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Dean se escabulló al apartamento por la madrugada, Castiel estaba dormido en el sofá, a su lado había una botella de whiskey casi vacía, sabía que no despertaría en un buen rato.
Tendría libre el viernes porque así lo había indicado el señor Samuels, se recostó en la cama e intentó conciliar el sueño, se sentía solo porque estaba tan acostumbrado a dormir con Cas que fue muy extraño estar sin él, despertó cuando el apartamento estaba solo, era casi medio día.

Empacó mientras se le rompía el corazón, sus ojos de vez en cuando se llenaban de lágrimas pero se esforzó por no derramar ni una sola.
Terminó de empacar para las dos y media, llamó a Lee para ayudarle a llevar sus maletas al apartamento de Sid y mientras lo esperaba, se sirvió una taza de café y tomó asiento en la cocina.
Apreciando el lugar porque sabía que no lo vería en un buen rato, a su mente venían recuerdos de cada rincón del apartamento, cada risa, cada lágrima, cada uno de los besos que compartieron, miradas que dijeron lo que nunca hablaron en voz alta.
Recordó la primera vez que conoció a Cas, parecía un tipo intimidante pero eso no le restaba lo atractivo, si fuese extrovertido, tendría a todos a sus pies.

-Me informaron que llegarías el sábado.-Dijo Castiel y Dean casi tiene un paro respiratorio, su voz era profunda.

-Decidí llegar un poco antes.-Dijo Dean aclarando sus garganta para evitar sonar tan agudo.

-Ya lo noté.-Dijo Castiel y caminó hacia la sala, miró a Dean indicándole que lo siguiera.-Muy bien, reglas de la casa. UNO. Todo debe de mantenerse en su lugar. DOS. Nada de fiestas o reuniones. TRES. No ruido después de la media noche. CUATRO. No bebidas ni alimentos en el sofá ni la alfombra. CINCO. No toques mis cosas. SEIS. Nada de pláticas triviales...

-¿Te importaría anotarlo?-Preguntó Dean, estaba siendo sarcástico, aunque eran demasiadas reglas para recordar.

-SIETE. No bromees conmigo y la última pero no menos importante, No estamos aquí para ser amigos, los dos queremos estudiar.-Castiel miraba fijamente a Dean, este comenzó a sentirse un poco incómodo ya que no traía nada más que una toalla, sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal.-¿Entendido?

-Eso creo.-Dijo Dean asintiendo, entonces Castiel se alejó por el pasillo y cerró la puerta de su habitación tras de él.

Nunca cumplió las reglas, al menos no del todo, le gusta pensar que fue porque siempre le agradó a Cas.
Cuando se besaron por primera vez, que aunque no lo recuerda bien, sabe que Cas dio el primer paso.

Dean levantó la cabeza para encontrarse con el azul frío de esa mirada. Todo comenzaba a darle vueltas pero no tenía la suficiente fuerza para ponerse de pie. Se recargó sobre sus rodillas e intentó impulsarse para ponerse de pie consiguiendo caer sobre Castiel.

Castiel posó sus manos sobre las mejillas de Dean y sin pensarlo dos veces lo besó, Dean sin poder hacer mucho le siguió el ritmo pero segundos después rompió el beso y tomó el tazón donde antes había palomitas para proceder a vomitar, se había mareado demasiado.
Si Dean estuviera sobrio, estaría avergonzado y si Castiel estuviera sobrio se levantaría y se alejaría de inmediato sin decir nada. Pero en vez de eso Dean se abalanzó sobre Castiel y comenzaron a besarse desesperadamente.

Dean cayó perdidamente por Castiel, fue más que por los besos, Cas le dio la oportunidad de conocerlo verdaderamente, de ver que no era el Castiel del que todos hablaban, lo conmovió y verlo ser feliz por su hermano después de tanto tiempo, había sido suficiente para que Dean fuera feliz.

𝙋 𝙍 𝙀 𝙔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora