-No digas nada, eres lo necesito en estos momentos.- Sin decir más la abrazó con tanta fuerza que ella no se negó a corresponderle.
Se miraron fijamente, observaban como ambos deseaban besarse, como sus labios a gritos se halaban para unirse en una de las demostraciones más grandes de amor, a solo milímetros ella recordó su situación, tenía novio y no podía hacerlo por más ex-esposa que fuese de Manuel, porque era eso, su ex-esposa.
Entonces unieron sus labios en un beso, uno cálido y sutil como el viento que le rozaba la tez a cada uno. Manuel sentía como Lucero rozaba sus labios. Sus lenguas hacían una fiesta en el paladar de cada uno, era definitivamente uno de los mejores momentos, era amor, las maripositas en la panza de ella revivían hambrientas de un manjar de deseo, toda ella lo deseaba aunque lo negara mil y una vez.
-No Manuel, no- Le espetó
-¿Por qué? Nos amamos, eso no lo niegues por Dios.- Insistió desesperado.
-Tengo un compromiso, no le puedo faltar, debo cuidarlo.-
-¿Y a mi corazón quién lo cuida? Nuestro compromiso de amarnos toda la vida ante Dios ¿Qué?, todo eso lo estás tirando a la basura por un hombre que
conociste mientras estábamos distanciados.
-¿Distanciados? Te parece distancia estar DIVORCIADOS, o sea deja la ridiculez.
-Pero teníamos planes, nuevos planes, Lucero.-
-No hagas las cosas más difíciles por favor...
-Que fácil es pedir que no haga las cosas más difíciles mientras tú sales por la tangente, evades tú realidad. ¿Sabes que? Escucha bien lo que te voy a
decir no pienso repetirlo:
Me he portado muy bien contigo, te he soportado tus desplantes, te he vuelto a buscar olvidando lo anterior, tras de eso me he aguantado toda tu desconfianza, que pena sacar este tema otra vez pero, que Carla esté esperando un hijo no quiere decir que sea mío y que ella diga que tuvimos relaciones esa noche, no significa que sea cierto, tú labor como mujer era creerme, yo jamás he desconfiado de ti, así que dejo esto por la paz, y si llego a descubrir que ese bebé de Carla no es mío... y nunca tuve relaciones con ella... seguirá esto como vamos y te vas a arrepentir.
-A mi no me amenaces. Ah, que no has desconfiado de mí, te recuerdo a ¿Marcelo? ¿Fernando? Cuando comencé a trabajar con él, te volviste un celoso compulsivo, casi me montas teatro en el set de grabación ¿Recuerdas? Alborada... aquella tarde-
**
Camerino hace algunos.años atrás.
-Que lindo que estés aquí spaw, pero no deberías dejar tanto tiempo solos a los niños. –dijo mientras besaba los labios de Manuel que permanecían estáticos, no se movía.- ¿Qué sucede?.
Sintió como la sonrisa de alegría que adornaba el rostro de él se desvanecía junto a la de ella.
-¿No ves? Estoy viéndote, trabajas casi 19 de las 24 horas del día y no te reclamo, solo quiero estar contigo, no me reclames que deje solos a los niños
eres la menos indicada. Te la pasas metida en aquí, con otras personas. –poso sus manos en los hombros de ella.- No soporto la idea que tengas que besar a otros hombres y yo no te pueda hacer el amor como tú marido. –la apretó y la dejo contra la pared del camerino.-
-Me lastimas Manuel- Intento soltarse.
-Y tú a mi más.- la soltó por fin.
Lucero se alejó completamente de él, le dio la espalda se sentía asustada, nunca le había hablado de esa forma, ni tocado con tanto desprecio
En shock ese era su estado, se sentía desesperada.
-Nena perdóname.- Dijo
-Lárgate-
-Reina escúchame.- la volteó de un tirón con fuerza.
-¿Otra vez? No me hagas odiarte.
Manuel veía en los ojos de su esposa algo que nunca había percibido ¿Era odio? ¿Era desprecio?. Estaba tan arrepentido, él no quería que el amor de su vida derramara lagrimas por su culpa.
-Te amo- Se acercó, besó su frente y salió sin más del camerino.
-Y yo a ti, no sabes cuanto- dijo ella entre suspiros.
**
-Eso no viene al caso.- gritó.
-No me grites, no tienes derecho.-
-Soy tú...
-¿MI QUÉ? Anda Manuel Mijares, quién eres? NADIE.-
-Ah, entonces no soy NADIE para ti bueno, espero que te rinda tú relación, ojalá nunca te arrepientas de esto "Reinis lindis"- Dijo con un tanto de
sarcasmo y se fue.
Lucero quedó plantada ahí, lo amaba ¿Qué había hecho?. Aunque ya no tenía vuelta de hoja se sentía como la peor de las mujeres, aunque en realidad
eso era lo que quería ¿Quizás? Que Manuel se alejará de ella de una vez por todas así fuese inventado la peor mentira: QUE NO LO AMABA.
Unas horas más tarde, después de dejar a Lucero con sus hijos en la casa emprendió hacía la clínica donde le darían firma y sello de la realidad.
-Buenas tardes señorita, ¿Me podría asesorar? gracias.