Solar Blake.
Dos años después.
La mano sudorosa de Xander se apretó cuando llegamos al lugar que él mismo me dijo que me enseñaría. Quería mostrarme algo, no sabía qué, pero lo que sea, trataría de entenderlo.
Su cabeza cayó sobre la almohadilla de su asiento y extendí mi mano para acariciar las hebras de su cabello.
—No vengo aquí desde hace tiempo... Este lugar me deja un mal sabor de boca y no me gusta, pero tengo que hacerlo por él y por ella—murmuró, besando castamente mi muñeca. Me miró con los ojos entrecerrados y sonrió en medio de un suspiró.
—Estamos en el cementerio... Creí que nunca traerías aquí—contesté.
Xander cierra sus ojos y me aprieta la mano en el muslo. Pasa su pulgar por encima de la tela desatada que deja el vestido.
—Nunca me ha gustado venir a los cementerios. Tengo un pensamiento muy frío con respecto a la muerte de mis seres queridos aquí. Venir todos los meses al cementerio para ver solo una escultura de piedra no es lo que quiero hacer en mi vida, llorar por la muerte de esa persona cuando ya está descansando en un lugar lejos de este mundo. Yo los mantengo en mi corazón, y soy feliz con eso. Me pone tenso venir a este lugar, pero debo hacerlo... Te quiero presentar con él y ella. A mis padres y a mi hijo—carraspeó—Y a Resse. Sé que ellos estarían felices de que seguí con mi vida, pero también por haber encontrado a una persona que me da el apoyo fundamental cuando lo necesito y cuando no. Ellos te hubieran amado, mi rubia—dijo, mirándome finalmente.
Mis mejillas se ruborizaron.
—¿Lo crees?—pregunté insegura.
Xander se inclinó sobre mi asiento y posó dulcemente sus manos sobre mi cuello. Mis ojos se hallaron con los suyos y una media sonrisa iluminó su semblante.
—Eres maravillosa—Susurró—Tal como me gustaste a mí sin siquiera conocerte, les vas a encantar a ellos. Eso es lo que haces en las personas, eres maravillosa, Solar. Y no lo pienso solo yo, lo piensan los demás.
Fruncí el ceño.
—¿Gustaste?
Los ojos de Xander descendieron hacia mis labios, se los relamío y sonrió de lado, remarcando los hoyuelos a los costados de sus comisuras. La barba insípida se había retirado de su rostro y había dado la bienvenida a un hombre con barbilla de bebé. Se veía guapo con barba o sin barba, pero me gustaba más con barba.
—Ya no me gustas, Solar...
Abrí la boca, sintiendo mis ojos humedecerse.
¿Qué?
—Estoy profunda y completamente enamorado de ti, femeie frumoasă—confesó con aquel acento que me apretó el estómago y algo más.
Mi puño impacto contra su pecho y apreté mis labios con enojo.
—Idiota—murmure, tapando mi rostro con mis manos—Me asustaste, tonto. Creí que sería algo malo—dije con las palabras ahogadas contra mis palmas. Alce la cabeza y suspire, sonriendo al fin—Estás cumpliendo otros de mis sueños, Xander...
Mi confesión lo dejó confundido.
—Creo que deberías tomar tu libro de la guantera y escribir todos tus sueños ahí, mi rubia. Ya perdí la cuenta de cuantos sueños van...
—Y yo creo que deberías dejar de retenerte y mostrarme que tan agresivo puedes ser en la cama, palabras tuyas—murmure, extendiendo mi mano hacia la guantera de la camioneta. Saque el libro que Xander nos hizo en nuestra salida al mar y abrí las últimas páginas. El libro estaba llenísimo, pero lentamente se iban cumpliendo algunas casillas.
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Los sueños de Solar Blake
RomanceXander James es un hombre lleno de problemas y peligro, con una personalidad completamente diferente a la que ven sus enemigos; terco, amable, coqueto y muy risueño. Su deseo más grande es encontrar a la chica que lo cautivo años atrás después de un...