Ash sabía muy bien como lidiar con problemas, él sabe que su coeficiente es superior al del resto. Sin embargo y aún con eso, sabe que hay cosas que no puede controlar.
Durante la mayoría de sus reencarnaciones y encuentros con Eiji nunca pudo tener la sensación de familia. Es decir nunca pudo tener hijos, aunque en el fondo siempre quiso adoptar. Recordaba perfectamente a Skiper, en algún punto pensó, cuando vio por primera vez a Eiji a lado de Skiper, que podrían ser una familia.
La primera vez que lo vio en esa vida se preguntó de dónde lo conocía, de dónde venía esa sensación de familiaridad. Quiso alejarlo del mundo en el que estaba metido, para protegerlo y a Skiper también.
Luego todo se fue a la mierda.
Fue un dolor gigante perder a Skiper y darse cuenta de que ni siquiera había alcanzado a verse a si mismo formando una familia con Eiji, con el japonés que ni esta ni en la anteriores vidas le había pedido nada a cambio, que lo quería con todos sus demonios. El ser celestial que convivía a lado del diablo sin perder su luz.
Recordar sus vidas pasadas no era fácil y podía ver a detalle cada recuerdo. En todas Eiji fue su salvación, siempre su alma gemela.
Eiji recordaba algunas cosas de sus vidas pasadas, a diferencia de Ash. Parecía que algunos de los sueños de Eiji eran visiones, mientras que él veía el pasado, Eiji veía el futuro. No sabía cómo explicar aquello.
Ahora que tenía una familia, que finalmente tenía hijos con su alma gemela, pensaba que era hora de resolver el asunto de la dichosa maldición y para ello pondría en marcha el plan, esta vez no solo, sino con su familia y amigos.
-Ash ven, Griffin necesita un cambió de pañal- El alfa hizo muecas pero igualmente fue a la habitación donde Eiji cambiaba a Type el pañal.
-Amaya estaba en la cama mirando con atención lo que hacia Eiji, tenía una mueca extraña en el rostro que a Ash le causó tanta gracia que tuvo que reprimir una carcajada para no molestar a su pequeña.
Los mellizos ya tenían un mes, eran los bebés más adorables del mundo y sorprendentemente los más tranquilos. Amaya ayudaba a cuidarlos y era muy amorosa con ellos, cuando Eiji cocinaba ella se encargaba de vigilarlos. A pesar de su edad era muy responsable y se tomaba enserio su papel de hermana mayor.
-Ven Griffin, papá te cambiará el pañal- Dice Ash tomando en brazos a su hijo y haciéndole mimos, el pequeño sonríe y gorgotea complacido con la atención.
-Papá- Llama Amaya con una sonrisa, el alfa la mira de vuelta y le sonríe haciendo un sonido para que diga lo que tenga que decir. -¿Cuándo se convertirán en lobos mis hermanitos?
Ash sonrió con tristeza recordando el plazo que quedaba para poner en marcha el plan. Mirando a Eiji sabía que tenía sus dudas sobre el plan, pero luego de hablarlo ambos estuvieron de acuerdo en que es lo mejor para su familia, y para todo lo que implicaba el hecho de ser perseguidos y más encima con una maldición que romper, al final el omega cedió sabiendo todo lo que implica.
-En cinco meses más cariño, tu también te transformaste en ese tiempo- Amaya sonrió recordando las fotos que sus padres le enseñaron de cuando ella estaba por transformarse.
-Bien, Type está cambiado y listo para dormir- Eiji miro la expresión de Ash y acomodando a su pequeño puso su mano libre en el brazo de su esposo. El alfa lo miro con una sonrisa triste y Eiji pensó en todo lo que había pasado los últimos años.
La existencia de Ash siempre fue una constante guerra, sufriendo por no poder encontrarse y más aún por las situaciones en las que se a visto envuelto. En su anterior vida el resto de sus días sin Ash, en algún punto se preguntó porque la vida los había tratado así. Trataba de no pensar en eso y prefería enfocarse en lo que pasa en el momento, como ahora, donde tienen un momento familiar cotidiano como lo es preparar a sus hijos para dormir.
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Aullido | Omegaverse Banana Fish
FanfictionEiji, un omega que le asquea el olor de otros alfas, hasta que conoce a Ash y extrañamente su olor le atrae. Ash, un alfa que huye no solo de sus enemigos, sino de un pasado tormentoso, con el miedo a lastimar a quienes ama. Sus destinos parecen ten...