Capitulo 58

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-Manuel... no me hagas esto- lo observaba con tanta delicadeza.
Podía controlarla de una manera impactante.

-Hablemos en otro momento, por favor.- le suplico con su mirada.

Esa mirada que lo hechizaba y enloquecía cada vez que encontraba en el firmamento a su Lucero, tan pura, fina, majestuosa, como solo ella sabía serlo, su Lucero, el Lucero de su vida.

¿Me podrías explicar que tanto hacías con Manuel en la cocina? ¿Por qué tantos gritos? ¿te agredió?, responde Lucero. –Preguntó con insistencia Michel.
Hmmm, pues eh... -cancaneó.- no, solo que, se apareció la nueva mujer de Manuel y pues ya sabrás.

Te pusiste celosa, supongo.-dijo él.

¿Qué? Eh, no. Simplemente me molestó lo insolente que es, es todo. –Dijo poco convincente.

La noche transcurría muy normal para Lucero, José estaba feliz y además pudo controlar la situación luego de que Carla llegase, pero a Lucerito se le ocurrió una gran idea que acabaría con la paciencia de Michel.

¿Notas como nuestros papás se ven?- Dijo Lucerito.

Pues, algo. Pero debe ser por algo especial.- Dijo José.

Se quieren, y desean hacer cosas de adultos.-

No seas mentirosa nena, ellos se divorciaron, ya no se quieren.-le espetó él.

Vas a ver que sí.-corrió y llegó donde Manuel- Papito ven.- lo tomó de la mano-Quiero que cantes con mami.

¿Qué?-de inmediato sus ojos se abrieron como platos.

Sí, ven. –Dijo mientras halaba a Manuel a donde estaban Lucero y Michel-

Él no ponía mucha resistencia, pero "actuaba" como si lo hiciese.

Quiero que canten juntos, ahora.- Dijo con una sonrisa muy articulada.

<<Nervios, incomodidad.>>

¿Qué? No estamos preparados para... para eso- tartamudeó.

Michel observaba la situación con tanta rabia, celos.

No importa, canten algo, ustedes son los mejores del mundo.- Dijo la niña ilusionada en voz alta, provocando que todos escucharan.

-Canten, hace mucho no los escuchamos juntos- les pidió José.

Lucero y Manuel se miraron fijamente, no sabían que decir ¿Cantar? ¿Juntos? era una gran idea, pero no ahí. La música para ellos significaba el gran milagro del amor, por ella se conocieron, por ella se enamoraron y sin duda podrían volver a amarse gracias a ella.

Pues, ¿Qué tal si cantamos el cumpleaños?-Dijo Lucero.

No, yo quiero que canten su música.-Sentenció la nena.

<<<Sin lugar a dudas tenía el carácter de los dos, posesivo y terco.>>>

Podríamos cantar el cumpleaños y luego cualquier otra canción.- propuso Manuel.

Tenía la intensión de aplazar esa "canción" que tal vez haría que renaciera aquel sentimiento tan inmenso que los unió desde aquella vez que se conocieron.

Ambos animaron con palmas mientras entonaban la clásica canción del cumpleaños, todos gritaban, aplaudían, eran felices.

A Michel nada de lo que pasaba le agradaba, era incomodo que su novia compartiese tanto con su ex- marido, sin embargo, sabría controlar la ira y los celos.

Al terminar de cantar, ambos tomaron rumbo hacía sus asientos, pero a los niños no se les olvidaba lo que ellos les prometieron anteriormente.

Ahora les toca cantar una de sus canciones- Les dijo la nena.

Y quiero que sea aquella que tarareaban todos los días antes, esa que se llama... "Veces amor" o como sea. por favor.- manifestó Jose.

Lucero tomo aire y Manuel se frotó la barbilla, tanta incomodidad ¿Cómo era que esos niños sabían tanto? ¿A caso les enseñaron tanto? se nota que los querían juntos.

Ambos se observaron un momento y Manuel le hizo seña para comenzar a cantar mientras se sentaba en aquel piano que había sido testigo de todo el amor que algún día derrocharon todas las noches, todos los días.

"Amor, cuatro letras tan sencillas de hilvanar, amor" vocalizaba, mientras los manos acariciaban las teclas del piano. Las miradas de ambos traspasaban cada hilo de ropa que traían puesto, era uno solo cantando.

"Y yo en franca desesperación, soñando con abrirte el corazón para saber si me has mentido, o a otro se lo has prometido"

Cada estrofa, cada letra se metía de lleno en su alma era un frenesí de emociones que les llenaba el alma por completo. Le hacía sentir tantas cosas inexplicables sin ponerse un solo dedo encima.

"Y yo pierdo a golpes la razón
y convierto en rabia mi obsesión
mi fantasía me abandona
y el alma se me desmorona.
Por culpa del amor."


Era exactamente lo que sentía <<rabia>> pero amor a la vez.

Todos los presentes eran testigos del amor que se profesaban ambos; sin importarles nada, uniendo su música una vez más como causa del amor que sentían.

Michel los observaba y mientras lo hacía entendía que al quedarse con Lucero la estaba privando de ser feliz y él
se estaba engañanando al creer que ella lo amaba
, porque tal vez lo quería pero ¿Amar? eso se notaba a leguas que no. Entonces salió de la casa sin más, en el momento en que Lucero y Mijares habían terminado de cantar, provocando que Lucero fuese tras de él y dejando a todos ahí en la sala.

No Se Murio El Amor❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora