Lucero: Es para ti. -sonrió-
Lucerito y Jose se retiraron a llevar sus
cuadernos, Lucero y Manuel se quedaron
soloS, entonces....fue cuando el
solto el llanto y la agarro a besos...
Lucero: ¿Por qué lloras? –le tomo el rostro-
Manuel: No sé, paresco niña- dijo limpiandose
los ojos-
Lucero: Mi amoorrr- lo abrazo-
Manuel: Es tan preciosa la canción, gracias!-la
besó-
Lucero: Hmmm de nada, todo eso que dice es
verdad, quiero que no me dejes ir, que me
ames como todos los días hasta
el último segundo de nuestras vidas.
Manuel solo la tomo en sus brazos y la beso
tan fuerte que la mordía muy fuerte, pero a ella
le encantaba eso,
Manuel no sabía de qué forma agradecerle.
Manuel: No sé como agradecerte que me hayas
aceptado otra vez, que me ames otra vez, que
me tengas y me soportes otra
vez.
Lucero: No, la que tiene que agradecerte soy
yo, por volver a hacerme sentir mujer, plena,
feliz y enamorada, no
quiero que me dejes nunca.
Cerca de las 8:30 fueron a acostar a los niños.
Y depués ellos se fueron a costar.
Manuel: reina, un placer haberte acompañado
todo el día, pero ya me voy.
Lucero: ¿perdón?
Manuel: Si, me voy... ultimadamente no salgo
acá.
Lucero: pero si está es tú casa-se le acercó-
no quiero que te vayas.
Manuel:Si, pero mis cosas están en el depa
nena.
Lucero: pero...yo no quiero que te vayas mi
amor.Quédate conmigo.
Manuel: Pero-luego lo calló con su dedo indice-
Lucero: No digas nada, quiero que durmamos
juntos el resto de nuestras vidas.
Manuel: bueno ya que insistes.-la brazó
persibiendo el olor del cuello de lucero, le
mataba ese aroma, lo volvía loco
era tan placentero sentirla.-
Lucero: ¡Manuel! Que tanto me hueles?-rió-
Manuel: es que tú aroma y tú son deliciosos.
Lucero: Okei, Manuel te dije que te quedarás
pero necesito descansar para mañana porque