Recuérdame. [SIMM #2.]

Especial 3

Como se lee arriba este capítulo tiene escenas sexuales, queda a su criterio leer o no! No suelo escribir mucho este tipo de escenas espero y lo disfruten ;)

SAVANNAH

Me sentí acalorada, como si el cuerpo se me estuviese prendido fuego y yo me estuviera consumiendo de deseo. Mis manos estaban tiesas pero picaban por el la ansiedad de tocarme, necesitaba ser tocada de una u otra manera. Ni siquiera sabía cómo estaba actuando Marcus a mi lado, porque no podía concentrarme en otra cosa que en la escena que veían mis ojos, lo único que sentía eran mis flujos caer con lentitud por cada maniobra que él le hacía a ella, y mis pezones estaban duros y firmes gritando por algún tipo de contacto.

Retuve la respiración cuando él abrió las piernas de su mujer dejándonos ver su feminidad por completo y luego deslizó sus dedos por sus flujos para llevarlos a su propia boca y saborearlos.

Gemí por lo bajo ante la escena, todo lo que Jay y Noa hacían era erótico, incluso la cosa más boba como las caricias que se dieron al comienzo cuando aceptamos su petición y nos llevaron a una habitación de color bordó con todo tipo de artículos y muebles que vaya a saber uno para qué eran. No me consideraba mojigata en el sexo, pero la mayoría de las cosas que había en esa habitación jamás las había utilizado. Marcus y yo lo pasábamos bien en la intimidad, éramos pasión pura, pero jamás se nos había ocurrido practicar algo como esto, y joder, creo que comenzaba a gustarme.

Mordí mi labio y miré a Marcus justo antes de que Jay hundiera dos de sus dedos en el interior de Noa.

— Te excita, ¿verdad? — preguntó en un susurro clavando sus ojos verdes en los míos. Asentí con lentitud escuchando los gemidos de Noa, sabía que a él también le gustaba, lo veía en sus pupilas dilatadas brillando por el deseo. No me hizo falta mirar hacia su paquete para saber que tenía a su amigo firme y duro, y tampoco me hizo falta preguntarle si quería intentarlo, todo rastro de dudas que había tenido al principio se había esfumado, él al igual que yo necesitábamos esto, todo aquello era mucho más fuerte que los celos o posesividad.

— ¿Quieres hacerlo? — pregunté pegando mi cuerpo al suyo, necesitaba algún tipo de contacto y cuando lo tuve no callé ni por un segundo el gemido que salió de mis labios cuando mis pezones chocaron en su pecho firme. Marcus deslizó su mano por mi espalda pegándome más a su cuerpo, clavándome su miembro y haciéndome escapar otro gemido.

— Sabes que no me gusta compartirte, pero sé que ellos son de confianza, que solo será placer puro, y que me amas a mi.

— Y tú a mi — obvie uniendo nuestros labios en un beso feroz y hambriento —. Podemos hacerlo con calma.

— No follarás con él — negó cerrando sus ojos con fuerza, sonreí de lado, él seguía siendo él, y lo amaba por eso —, sólo jugaremos, y nada de besos — ordenó deslizando su pulgar por mi labio inferior.