Manuel seguía pegado a ese sofá y sus labios segían tezos.
Entonces ella se fue a su cuarto corriendo se cambió de
ropa, se puso su pijama, pero no cualquiera...era ese
babydoll que a él lo mataba, era blanco con bordes
plateados, en realidad hacía resaltar sus senos y las piernas
estaban descubiertas..pero ¿Yyyyyyyyyyyyyyyyy? Era su
casa y se supone que el ya no vivía ahí ¿no? .
Manuel abrió sus ojos como platos, en realidad si Lucero
quería que el reaccionará, lo estaba logrando definitivamente
Manuel despertó ese sentido masculino muy notorio,
mientras tanto Lucero estaba buscando algo en la repisa de
la sala y se puso de puntillas porque era algo alta... sé se
claro, solo por eso. ¿A quién quería engañar?
Quería era que Manuel le hablará la tomará y le hiciera el
amor ahí mismo.
Manuel continuaba observándola con tanta precisión, que
ella casi podía percibirlo de espaldas, mientras tanto , ella
seguía con él jueguito.
Miles de sensaciones recorrían ambos cuerpos, estaba
separados y aún así sentían delicioso!, Manuel tenía
apoyada, la cabeza en su dedo índice y el pulgar, hacía
como si no mirase hacía las curvas de aquella mujer, esa
mujer que lo volvía loco desde hace más de 20 años.
Pasaron unos 30 segundos, para que Manuel se aclarara la
garganta e hiciera un ruidito un tanto incómodo. Lucero sólo
se limitó a estremecerse, es que ese sonidito se le hizo tan
excitante.
Entonces Lucero se volteo, se miraron fijamente por unos
minutos y ella comenzó a sudar, estaba nerviosa y a la vez
indecisa, no sabía que hacer, quería besarlo, abrazarlo, que
la hiciera suya… pero a la vez quería golpearlo, darle unas
cuantas cachetadas por celoso.
-Deja de hacer eso, te voy a comer- pensaba Manuel.
-Dime algo, dame un beso amor mío- pensaba Lucero.
Ambos se deseaban demasiado, sentían como sus latidos se
aceleraban a cada segundo, su fluido sanguíneo estaba
caliente, demasiado, había un silencio total en toda esa
sala, era extraño.
-Amor- ambos dijeron al tiempo y rieron.
-Spaw- dijo ella –reina- dijo él
-¡te extraño!- dieron ambos.
No habían terminado de hablar cuando estaban sus labios
hambrientos de amor, pegados entre sí. El tiempo ya no
transcurría, era perfecto, todo comenzó como algo lento,
unos cuantos piquitos por toda la cara de Lucero, mientras
ella estaba inmóvil, todas las sensaciones que tenía eran
únicas, esas que sólo Manuel provocaba en ella, poco a
poco fue aumentando el ritmo y ya casi no podían ni
respirar, se tenían tantas ganas, él solo acariciaba las
piernas de Lucero descubiertas mientras ella se limitaba a
sentir.
Manuel: Eres perfecta. Perdóname.
Lucero sólo sonrió y lo abrazó tan fuerte y esta solo dijo
unas cuantas palabras.
-Mi spaw, no me dejes ir- cosa que hizo que Manuel se
conmoviera y sus ojos se aguaran tan rápido, todo era tan
romántico, parecía novela de las 8:00.
……………
Lucero: Así que estabas como bobo mirándome.- sonrió,
mientras estaba acostada en las piernas de él, en el sillón.-
Manuel: ¿YOOOOOOOOOOO? –se hizo el desentendido-
Lucero: Yo sé que sí. –lo miro fijamente-
Manuel: bueno está bien, te miraba porque eres mía,
¿YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY?
Ambos rieron.
Manuel: Eres linda, preciosa, te amo.
Ella se sonrojó y acerco sus labios a los de él, uniéndolos
una vez más, con un tierno beso, perfecto… pero este, este
iba mucho más allá este sería el comienzo de un derroche,
un bello derroche de amor fuego, amor y ternura.