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Después de despedirse de Sam, Dean y Castiel regresaron al apartamento, no intercambiaron palabras en el camino, Dean pensaba que Castiel seguía abrumado en sus pensamientos y efectivamente Castiel estaba ensimismado con sus pensamientos que ignoraba totalmente las miradas de Dean.

Castiel volvió a alejarse, rara vez intercambiaron palabras, Dean sufría al verlo tan aislado, sabía que se trataba de su hermano pero no quería entrometerse en sus asuntos.
El cumpleaños de Dean era el sábado, la escuela estaba matándolo pero tomó todo el domingo para descansar un poco.
Soltó un suspiro mientras dejaba que el agua recorriera su espalda, los exámenes comenzaban en un mes y medio, pero tenía que entregar muchos proyectos para principios de febrero. Dean solo se decía a sí mismo que esto era por su futuro, estaba a medio camino y no podía joderlo.

Al cerrar la llave de agua, estiró su brazo para alcanzar una toalla, pero recordó que no había colgado ninguna al estar sumido en sus pensamientos. Después de maldecir, Dean salió de la ducha y caminó al pequeño estante que se encontraba frente a la ducha y a un lado del lavabo, siendo flojo no caminó hasta llegar al estante, sino que se estiró unos pasos atrás para tomar una toalla y accidentalmente se resbaló ya que sus pies estaban mojados, nada le había dolido tanto como esa caída, se sentó e intentó ponerse de pie apoyando sus manos en el piso, pero no lograba tener la suficiente fuerza para levantarse, cuando apoyaba su pierna derecha un dolor punzante aparecía en su tobillo, quería reír y llorar por la situación en la que se encontraba.

Escuchó la puerta del apartamento abrirse, Castiel había regresado de su caminata mañanera o al menos eso es lo que Dean pensaba cada vez que Castiel desaparecía los fines de semana, con la poca dignidad que le quedaba comenzó a gritar su nombre, con la esperanza de que lo ayudara a ponerse de pie. Castiel abrió la puerta del baño con el ceño fruncido, cuando sus ojos se encontraron con los de Dean levantó las cejas.

-¡Cierra los ojos!-Le gritó Dean intentando cubrirse.

-No tienes nada que no haya visto antes.-Dijo Castiel rodando los ojos.

-Pero es mi cuerpo, no quiero que lo veas.-Dean se encogió, estaba orgulloso de su cuerpo pero sentía vergüenza y se sentía intimidado ante los ojos de Castiel, que solo apartó la mirada.

-¿Qué demonios haces ahí?

-Tenía ganas de sentarme aquí un rato y supuse que querías acompañarme a analizar la decoración del baño.-Dean sonrió sarcásticamente, Castiel hizo una mueca y dio media vuelta para cerrar la puerta.-¡No! Espera...

-¿Si?-Preguntó Castiel inocente y aprovechó una vez más para recorrer con la mirada el cuerpo del rubio, esto era una tortura.

-Necesito ayuda para levantarme.-Dean bajó la vista, sin decir nada Castiel se acercó y tomó las manos de Dean para ayudarlo a ponerse de pie, cuando esté se apoyó sobre sus dos pies soltó un quejido y casi vuelve a caer pero Castiel lo tomó por la cintura.-Creo que no puedo caminar.

-Tienes que estar bromeando.-Dijo Castiel pero al ver la expresión de frustración en la cara de Dean, soltó un suspiro, sin importarle quedar empapado tomó a Dean entre sus brazos, sosteniendo sus piernas y su espalda.

-Wow, ¿qué haces?-Preguntó Dean rodeando el cuello de Castiel por miedo a caerse. Dean no podía sentirse más avergonzado, Castiel lo tenía entre sus brazos estando empapado y desnudo. El mayor no respondió, solo salió del baño y llevó a Dean hasta su habitación, con cuidado lo dejó sobre su cama y salió de la habitación.

Dean lo observó perplejo, eso había sido muy amable de su parte. Castiel volvió y le lanzó una toalla que le cubrió la cara, Dean se la quitó y observó a Castiel.

-Vístete, tienes que ir al médico.-Sin dejar que Dean protestase, Castiel cerró la puerta y soltó un gran suspiro, ese chico lo volvía loco.

Como pudo Dean se vistió y salió de su habitación apoyándose en una sola pierna, cuando Castiel lo vio, de inmediato se puso de pie y lo ayudó a llegar al sofá.

-Llamé al doctor Stevenson, no debe tardar en llegar.-Dijo Castiel de pie frente a Dean.

-¿Llamaste a un doctor? ¿Sabes lo que me costará eso?-Dean lo miró sorprendido, ni de chiste podía permitirse pagar un doctor particular con servicio a domicilio en domingo, más la medicina que le mandaría.

-Claro que lo sé, es mi doctor.-Castiel se encogió de hombros, llamaron a la puerta antes de que Dean se opusiera.

El Dr. Stevenson dijo que Dean había sufrido un esguince de segundo grado, así que su tobillo estaría inmovilizado mínimo por tres o cuatro semanas. Dean se lamentó por ser tan torpe, mientras hacía esto Castiel le pagó al doctor y lo acompañó a la puerta.

-No puedo creer que hayas pagado ¿Cuánto te debo?-Dijo Dean culpable.

-Nada.-Castiel se encogió de hombros.-Voy por tu medicina.

-No seas tonto, dime cuánto es.-Dean insistió.

-Ya te dije que no.-Castiel le contestó.

-No puedo dejar que pagues por mi, yo soy el accidentado.

-Si puedes, porque eres un tonto.-Castiel caminó hacia la puerta.

-Castiel, hablo en serio.-Dean frunció el ceño.-No deberías de pagar nada por mí.

-El dinero no es problema.-Se encogió de hombros y abrió la puerta.

-Espera.-Castiel se detuvo y observó a Dean.-Si no quieres dinero, déjame compensártelo de otra manera, no me puedo quedar de brazos cruzados.

-¿Lo que sea?-Preguntó Castiel alzando las cejas, Dean asintió pensando qué tal vez podría prepararle su comida favorita o algo así, Castiel le mostró una sonrisa pícara.-Tal vez haya algo que me gustaría hacerte...

-Eres un pervertido.-Dean le contestó indignado.-Yo hablaba de cocinarte algo o limpiar el departamento todo un mes.

Castiel no dijo nada más y salió del apartamento. Dean se sumió en el sofá y cruzó los brazos, no sabía cómo iría a la universidad ni cómo se trasladaría. Tampoco podía pedirle dinero a sus padres, tendría que explicarles que es un flojo idiota que ahora tenía un esguince, ellos no estaban muy felices desde el incidente del vuelo de Sam. Soltó un suspiro y se insultó a sí mismo una vez más.

Pensó en Castiel, había sido muy amable el día de hoy, pero aún seguía muy confundido, extrañaba a Dave pero aún no sabía qué estaba sucediendo entre los dos, solía repetirse que se estaba ilusionando, Castiel era muy distante y jamás le había dado una razón para pensar que él sentía algo por Dean. Solo besos.

Pero Dean se sentía extraño cuando estaba con Castiel, le gustaba estar cerca de él, que sus ojos se encontraran aunque no estuviesen hablando, que dijera su nombre, le gustaba verlo sonreír, disfrutaba hasta el mínimo contacto con él. Se repetía que solo se sentía atraído físicamente por Castiel a raíz de los besos, que esto solo era pasajero. Tal vez si volviera a salir con otros chicos ese sentimiento se iría.
Pero ¿y si no se iba? Dean entró en pánico y decidió pensar en su nuevo problema, su esguince.

 Pero ¿y si no se iba? Dean entró en pánico y decidió pensar en su nuevo problema, su esguince

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Ahora que Supernatural terminó me refugiaré en mi escritura intentando olvidar ese final. Quedé un poco decepcionada,
¿les gustó el final?

𝙋 𝙍 𝙀 𝙔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora