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Meg parecía disfrutar la situación, la tensión se podía sentir en el aire, casi se podía tocar... Dean intentaba ignorar que Castiel había entrado a su habitación la noche anterior y Castiel solo quería salir de ahí.
Desayunaban en silencio, Meg soltaba uno que otro comentario hacia Dean, Castiel solo los observaba en silencio desde el otro lado de la mesa.

-¿No tienes resaca Cassie?-Preguntó Meg con su típica sonrisa, los ojos de Castiel se posaron sobre los de ella.

-No.-Mintió, ayer había bebido más de la cuenta, no recordaba ni la mitad de la noche.

-Me sorprende, ayer estabas muy cariñoso.-Meg alzó las cejas y Castiel frunció el ceño, Dean le dio un trago de su café y los observó de reojo.-Te bebiste casi todo el bar.

-No exageres.-Dijo Castiel rodando los ojos.

-Dean.-Meg dirigió su mirada hacia el rubio, quien la observó atenta.-¿Este hombre no te causó problemas anoche?

-No...-Su voz sonó más aguda de lo normal, sus ojos se dirigieron a Castiel, le dio una mirada de complicidad.-No supe cuándo llegó...

Meg no quedó satisfecha con la respuesta de Dean, pero no dijo nada más, continuó haciéndole comentarios burlescos a Castiel y una hora después los dos abandonaron el departamento, dejando a Dean solo, otra vez.

Ordenó su habitación y más tarde hizo una videollamada con Sam, los dos hablaron sobre sus escuelas, amigos, le contó sobre su reencuentro con Lee, sobre lo bien que se llevaría con Sid, hablaron de todo lo que pudieron.

-¿Qué hay de tu compañero?-Preguntó Sam, Dean ladeó la cabeza.-Tu compañero de piso, no me has hablado de él...

-Ah, no hay mucho qué decir sobre él.-Dean se encogió de hombros.-Su nombre es Castiel, estudia criminología...

-Eso es genial.-Sam sonrió.-¿No se llevan bien?

-No exactamente.-Dean hizo una mueca.-Es bastante reservado, he discutido con él varias veces.

-Já, ya lo puedo imaginar.-Sam se burló.-Con tu mal carácter, no quiero saber cómo vuelves loco a ese chico.

-En mi defensa, él siempre actúa a la defensiva.-Dean contestó molesto.-Intento ser amable y siempre obtengo malas contestaciones.

-¿Y qué tal?-Sam alzó las cejas sonriendo.

-¿De qué?-Preguntó Dean, Sam rodó los ojos riéndose.

-¿Es guapo?-Dean abrió la boca y frunció el ceño, su pregunta lo había tomado por sorpresa.-Oh vamos Dean, todos lo sabemos.

-¿Quiénes saben qué?

-Que eres Bi.-Dijo Sam sonando obvio.-No me importa qué te guste, eres mi hermano, a mamá tampoco le importa, aunque no estoy seguro de papá...

-¿Gracias?-Dean estaba algo sorprendido, jamás había hablado como tal de su sexualidad con su familia, por eso lo había tomado por sorpresa la pregunta de su hermano.

-Entonces, ¿lo es?-Preguntó Sam sonriendo.

-Pues...-Dean pensó en Castiel unos segundos, en esos bellos ojos azules... sacudió la cabeza y miró la pantalla de su computadora.-No voy a hablar de eso contigo.

-Oh vamos Dean.-Sam suplicó.-Ya soy lo suficientemente mayor como para poder hablar de esto contigo.

-Es extraño...-Dean observó a su hermano menor haciendo una mueca y soltó un suspiro.-Si lo es, es bastante guapo...-Dean asintió pensando en Castiel.-Pero jamás pasaría algo entre nosotros por muchísimas razones.

-Viven juntos, eso sería incómodo.-Sam asintió, pero lo que su hermano menor no sabía era que iba más allá de eso, Castiel no se fijaría en él nunca, no solo por ser un chico, sino por la manera en la que lo miraba, como una especie de irritación.
Eso había desanimado un poco a Dean, jamás le había molestado no agradarle a las personas, pero vivía con Castiel, eso hacía algo difícil la situación.

Castiel llegó al departamento pasadas de las diez de la noche, Dean se encontraba en el sofá viendo una película, dirigió su mirada hacia la puerta donde Castiel estaba de pie, este solo lo miró unos segundos y se alejó por el pasillo.
Dean se quedó dormido en el sofá mientras veía una película que había puesto aleatoriamente, unos pasos lo despertaron, cuando abrió los ojos no parecía haber nadie al rededor, pero de la cocina se escuchaban ruidos que lo obligaron a ponerse de pie e ir a investigar.
Se encontró con Castiel de espaldas a él, rebuscaba en todos los cajones y puertas, Dean se recargó sobre el marco de la puerta y lo observó unos segundos, no tenía ni la menor idea de qué hora era, pero ya parecía haber bastante silencio en el edificio, se aclaró la garganta y consiguió que Castiel se detuviera y mirara sobre su hombro a su dirección.

-¿Necesitas algo?-Le preguntó con cierto sarcasmo.

-No.-Contestó Dean, se cruzó de brazos.-¿Tú necesitas algo?

-No te incumbe.-Dijo Castiel y continuó rebuscando en los cajones.

-Hey, yo solo quiero ayudar.-Dean se encogió de hombros, Castiel no contestó nada, parecía haberlo ignorado pues no paró de buscar.

Cuando estaba dispuesto a irse Castiel se detuvo y maldijo en voz baja, intentó acercarse a la silla más cercana pero casi tropieza, Dean corrió a sostenerlo para ayudarlo a tomar asiento, lo observó por unos segundos en la silla, pero Castiel evitaba su mirada.

-¿Qué era lo que buscabas?-Preguntó Dean intentando encontrarse con los ojos del otro.

-Nada.-Dijo Castiel apartando más la mirada, Dean rodó los ojos.

-¿Podrías por un momento dejar de ser un idiota?-Le dijo Dean, ese hombre lo estaba sacando de sus casillas, Castiel mantenía el ceño fruncido y los ojos cerrados, su cabeza estaba gacha, su respiración se entrecortaba al igual que su voz.-Estoy intentando ayudarte.

-Necesito el frasco azul de pastillas...-Dijo Castiel en un susurro, Dean se puso de pie rápido y se dirigió a todos los cajones para después de tres búsquedas encontrar el frasco.

Le sirvió un poco de agua en un vaso y le entregó las pastillas, con trabajo Castiel tomó el frasco y se colocó dos pastillas, después con el vaso de agua las tragó haciendo una mueca. Dean lo observó en silencio, estaba preocupado por lo que le pasaba al otro, pero le daba la impresión de que no era la primera vez que Castiel sufría un incidente parecido.

-Vamos, te ayudo a llegar a tu habitación...-Dijo Dean tocándole el hombro, Castiel abrió los ojos y miró a Dean unos segundos, tenía una expresión que Dean no supo cómo definir, pero no dijo nada y dejó que Dean lo guiará hasta su habitación.
Como pudo lo recostó en la cama y se dio media vuelta para salir de ahí, la mano de Castiel sobre la suya lo detuvo, Dean dio media vuelta y lo observó.

-Gracias.-Dijo Castiel en un susurro, Dean sonrió.

-¿Cómo dices?-Le preguntó Dean, Castiel apretó la mandíbula.

-No acabes con mi gratitud Winchester.-Dijo Castiel, más que como amenaza, había sonado como broma. Dean acarició la palma de la mano del otro y salió de su habitación.

A la mañana siguiente le sorprendió ver a Castiel desayunando a la misma hora que él, los dos se encontraban en la mesa comiendo diferentes cosas pero permanecían en silencio.
Dean le daba miradas furtivas a Castiel pero el otro parecía no notarlo. Podía quedarse mirándolo toda la hora y Castiel no lo notaría, comenzó a observarlo fijamente, en ver cada detalle de su rostro, pudo notar que la barba comenzaba a crecerle, le quedaba bastante bien, lo hacía ver tal vez más sexy o algo así...

-Deja de verme fijamente.-Dijo Castiel mientras veía la pantalla de su móvil.-Intento desayunar.

Dean se sonrojó y apartó la mirada, apretó los labios e intentó concentrarse en su desayuno, pensó en mirar a Castiel una última vez, cuando levantó la vista pudo atrapar a Castiel observándolo, este inmediatamente apartó la vista y Dean sonrió.

𝙋 𝙍 𝙀 𝙔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora