cayera de la pequeña cama de hospital, con la cara escondida en el cuello de él. Mientras que un brazo de Clint se cernía posesivamente sobre los de ella, y su nariz estaba totalmente enterrada en su roja cabellera.

Los dos sonrieron al mismo tiempo, viéndose mutuamente.

La primera que quitó la mirada fue Maria, sabía que si seguía le pasaría lo mismo que hace unas horas, locos pensamientos.

Steve siguió observándola y se emocionó bastante cuando notó un ligero tono rosa en las mejillas de ella.

-Buenas noches, Capitán.

-Buenas noches, Hill.

Entonces ella levantó la mirada y caminó con paso seguro por el pasillo, con la mirada de Steve fija en ella, mientras esbozaba una leve sonrisa.

Ninguno de los dos supo qué demonios fue eso, pero si había algo de lo que Steve estaba seguro era que quería que se repitiera.

Please, remember me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora