Lucero solo sonrió, Manuel tomo el rostro de
ella y la beso con tanta ternura, comenzó
siendo unos cuentos piquitos y ella se dejaba
besar, pero luego se convirtió en un beso donde
ambos se correspondian uno muy grande, lleno
de amor, pasion y mucha ternura....
A la mañana siguiente, los dos amanecieron
abrazados tirados en el suelo, Manuel abrió los
ojos y la vió entre sus brazos, entonces decidió
tomarla entre sus brazos y acostarla en la
cama y luego irse a bañar.
Lucero se despertó y no lo sintió a su lado.
Lucero: Manuel?-se froto los ojos entonces
escuchó la regadera del baño-
Se levanto, se coloco su kimono blanco de ceda
que le quedaba una cuarta arriba de las rodillas
y se dirigió hacía el.
Lucero:Manueeeeeeeeeeeeeels. –se asomo en
el baño arrecostandose en la puerda de la
ducha y Levanto una ceja-
Manuel: ¡Lucero! ¿Qué haces? –se tapó sus
partes mientrss el agua de la regadera caía en
todo su cuerpo-
Lucero: ¿que tanto te tapas?-prengunto pícara-
te conozco todito, no es nada nuevo, a demás le
dañas el chiste a verte bañar.
Manuel: No te burles, es pudor ¿sabes?
Lucero: Conmigo perdiste eso mi querido
Manuel.
Manuel: ¿Sales o quieres que te coma a besos
y caricias aquí en el baño?
Lucero: ¿Qué me recomiendas? –volvió a alzar
una ceja como siempre solía hacerlo, se acercó
a él y comenzo a
acariciarle el pecho a Manuel de una forma un
tanto, sexy.-
Manuel: Pues yo que tú me salgo-dijo mirando
su pecho y como Lucero estimulaba toda esa
parte de una forma que nadie jamás lo hizo- ,
pero como yo no soy tú y soy yo, mejor te
quedas-la trato de halar, pero ella fue mucho
más
inteligente y corrió solo le dijo unas cuantas
palabras y lo dejó ahí-
Lucero: Pues me voy. –carcajeo mientras
corría-
Manuel: Eres cruel Lucero Hogaza, MUY cruel.
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