Capitulo 47

575 40 3
                                    




Te amo Lucero, te amo nunca dudes de mi; solo hazlo de las personas que lograron separarnos.- Dijo él.-

No digas nada, yo solo sé que te amo, el resto ahora no importa. - Lo calló con sus dulces palabras.-

Alrededor de las 00:00, se quedaron completamente dormidos, pero llenos de mucha complacencia recíproca, estaban exhaustos. 

Entre las sedas de esa cama donde habrían hecho el amor, pero solo como dos pobres enamorados lo lograrían hacer; con  pasión y anhelo, esos que hace mucho les estaba desgarrando por dentro para que lo dejasen salir.

Tantos "te amo" y "te extraño" se habían escuchado esa noche en la que recordaron una vez más, como unieron sus almas aquel 18 de enero de 1997, ¿Tanto tiempo? como surcaba entre ellos, los años,  meses, días, horas, minutos.

Lucero despertó a las 8:03 de la mañana -Dios mio- pensó y se.giró para admirar a aquel hombre que amaba,Manuel Mijares; ese que le encantaba desde los 18 años de edad.

Se inundaba de recuerdos y moralejas con él y no podía evitar esbozar una tierna sonrisa.

Lucero: Spaw, spaw-lo acariciaba por la espalda- no sabes cuanto me duele que ahora, ahora... -suspiro- ahora ya no lo seas. ¿Por qué? -comenzo a temblarle la voz- te amo y siempre lo haré, pero ya no eres mi destino.-miro al techo y suspiro para volver a verlo a él que estaba acostado de espaldas a ella- Todo acabo.[b]

»Todo acabó.

Sí, todo y junto a ese todo, se destruyeron prácticamente cuatro vidas, dos de  ellas tan inocentes como dos bebés al nacer y que desde ese instante cargan con el pecado original; la desobediencia, la traición, la.seducción, esa que logró Carla al " estar con Manuel" aunque encajaría más, la traición y la mentira...Las tácticas que esa mujer usó para quebrantar una vez más, cada sueño, cada ilusión. Maldita sea, Manuel se estaba durmiendo en sus laureles mientras cabía la posibilidad de que esa criatura inocente no fuese de él.
Entre tantos pensamientos de ella, Manuel despertó y se percatò que ella lo observaba y le dedico una dulce sonrisa.

Manuel: ¿como amaneció, mi lindis? -le pregunto-

Lucero: pues - suspiro- cansada, pero bien.  Ya sabes.  –intentó sonreír.

Manuel: extrañaba verte despertar,-se detuvo- eres muy hermosa, así en pijama, con tus cabellos.

Ella no pudo evitar sonreirle.

Lucero: Manuel, mi Manuel, mi spaw. -lo abrazó aferrandose a él, como si sus cuerpos se incorporaran y fuesen dos seres destinados a amarse.

Él sólo dejaba que ella lo arrullaba en sus brazos, era maravilloso y singular, se sentía como una criatura cuando su madre se dedicaba a amarlo, sentía a Manuel tan propio: en ese momento era solo de ella,  quizás después de Carla y de su retoño, aquel efecto de una verdad o quizás ¿una mentira?. Mientras se aclarara tal acontecimiento, ella aceptaba con gran desdén aquella situación.
Lucero seguía totalmente desnuda, al igual que Manuel, estaban envueltos en las sabanas blancas y suaves de la cama que habían compartido como marido y mujer, como dos amantes que huían del escándalo social, pero que tenían claro que... ¿no se murió el amor?

Manuel: Mi lindis, mi reinis. Quisiera estar así, para siempre. -suspiró-

Lucero solo derramó una lágrima, que mojó todo su pómulo derecho.

Manuel lo secó, era lo único que podía hacer. Arrancar cada lágrima que esa mujer derramaba: Lucero, la única que lo llenaba de alegrías, aquella que simplemente le llenaba el alma.
Ella sabía que esa sería el último despertar a su lado, en realidad había aceptado hacer el amor con él porque ya se alejaría amorosamente de él.
Después de un rotundo silencio que les estaba destrozando el gran amor que deseaban gritarle a todo el mundo, Lucero rompió el hielo.

Lucero: Manuel, -calló por unos segundos- yo creo que deberías irte.

Él se impresionó, no esperaba que fuese tan directa y abrió sus ojos como platos.

No Se Murio El Amor❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora