capitulo 45

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José: Wow, mamá que hermosa te ves, ¿saldrás con papá?.

Lucero: No, saldré con... con otra persona.

Manuel estaba deslumbrado con tanta belleza, esa mujer estaba BUENA por todos lados... pero ESPEREN ¿Con otra persona? ¿Quién?.

Entonces a él se le despertó el instinto de macho celoso, ese que sólo Lucero podría lograr.

Manuel se levantó de aquel sillón indignado, ¿Para donde? Y ¿Con quién?, tenía ganas de reclamarle y en realidad lo hizo, entonces la halo hacía la cocina para hacerle el formal reproche.

Lucero: ¿Qué ocurre? –Preguntó un poco desconcertada-

Manuel: ¿A dónde vas?.

Lucero se alegró y se enojó, pero de las dos la segunda más que todo.

-Estás celoso- Pensó ella y no pudo aguantar las ganas de sonreír en ese momento.

Lucero: Me estas haciendo una escenita de celos o lo dices por que "los niños se quedarán solo en casa" –intentó imitarle-

Manuel: Lo digo porque eres mi mujer. –Fail Manuel, no lo es- pensó.

Ella se estremeció con tan gran, declaración  por parte de él

Lucero: ¿Disculpa? ¿En que vida soy tú... "Mujer"? Tú mujer se llama Carla, sí, esa que está embarazada de ti, con la que me engañaste, perdón, -hizo una pausa- pensándolo bien no me engañaste porque ya no era su esposa, sr José Manuel Mijares Morán.

Manuel: te equivocas, seguías siendo mía, Lucero, mía –enfatizó en lo último.- porque –la atrajo hacía él- porque te amo.

Lucero un tanto nerviosa, no dejaba de ver los labios de Manuel, hacía mucho que no lo probaba, los anhelaba tanto; los besos de él eran como un fuego intenso, sin lugar a duda.

Lucero: Creo que debo irme.

Manuel: ¿A dónde?

Lucero: Ya dije que no es asunto tuyo, no hagas las cosas más difíciles Manuel. – se fue-

Era tan dificil tener que alejarlo cada vez más, mientras él quería seguir cerca de ella.  Esa furia de sentimientos que la carcomian por dentro,  quería dejar salir tanto amor que aún sentía por Manuel: el gran amor de su vida, pero ya era tarde, muy tarde y gracias a todos sus errores, tenían que amarse por separado.

Ya Michel había llegado,  estaba exactamente en la puerta de la casa para tocar el timbre. No  se decidía: ¿Y sí estaba Manuel? ¿y si ella se había arrepentido?, no, no, no, tenía ganas de irse, pero ¿y si después creía que la había dejado plantada? No, no, no.

Ding dog.

Jose: Yo abro –gritó- Sí, ¿Quién es usted?.

Michel: Tú debes ser el famoso José.  –le dio una sonrisa-

Jose: Y usted, viene por mi mamá ¿o me equivoco?

Michel: Vaya, que inteligente. – le observó por un instante- Veo que no me recuerdas...

Jose: Ah, usted es amigo de mi papá no? –se sorprendió-

Michel: Sí, te conozco desde muy pequeño.

Lucero: Llegaste –sonrió-

Jose observó la situación y supuso lo que pasaba, ya estaba un poco grande, no era tonto.

>Qué incomodo< pensó ella.

Manuel estaba en la casa y aunque tenían claro que ya no eran nada, ella aún le tenía respeto, a pesar  de todo sentía que lo merecía. -¿Qué hago?- pensaba, mientras dentro de ella crecía tanta incertidrumbre. ¿Y si Manuel salía y la veía? Que diría... él era su amigo y pues ella su ex – mujer. Caray aún no eran nada y ya se estaba sintiendo culpable, pero "AÚN no somos nada" se detuvo a pensar. Entonces no tendría porqué sentirse así.

Mientras ella se envolvía en sus pensamientos, Michel y Jose continuaban hablando, con algo de dificultad, pero lo lograban... mientras tanto Manuel acompañaba a la nena a cepillarse los dientes.

Lucero: ¿Nos vamos?. –dijo por fin-

Michel sólo asintió.

Lucero: Cariño, que no se te olvide hacer la mochila de mañana y ayudar a la nena por si siente pesadillas, si no he llegado –le dio un tierno beso en la frente-

José: esta bien mami.

Michel sólo observaba lo hermosa y buena madre que era esa mujer que ya lo estaba volviendo loco, pero de ¿amor?.

Ambos se fueron en el carro de él, era una  2013negra.

Michel: Pero que bella estás mujer, sin duda pareces un tierna -sexy- damita.

Lucero se sonrrjó.

-Gracias, ese traje negro te sienta muy bien a ti.- dijo ella muy sonriente, en realidad le agradaba tal hombre... se sentía bien a su lado.
Velas, telones de seda, champagne, rosas blancas y una noche mágica, la luna estaba tan enorme y cerca de ellos, al igual que las estrellas que los acompañaban en su gran velada. Estaban en las afueras de la ciudad, era un gran jardín, sin duda seguro en el día sería algo encantador. Era tan maravilloso, aunque no estaban solos, había un par de parejas más, como dos o tres y algunos meseros vestidos de blanco y negro.

Lucero: Gran lugar, había escuchado de él, pero no sabía que era tan hermoso.

Él sólo le sonrió.

Luego de unos minutos, iban a ordenar, ella no tenía hambre.. –Una ensalada por favor.-

Michel: A mi me gustaría una hamburguesa, con refresco gracias.

Lucero lo miró admirada ¿ hamburguesa? ¿refresco? En un lugar como ese y él.

Lucero: Eres una cajita de sorpresas Michel, en serio... no me habría imaginado que comías, ese tipo de cosas.

Michel: ¿Qué? estoy muy viejo– Sonrió-

Lucero: Para nada, sólo que te ves tan serio y estricto. Sin duda cada vez que te conozco me sorprendo más y más.

Michel:¿En serio? –carcajeo- A mi me gusta vivir la vida al máximo, aunque me vean con cara de amargado, serio y no divertido, lo que sucede  es que no me gusta que me tomen mucho a juego en mis negocios, pero de resto, amo reír, comer, disfrutar de compañías como tú.

Ella no dejaba de escucharlo, cada  vez que decía algo encontraba en él parecidos con su filosofía y eso le encantaba, no sabía ¿por qué? Pero deseaba prolongar su compañía.

No Se Murio El Amor❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora