Cursiva: Lo escrito en el diario.
El viaje a Japón no fue fácil y ahora que hemos llegado, encuentro fastidioso caminar. Hemos agradecido a los marinos que nos han permitido viajar con ellos. De los niños que viajamos de la manada, sólo dos hemos sobrevivido.
Nos hospedamos un par de días en una posada, las costumbres de aquí son extrañas y espero poder acostumbrarme, por mi bien y el de la manada. Madre me ha dicho que unos hombres que mi padre conoció en unos de sus viajes a la ciudad, le dieron un mapa de Japón y de las manadas que conformaban los bosques de la región.
En un principio mi padre los tomo como locos y aún así guardo el mapa. Las advertencias de los hombres fue que no podríamos permanecer mucho tiempo en Verona y al final tuvieron razón.
Hemos subido a las montañas y ahí nos hemos transformado en lobos, siguiendo la ruta que traza el propio bosque, que parece guiarnos a un lugar que no conozco y que espero pueda ser pronto un hogar con lo poco que me queda. Nos detenemos a descansar de vez en cuando y en esta ocasión es donde una manada de lobos nos rodea gruñendo.
Esa fue la primera vez que lo vi. Su pelaje blanco y ojos grises por un momento me hipnotizaron, su porte que lo hacía parecer más grande de lo que era me intimidó, aunque no por mucho. En un principio pensé que mi manada lucharía y que ellos nos acabarían, sin embargo y para mí sorpresa, los lobos que nos interceptaron nos invitaron a acompañarlos a su territorio.
Sorprendidos, avanzamos por el bosque siguiendolos, esperando algún indicio de emboscada y sin embargo cuando llegamos al claro donde vivían, nos trataron como iguales, nos dieron un hogar al cual pertenecer.
Con el tiempo llegue a saber que mi padre conoció al líder de la manada y que este fue uno de los que le advirtió que escapara de Verona, con la promesa de recibirnos en su manada.
Los días se convirtieron en meses y los meses se volvieron años. Años que pasaron en un parpadeo y que no tengo necesidad de contar. Este diario recopila los secretos que me llevaron a ser el líder de una manada, siendo un doncel, o como han decidido llamarnos, omega.
La muerte de mi padre sólo fue el inicio de una serie de eventos que me cambiaron la vida y sin embargo no me arrepiento de nada y tampoco pienso que mi vida haya sido mala.
Pensaba dejar sólo los otros diarios a mis descendientes, pero eh decidido que este que eh comenzado, será el más importante y el que en su momento entregare a mi hijo mayor y se lo entregará a mi nieto y así por las siguientes generaciones.
Tengo la esperanza de que el conflicto entre manadas termine pronto y si no es así... confío en que los secretos guardados aquí ayudarán a mis sucesores a acabar con el y unificar las manadas del norte y sur, puesto que me eh familiarizado con los ideales de mi suegro y al nombrarme su sucesor, quiero cumplir con ello.
.
.
.
🌺
.
.
.Lo primero que Eiji pensó al leer los diarios de su ancestro fue...
Sufrió y sin embargo pudo ser feliz...
Tenía la seguridad de que el sería feliz junto con su familia y que podría enfrentar cualquier cosa si tenía a Ash y su hija junto a él.
Precisamente en ese momento mientras leía el diario, cuidaba a su pequeña que dormía tranquilamente. Actualmente Amaya ya tenía tres semanas y se veía igual de adorable que cuando nació, además de que era una niña muy activa cuando estaba despierta. Ahora dormía aferrada a un peluche de lince que curiosamente fue un regalo de Sing, que a la siguiente semana de verla llegó con el en una funda de regalo color rosa y se la entrego a Eiji con las mejillas rojas.
ESTÁS LEYENDO
Aullido | Omegaverse Banana Fish
FanfictionEiji, un omega que le asquea el olor de otros alfas, hasta que conoce a Ash y extrañamente su olor le atrae. Ash, un alfa que huye no solo de sus enemigos, sino de un pasado tormentoso, con el miedo a lastimar a quienes ama. Sus destinos parecen ten...