Capítulo Diecinueve.Solar Blake
¿Por qué me hace sufrir? Ruedo los ojos irritada y suelto un suspiro derrotada. Otro día será.
-¿Por qué eres así? Te das cuenta que me haces sufrir, y me duele, me duele mucho-digo jadeando.
Xander se ríe y se separa de mí para ir a la cabina de control para irnos ya. Lloriqueo en silencio y me agacho para recoger el vestido, me lo coloco más que frustrada y resoplo quitando los mechones de mi cara.
Tendré que esperar...
Al llegar al muelle, Xander hace un procedimiento medio raro, parar esto, detener esto, atar esto, ajustar esto, en fin. Me perdí con tanto movimiento y me baje del yate dando un salto, me estabilizó al ver que me iba hacia adelante y suspiro de alivio cuando no hice el ridículo. Al rato siento que Xander se baja y me toma de la cintura.
-¿Qué pasa?-pregunta. Siento su aliento chocar con mi mejilla y da un pequeño beso en mis pómulos, se separa y me coge de la mano para atraerme hacia él, lo hago con un puchero en mis labios. Lo miró con ojos de cordero degollado y él volvió a reír.
¡Tengo frustración sexual! ¿Cuándo fue la última vez que tuve sexo? Ah, si. Hace dos años y medio, con un hijo de su puta que solo se tomó el honor de complacerse a él mismo. Suelto un bufido y con mi mano toco mi mejilla, dándome cariño.
¡Mis dedos NO sirvieron!
-Odio la espera...
Xander sonríe lentamente y sus ojos se achican al mirarme. Se me queda viendo mis ojos como si fueran los más hermoso de la tierra, y su sonrisa se agranda cuando pone su palma encima de mi mano que se encuentra en mi mejilla.
Lo observo de la misma forma.
-Eres hermosa, mi rubia-me pone un mechón de cabello detrás de la oreja.
Me sonrojo y me quedo sin palabras. Su manera de mirarme es preciosa, y me deja sin más. Sin nada que decir. No hay palabras para expresar lo maravilloso que es la forma, acciones que él hace.
Es simplemente perfecto.
-¿Lo soy?
Él arruga su nariz y arroja aire de su boca, como si estuviera conteniendo dentro de él. Fascinada lo veo como su lengua se hace conocer en su mejilla como un pequeño bulto y su mano en mi cintura me aprieta más contra su pelvis.
-Eres jodidamente hermosa, mi rubia. ¿Tengo que hacer algo para que se te quede en esta cabecita tuya?-toca mi cabeza con su dedo y sonríe coqueto.
Suspiro completamente enamorada.
Chillo cuando Xander me levanta del suelo de imprevisto y me recarga contra su pecho, me río escondiendo mi barbilla en su cuello.
-¿Nos vamos?-pregunta caminando al estacionamiento, entre risas y anécdotas, pero de un momento a otro, se detiene abruptamente.
Me baja de inmediato al suelo y me coloca detrás de su espalda. Lo siento tensar su cuerpo y poner su mano en la parte trasera de su pantalón corto, veo un reflejo plateado y trago saliva al darme cuenta del arma. Asomo mi cabeza y veo a mi padrino parado en medio de todos sus hombres, como un ejército mirándonos con rostros serios y con ganas de moler a golpes nuestros cuerpos.
-¿Quién eres? ¿Qué quieres?-pregunta Xander con voz grave y poniéndose en posición de defensa. Me mira de reojo y me empuja otra vez a su espalda.
Mi padrino no habla, solo me señala y sonrío mostrando los dientes con nerviosismo. Carajo. Xander me observa y frunce el ceño confundido
Me adelanto a salir de su espalda y levantar la mano, saludando a mi padrino con una gran sonrisa falsa.
-Hola, ¿Qué tal? ¿La familia? ¿Todo bien en casa?-su gran séquito de guardias sueltan risas y no pasa mucho cuando se callan con la mirada asesina que les dedica mi padrino.
Xander coloca una mano sobre mi cintura, su mano hirviendo a través del vestido y me remuevo nerviosa.
Carajo, por dos.
-¿Qué haces aquí? ¿Y quién es este hombre? Te recuerdo que tienes prohibido conocer a hombres, te lo dije. Me volviste a desobedecer-pongo los ojos en blanco y me recuesto contra el pecho de Xander.
Me importa una mierda las idioteces que digas, hijo de puta.
-¡Es mi vida! Y yo puedo hacer lo que se me plazca, psicópata de mierda-dicho esto, me giro y tomo del brazo a Xander para irnos.
Al instante me doy cuenta que los secuaces de mi padrino me están siguiendo, Xander se preocupa y me pide las llaves del coche.
-Me quedaré contigo...
Abro la boca y sonrío con alegría.
¡ES HOY, ES HOY! muevo mi cabeza como si estuviera bailando y lo veo fruncir el ceño. Rodeo el auto y me subo en el asiento de copiloto, enciende el auto y se pone en marcha.
Al llegar a mi departamento, luego de un gran silencio, este se baja y me espera afuera con los brazos cruzados sobre su pecho y más serio que un padre cuando se entera que su hija está embarazada. ¡Dios mío!
Se ve sexy. Muerdo mis labios y pongo un mechón de mi cabello detrás de mis orejas.
Lo llevo por el vestíbulo, y saludo al señor detrás de la recepción, cojo de la camisa a Xander y lo empujo al ascensor. Cuando la puerta se cierra, me giro y veo a mi hombre. Muerdo mis labios alzando mis cejas, él se ríe al ver mi expresión.
¡Hiciste algo bien, psicópata de mierda! Tengo a mi hombre aquí conmigo.
-¿Quién era ese hombre?-pregunta interesado, mirándome con los ojos entrecerrados.
Le resto importancia.
-Es mi padrino. Un gilipollas que odio con todo mi ser-sonrío falsamente y veo el panel en donde se ven los números de los pisos. Tenemos para mucho hasta que lleguemos a mi departamento.
Último piso.
-Me cayó como patada en los huevos. Así no se trata a una mujer, aparte, tú eres libre de hacer lo que jodidos quieras. ¿Siempre es así? ¿Tus padres saben de esto?...
Abro mis ojos e inflo las mejillas.
-Mis padres tenían pensado poner a mi abuelo como mi padrino, pero... él se autoproclamó mi padrino y odio eso. Es un idiota obsesionado por mí-hago tronar mis labios. Xander mira mis labios y asiente conforme con la información.
-Pues, es un imbecil.
Cuando suena el típico timbre de los ascensores, nos bajamos en mi piso.
Camino a la puerta y lo abro con mi tarjeta digital, al abrirse la puerta, veo el suelo y me sonrojo furiosamente. Recojo inmediatamente un brasier del suelo y unas bragas. Voy corriendo a la lavandería y grito.
-¡Siéntete como en tu casa!
Cuando llego al pasillo de la lavandería, abro la puerta y dejo la ropa sobre la lavadora, suspiro y me vuelvo. Recorro el mismo pasillo interminable y llego a la sala de estar, en donde me encuentro a Xander viendo la pared de dibujos: Pared de Kay.
Esa pared antes estaba vacía, blanca completamente, y Kay solo uso su magia con la pintura y arte de dibujo. Me hizo un mural muy bonito.
-Es muy lindo-apunta el mural y luego le da una ojeada a mi ordenado departamento. Paredes celestes, piso alfombrado color blanco y un sillón gris opaco en L, una TV frente al sillón y una mesilla en medio. Mi casa estaba llenísima de plantas, me encantaban. Mi mamá decía que en vez de casa, era una florería, la verdad es que muchos piensan lo mismo-¿Por qué saliste corriendo?-me pongo nerviosa y me rasco la frente.
-Por nada. Ven, te llevo a la cocina.
La cocina era gigante, sueño de toda mujer, creo. Una gran isla en medio con diseño del mar y de madera, piso blanco y repisas con las cosas que más uso para cocinar.
Era la cocina más linda que he tenido. Es mi gusto después de todo.
-Wow-musita tocando la madera con su dedo índice y lo pasa sobre la playa falsa dentro de un cristal-Deseo vivir en esta isla.
Y a mi me encantaría acompañarte.
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Los sueños de Solar Blake
RomanceXander James es un hombre lleno de problemas y peligro, con una personalidad completamente diferente a la que ven sus enemigos; terco, amable, coqueto y muy risueño. Su deseo más grande es encontrar a la chica que lo cautivo años atrás después de un...