Capítulo 13

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SAVANNAH

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SAVANNAH

Esto se estaba yendo a la mierda.

Marcus estaba a pocos metros de nosotros bailando muy íntimamente con Helle, la pechugona de pelo negro me daba la espalda, y así Marcus tenía la perfecta vista de cada uno de mis movimientos. El muy hijo de su madre estaba detrás de cada paso que daba, si le pedía a Aisha para ir a la segunda planta él aparecía allí con su garrapata personal, quería alejarme de él pero me lo dificultaba. Sabía lo que quería lograr; si había algo que me molestase más que todo, es que me controlasen, que estuviesen encima mío me hacía sentir atrapada y asfixiada, Marcus lo sabía a la perfección y por esa razón no me dejaba en paz, él quería que yo me largase de aquí.

- ¿Puedes tranquilizarte?

- Es que me está sacando de mis casillas - le respondí a mi amiga, tras darle una última calada al cigarro. Llevaba fumando más de lo que lo había hecho en toda mi vida, ni siquiera fumando lograba calmar mis nervios.

- Entonces nos vamos, hay más clubes.

- No, él quiere eso, quiere que me largue para poder liarse con la tipeja esa.

- Si él quisiese liarse con Helle... ¿crees que no lo habría hecho?

Tenía un buen punto, no hacia falta mi presencia para que él se liase con ella, pero el problema no era ese, el problema era que si yo me iba... él ganaría. Yo tenía tanto derecho a estar aquí como todos los presentes, y no llegaría al punto en el que si Marcus entraba a cierto lugar, yo tendría que irme.

- No me dejaré pasar por encima, tengo tanto derecho a estar aquí como todos.

- Entonces tienes tanto derecho a bailar y liarte como él - puntualizó sonriendo de manera malvada -, vamos a darle una cucharada de su propia medicina.

Aisha me arrastró nuevamente a la pista de baile en donde Felix y Nathaniel nos esperaban, fijé mi vista al frente en donde Marcus seguía bailando con Helle; él me sonrió abiertamente para luego colocar sus manos en la cintura de ella y pegarla más a su cuerpo.

- Bailemos - le dije a Nathaniel tomando su mano y alejándonos un poco.

Comenzamos a bailar al ritmo de la música y a pesar de que no era una canción muy lenta o sensual, tomé fuerzas para ir pegándome de a poco al cuerpo del rubio; lo cierto es que no sentía ningún tipo de atracción por mi acompañante por más que fuese un chico muy divertido y atento, el único deseo que podía sentir hacia él era el de beber su sangre.

Nathaniel colocó sus manos en mi cintura cuando una canción bastante sensual comenzó sonar, miré por encima de su hombro y me encontré con los brillantes ojos verdes de Marcus, él me miró y ensanchó aún más su sonrisa, entrecerró sus ojos retándome con la mirada a lo que sonreí como respuesta.

Si así quieres jugar, juguemos.

Marcus giró el cuerpo de Helle pegando la espalda de la pechugona a su pecho, ésta no perdió el tiempo y restregó su trasero contra él. La pechugona no estaba al corriente que él no le prestaba la más mínima atención, ya que sus ojos verdes esperaban mis próximos movimientos.

Recuérdame. [SIMM #2.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora