Capítulo 22

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PRIVYET (Hola, en ruso, así es, ahora aprendo ruso online UuU, acabo de empezar y estoy muy feliz :D) (no me pregunten el alfabeto cirílico, es difícil :'v)

Miren quién se digna a aparecer una semana después; lo sé, lo sé, lo prometí, pero esto de evitar los spoilers de AoU es muy MUY difícil.

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Natasha se sentía un poco adolorida y cansada. Genial. Abrió los ojos de golpe y se encontró en un lugar extraño, es decir, si eres una asesina a la que una agencia a la que el gobierno busca eliminar no te esperas despertar en una lujosa y mullida cama encontrada dentro de una enorme y bella habitación.

Trató de buscar algún tipo de encadenamiento pero se dio cuenta que estaba totalmente libre, pero no así sola; a su lado escuchaba perfectamente los leves suspiros de Clint Barton dormitando en la silla.

Se levantó de la cama y estaba pensando en huir cuando...

-Tasha... murmuró Clint

Ella se giró para observarlo con ojos curiosos. "Tasha" Estaba segura de haber escuchado ese apodo en otro lugar, pero parecía muy lejano, casi como un sueño.

-Tasha, regresa, por favor... siguió el arquero.

Natasha ni siquiera se inmutó, sin embargo una extraña sensación le recorría desde el pecho hasta la boca del estómago, y no le agradaba nada. Tal vez la habían drogado, claro, eso era, por eso no la tenían amarrada. Los síntomas no se parecían a nada de lo que le hubieran puesto antes

Se acercó a Clint y lo agitó bruscamente. — ¡Despierta!

-¿Qué? Por el amor de Odín, ¿ahora qué?- dijo Clint sin abrir los ojos y rodándose al lado contrario de Natasha.

- ¡Despierta maldita sea!- esta vez Natasha se puso más agresiva.

Esta vez si abrió los ojos. —Nat, estás despierta.

Rodó los ojos y sin soltarlo de la camisa le habló de frente: -¿Qué me pusieron?

-¿Ponerte de qué o cómo qué?

-No soy estúpida, sé que me drogaron, por eso no estoy atada ni tu protegido, así que sólo lo repetiré una vez. Qué. Me. Pusieron.- dijo con voz frívola.

-Nada Natasha, no te pusimos nada.

-No piensas decirme, de acuerdo, iré a investigarlo yo misma.

Se dirigió a la puerta y trató de abrirla, pero no resultó. Ahora todo cobraba sentido: no estaba atada, pero tenía un guardia y una jaula, de oro, pero jaula igual.

-Argh...- dejó salir un gruñido de frustración y se sentó en frente de la puerta.

Clint buscó de entre los cajones un poco de ropa de Pepper más cómoda y se la ofreció, en realidad era un pants deportivo de color negro y una playera, pero fue lo mejor que encontró.

Natasha se lo arrebató y siguió mirando hacia la puerta.

-Gracias Hawkeye, de nada Widow, ya sabes- dijo él con un tono sarcástico cuando se sentó a un lado de ella en el suelo con las piernas cruzadas y después todo fue silencio.

Un silencio muy cómodo para ambos: a Clint le recordaba otra vez como era antes, cuando acababan su entrenamiento y se sentaban en la orilla del helicarrier, o cuando él la ayudaba a subir hasta las más altas vigas en el techo y ahí se quedaban ellos dos, en silencio, intercambiando miradas.

Odín, como la había extrañado y se había preocupado por ella, pero ahora si definitivamente no era la misma

Después del incidente en el helicarrier ella aún tenía algo en su mirada que lo hacía saber que seguía ahí dentro en alguna parte. Hoy sus grandes y hermosos ojos verdes estaban vacíos, exactamente igual que cuando ella lo vio por primera vez.

Inmediatamente dejó esos pensamientos a un lado: Natasha lo necesitaba, aunque ella no lo supiera, y él iba a hacer todo por ella.

Exhaló y le dijo: -Anda Nat, ve a cambiarte, el traje está humedecido por la nieve.

-Tú no me mandas.

-Natasha

-No.

-¿Quieres dejar de comportarte como una niña de 5 años y cambiarte esa ropa mojada de una maldita vez?

-Tú también estás mojado por la nieve- dijo en un tono irónico.

-¿Es en serio, Natasha? Sólo cámbiate y ya.

-Cámbiate tú también, es lo mismo.

-Argh, ¿sabes qué? De acuerdo, me cambiaré.

Se levantó del suelo y se quitó el abrigo, después rápidamente pasó su playera por encima de los hombros, quedándose con el pecho descubierto.

Podría ser un idiota, pero estaba bien y en forma, pensó Natasha mientras mordía levemente su labio inferior.

Se giró inmediatamente, tomó la ropa que Clint le había ofrecido y se encaminó hacia el pequeño baño de la habitación. Antes de cerrar la puerta escuchó a Clint: -El baño también está asegurado Tasha.

Ella volvió a rodar sus ojos, le había leído la mente, así que volvió al plan original: cambiarse rápidamente y después volver a salir.

Clint ya también estaba en pantalones deportivos grises, playera negra y calcetines.

-¿Tienes hambre?- le preguntó él mientras hurgaba entre los cajones.

-¿Te importa?

-Creo que por eso pregunté. Por aquí deben de estar... ¡BINGO!

Natasha se acercó a ver que había encontrado: un paquete de galletas Canelitas®.

-¿Es en serio?

-Oye, no me juzgues, estoy encerrado aquí contigo y por ahora es lo único que hay de comer ¿cierto JARVIS?

-Está en lo correcto, Agente Barton. Buenos días, agente Romanoff.

-¿A quién saluda la inteligencia? Creo que está equivocada, es Romanova, no Romanoff.

-Lo siento, debe ser un error en el registro, confirme por favor: Natasha Romanoff.

-Error: Natalia Alianovna Romanova.

-Según los archivos que el señor Stark posee de SHIELD...

-Otra vez hackeó el sistema- interrumpió Barton mientras rodaba los ojos.

-Natalia Alianovna Romanova es Natasha Romanoff, adoptó esa versión americana hace 7 años que se unió a SHIELD como compañera de misión de Clinton Francis Barton, alias Hawkeye.

-Buena broma, ¿yo? ¿en SHIELD? ¿su compañera?- intentó reír Natasha, pero se calló cuando la cara del arquero estaba totalmente seria.

-Hay muchas cosas que aún no sabes, o más bien no recuerdas Nat.

-En primera no me llames de esa manera y en segunda ¿TÚ QUE PUEDES SABER DE MÍ?- le gritó la pelirroja.

-PUES MÁS QUE TÚ SI SÉ, NATASHA.- le respondió él, su enojo creciendo cada vez más.

-Pruébalo.-dijo Natasha en una voz cautelosa.

-Lo haré-respondió Clint -¿JARVIS?

Please, remember me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora