11.Otoño

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Mientras las hojas caían afuera la luz del sol se colaba por una abertura de las cortinas, conforme el amanecer se abria paso iluminando la habitación, un par de chicos se removian inquietos en la cama. El chico rubio abrazaba al pelinegro por la cintura y el otro tenía sus manos entrelazadas con las del alfa.

-Hajime tranquilizate, ya deberías acostumbrarte-

El ruido fuera de la habitación era ageno a los muchachos que descansaban en ella, estaban tan tranquilos, abrazados sintiendo el calor del otro. Era una imagen inocente, sin malicia; no era como si ambos chicos tuvieran esas intenciones. Bueno, al menos aún no, se tenían la suficiente confianza para hablar de ello y acordar que hasta que no se unieran ante la Diosa Luna, una unión carnal no era buena idea, sobre todo teniendo en cuenta al alfa que al otro lado de la puerta de la habitación del azabache, luchaba por liberarse del agarre de su esposa para irrumpir en la habitación y sacar de ahí al alfa rubio.

Finalmente y con un gruñido el padre de Eiji azotó la puerta con la pared de la habitación, despertando a un sobresaltado omega, que recién se percataba que Ash lo había hecho de nuevo. Al alfa rubio se le había hecho costumbre colarse en su habitación, bien, no era como si el no hubiera buscado el calor de su alfa, el otoño era una estación bastante fría después de todo.

-papá deja en paz a Ash, no estamos haciendo nada malo- Y el padre del omega deseaba creerle, sin embargo los brazos de Ash rodeando su cintura con fuerza no le dejaban ver que no hacían nada de malo.

Sin mediar palabra con su hijo agarró a Ash del brazo, el alfa parecía un zombie y lo sacó de la cama a rastras, llevándolo al baño de la habitación, para abrir la llave de la ducha luego de meter a Ash en la bañera. Aún con el frío de la mañana y el frío del agua, el alfa no reaccionó, sino hasta que escucho la dulce voz de su omega llamando a su padre.

-vamos papá, no puedes hacer esto todas las mañanas. ¿acaso piensas hacerlo incluso luego de la ceremonia?- la pregunta de su hijo descoloco al alfa. ¡Claro que no lo haría! Sólo estaba preocupado por su cachorro. Salió de la habitación sin dirigirle la mirada a Eiji y refunfuñando ante la atenta y divertida mirada de su esposa, que le siguió luego de darle un guiño a su hijo, dándole a entender que ella se encargaría del alfa gruñón.

-¿Estás bien Ash?- pregunto al alfa en la bañera que seguía sin inmutarse por el agua fría.

-¿Eres un ángel?- pregunto Ash en su somnolencia.

Eiji se rió un poco antes de darle un coscacho a Ash. Sabiendo que el alfa no tardaría en recuperar su conciencia, abrió la llave del agua caliente.

Regreso a la habitación escuchando el traqueteo en el baño que le informaba que Ash se estaba bañando de forma correcta. Sentado en la cama, contempló las cortinas para luego abrirlas de par en par, recibiendo la luz del sol en su rostro, luego miró a la cama contemplando el revoltijo de sábanas en ella, aquello delataba la intromisión de Ash en la habitación seguramente a media noche.

Apoyo los brazos en el marco de la ventana, contemplando como las hojas de los árboles poco a poco tomaban ese triste color amarillento que tanto odiaba. Amaba la primavera, le gustaba el verano, y ni que hablar del invierno, le encantaba el invierno con toda esa nieve en la que sus patas se hundían, en aquella estación le encantaba transformarse en lobo y deambular por el bosque.

- Mmmm- tanto tiempo estuvo en sus pensamientos, que no se dio cuenta de que Ash había salido del baño con sólo una toalla en su cintura y que ahora ronroneaba en su hombro mientras lo rodeaba con sus brazos.

Las manos frías de Ash introduciéndose en la camiseta que usaba para dormir, (que por cierto debería cambiar por algo más abrigado) provocaron que el cuerpo del omega se estremeciera y que sus pezones se crisparan, sobresaliendo por la camiseta.

-mmm onee-chan- dijo Ash mirando a Eiji como si quisiera comérselo.

Ash apretó más fuerte al omega contra su pecho, para luego acercarse a su cuello y depositar un suave beso en aquella piel blanca.

-¡basta!- dijo Eiji con las mejillas sonrojadas, le mostró una mirada enojada a Ash, que levantó las manos en señal de rendición.

-lo siento, ya se que debemos esperar- Eiji asintió y se dio media vuelta para meterse al baño.

Una vez en la seguridad del baño respiró con normalidad, miró su entrepierna con resignación, a este paso su castidad se iría al caño. Jamás pensó volverse tan lujurioso y para colmo aún faltaba dos meses para que el invierno llegará, en verdad comenzaba a arrepentirse de haber convencido a Ash de aplazar la ceremonia hasta el invierno, quería una ceremonia blanca, ahora no sabía si su lascivo lobo resistirá, bueno, quizá no debía hecharle toda la culpa a su lobo.

Se metió a la bañera luego de que esta estuvo llena y mientras disfrutaba del agua recordó el sueño que se presentaba últimamente. El rodeado de cachorros, algunos los conocía como hijos de algunos lobos de la manada, pero otros, tenían rasgos japoneses un tanto más marcados, de cabello negro. Otros simplemente eran rubios, parecidos a Ash, quizá lo estaba deseando tanto que se había metido hasta en sus sueños.

Luego de aquella conversación, la idea de formar una familia con Ash le había llenado el corazón de calidez, sabiendo que ambos estaban de acuerdo, esperaba poder darle cachorros a Ash luego de que se unieran, se tocó el vientre y lo acaricio con ternura, era un regalo poder engendrar vida y el lo aceptaba como un milagro y se sentía privilegiado de poder traer al mundo a unos pequeños que tal vez, se parecerían a Ash, con ese cabello rubio y esos ojos verdes, o quizás cachorros que tuvieran características de ambos.

Una vez terminó de bañarse, se vistió con un buzo abrigado y un pantalón de mezclilla, sumado a unos tenis blancos, tenía unas cuantas prendas guardadas en el baño para usarlas en casos como estos. Cuando salíó de su cuarto encontró a Ash en la misma posición en la que el estaba antes. Al percatarse de la presencia del omega se dio la vuelta mirándolo con amor, se acercó a el para tomar su mano y besarla.

-buenos días mi amor- Eiji sonrió, sabía que a Ash le costaba demostrarle su amor de esa manera, lo delataba el sonrojo en sus mejillas y el temblor de sus labios, pero apreciaba todo aquello, esos pequeños gestos que hacían más especial su relación.

-buenos días... mi vida- respondió Eiji dejando un pequeño beso en la mejilla de Ash, se tomaron de las manos y salieron de la habitación para ir a desayunar, todo era perfecto.

Bueno quizá... demasiado perfecto...

Continuará...

Notita sexy 7w7

Bueno bueno... me he retrasado un poco con este cap... no se que les pareció pero bue... espero que si

Sólo tengo algo que decir y es que el capítulo de invierno que viene después de este... se me hizo muy largo y me vi en la necesidad  dividirlo en cuatro partes... ahora, el próximo lunes subiré las dos primeras partes y dentro de 15 días las otras dos... eso es todo... se cuidan y nos leemos bye

Aullido | Omegaverse Banana FishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora