Y ahí estaban una vez más, con discusiones y más
discusiones ¿Por tonterías? Quizás... pero tonterías que los
enojaban y los separaban más y más.
Daban las 9:00 de la noche y Lucero llegaba a penas de a
su casa de trabajar, había salido un poco ‘tarde’ para ella,
pero sabía que a medida que iba pasando el tiempo iba a
llegar más y más tarde.
Lucero: ¡Buenas noches! –gritó desde la puerta-
Jose: ¡Mamáaaaa! –dijo mientras bajaba de las escaleras-
por fin –sonrió y la abrazó-
Lucero: Te extrañe hoy mi nene.
Jose: yo también y la beba igual.
Lucero: y donde esta la nena?
Jose: te estabamos esperando y ella se quedó dormida.
Lucero: ¿Cómo? Su papá no ha llegado por acá?
Jose: Hmm no.
¡Qué raro!, manuel siempre llegaba antes que ella... para
recibirla y para que se fuera la señora Lucero quién
cuidaba a los niños por la tarde.
Sr Lucero: Hija.
Lucero: mami –la beso en la mejilla- Manuel.. no ha
llegado?
Sr: Lucero: NO, ni ha llamado.
Lucero: Comprendo per...
Derrepente suena el timbre.
-Ding Dong-
Jose: ¡Papiiiiiiiiiiiiiiiiii! – se le tira encima-
Manuel: Campeón, Sra Lucero. – les sonrió a ambos-
Sra Lucero: Bueno, yo mejor me voy... es un poco tarde. –se
despidió-
Unos minutos más tardes estaban los 3 sentados en el sofá
de la sala.
Era tan incomodo, Manuel seguía enojado se le veía en la
cara, él y el niño hablaban de la escuela y de unas niñas
que estaban enamoradas de el niño.
Manuel por el contrario estaba deseando que el niño no se
fuera de ahí, no queria quedarse a hablar a solas con
Lucero, no todavía. Sabía que se había comportado como un
niño caprichoso en la mañana.
Jose: Voy a organizar mis libros. –se fue-
--¡GRANDIOSO!- pensó manuel.
Los dos se quedaron sentados, hubo un silencio
absoluto...no se escuchaba más que sus respiraciones
aceleradas, ambos querían hablarse...solo pedirse disculpas
por lo de la mañana, pero ambos esperaban que el otro
hablara primero.
Este silencio fue perturbado por el ringtone de Lucero, claro
estaba sonando su telefono y era... sí ¡ERA MARCELO!.
Lucero dudo en contestar, pero quería probar a Manuel
entonces sí lo hizo.
Lucero: Marcelito –dijo un poco duro-
Manuel frunció el ceño.
Lucero: Sí, sí... no te preocupes el NO TIENE POR QUÉ
ESTAR ASÍ...si , no, no te preocupes. Sí...nos vemos allá,
beso.
Lucero colgó y miró a Manuel esperando a que le dijera algo,
pero nada, Marcelo la había llamado para preguntarle
como iban las cosas con Manuel.
Manuel seguía pegado a ese sofá y sus labios segían tezos.
Entonces ella se fue a su cuarto corriendo se cambió de
ropa, se puso su pijama, pero no cualquiera...era ese
babydoll que a él lo mataba, era blanco con bordes
plateados, en realidad hacía resaltar sus senos y las piernas
estaban descubiertas..pero ¿Yyyyyyyyyyyyyyyyy? Era su
casa y se supone que el ya no vivía ahí ¿no? .
Manuel abrió sus ojos como platos, en realidad si Lucero
quería que el reaccionará, lo estaba logrando definitivamente
Manuel desperto ese sentido masculino muy notorío,
mientras tanto Lucero estaba buscando algo en la repisa de
la sala y se puso de puntillas porque era algo alta... sé se
claro, solo por eso. ¿A quién quería engañar?
Quería era que Manuel le hablará la tomará y le hiciera el
amor ahí mismo.