Fue el último en desayunar, así que ahora el señor Okumura y Eiji le esperaban para ir a su clase de cacería. Había aprendido a manejar un arma y disparar, pero no a cazar, y aunque no se creía capaz de seguir el ritmo de los Okumura, esperaba que su instinto le ayudará, aunque por Hanako ahora sabía bien que tenían una manera específica de cazar.
Una vez terminó su desayuno, salió de la casa y desde arriba de las escaleras miro a Eiji, su hermana y su padre. Eiji aún no se había transformado.
-creo que deberías irte ya, mi esposo no es muy paciente- la voz de la madre de Eiji le hizo darse cuenta de que había estado contemplando la espalda de Eiji demasiado tiempo, así que luego de transformarse y despedirse de la mamá del omega bajo las escaleras.
-si te esperaba un poco más me iba a hacer más viejo- reclamo el señor Okumura, su lobo era de pelaje un tanto grisáceo con un poco de color café.
-deberías aprender a hacerle caso a mi hermano y ser paciente a la hora del desayuno- dijo Hanako, su loba era similar al de su padre, con la diferencia de que era más gris. -transformate hermanito, seguro que Ash quedará fascinado con tu lobo-
-no lo creo, mi lobo es raro- dijo Eiji avergonzado, aquella vez cuando le salvo Eiji no pudo ver bien al lobo del omega, estaba moribundo y desesperado por no morir como para eso, sin embargo aquella vez pensó que era un ángel el que se le había acercado, y no estaba tan lejos de serlo.
-vamos Eiji, no creo que tu lobo sea raro-
-esta bien- aceptó el omega, enseguida sintió como todos sus huesos se quebraban y se reacomodaban para dar paso a su forma de lobo, reemplazando sus manos y piernas por patas.
-deja de babear lobo feo- reclamo Hanako a Ash, que se había quedado mudo al ver al lobo negro que ahora estaba sentado con las orejas bajadas por la vergüenza de que se le quedarán mirando.
-¡Yo no estoy babeando!- Exclamó Ash mirando a Hanako con las mejillas rojas. Pensaba, Eiji era de por si lindo como humano, pero su lobo era majestuoso, ese pelaje totalmente negro le hacía pensar que realmente era afortunado por que fuera su destinado.
-será mejor que nos apresuremos, el resto de la manada debe estar esperando y debemos presentar a Ash- dijo Eiji esperando lograr desviar la atención hacía el.
-Eiji tiene razón, ¡Vamos!-
Empezaron a correr por el bosque, el señor Okumura con su hija al frente y Eiji con Ash les seguían de cerca.
-tu lobo es negro- dijo Ash mientras corrían.
-lo se, es raro ¿verdad?- dijo Eiji un poco desanimado, pensando que tal vez a Ash le desagradaria su forma de lobo.
-no es raro, es hermoso- mencionó Ash, Eiji agradeció a la diosa luna que su sonrojo no se viera por su pelaje.
-seguro te preguntarás por que soy un lobo negro- afirmó Eiji, si Ash quería saberlo no dudaría en contárselo, debía ser sincero, aunque no podía contarle algunas cosas aún.
- no te presionare para que me lo digas, si quieres hacerlo esta bien-
-te contaré, pero en la tarde que regresemos a casa, por ahora concentremonos en la caceria, mientras cazamos te explicaré como es que lo hacemos- Ash asintió y antes de darse cuenta la pequeña ciudadela central se abrió paso en su visión.
Redujeron la velocidad cuando sus patas hicieron contacto con las calles de tierra, caminaron a través de las casas, en su mayoría, construidas de madera. Algunos lobos se despedían de sus familiares que se quedaban en casa y los seguían a su paso. Todos miraban a Ash y Eiji, preguntándose por ambos lobos, era bien sabido que al lobo negro le desagradaba el olor de otros alfas, sin embargo caminaba a la par del lobo blanco sin inmutarse por su olor.
Cruzaron la ciudadela despacio, hasta llegar a la entrada al bosque, donde los esperaban otras dos manadas. Una vez al mes iban de cacería en distintas zonas y no las 5 manadas, sino por lo general sólo 2 o 3.
-adelante Eiji- Ash miró confundido al padre de Eiji, este le sonrió altanero, haciéndole una seña con la cabeza para que mirará atentamente al omega. Eiji camino hasta estar enfrente de todos, pues desde hace unos años su padre le hacía dirigir la cacería en esa zona, ocasionalmente en otras zonas también.
Eiji dio las instrucciones fuerte y claro, como si de un general se tratase, Ash podría decir que incluso él no se veía de esa manera tan imponente cuando hablaba con sus muchachos. Eiji era un líder innato, se notaba en su forma de hablar y su forma de moverse entre los lobos ahí, de los cuales la mayoría eran alfas, realmente Ash sentía que cada día que pasaba, su cariño por el omega crecía, ya no era sólo el hecho de ser destinados. No, ahora era más que eso, lo admiraba, le gustaba, adoraba cuando hacía pucheros, o cuando lo regañaba, en una semana Eiji había entrado en su corazón a empujones, para quedarse ahí para siempre, lo amaba.
Pero...
Tenía miedo. Miedo de que su pasado lo alcanzará, que papá Dino lo encontrará de nuevo, lo arrastrará y se llevará a Eiji con él, debía protegerlo.
-Ash- la mención de su nombre lo sacó de sus pensamientos, miró al omega y el le indicó que se parará a su lado, asintió y se paró a un lado de el.
-El es Aslan Callenreese, esta en periodo de prueba para pertenecer a la manada, muchos de ustedes, que llegaron de la misma manera aquí, saben el proceso y espero que lo respeten y ayuden de ser necesario, independientemente de si más adelante se vuelve mi pareja o no- Ash se sonrojo por eso, por estar distraído no escucho el momento en el que Eiji mencionó el asunto de que son destinados. Ash se presentó ante la manada y luego Eiji dio la orden de avanzar para la cacería, pidiéndole a Ash que se mantuviera cerca.
Continuará...
Nota sensual 7w7
Pues hoy toca capítulo doble, si así es... como ya mencioné algunos capítulos están divididos en partes y este es uno de ellos... así que más tarde subo la segunda parte... ahora me tengo que ir a hacer un par de cosas fuera de casa...
Nos leemos en unas horas...
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Aullido | Omegaverse Banana Fish
FanficEiji, un omega que le asquea el olor de otros alfas, hasta que conoce a Ash y extrañamente su olor le atrae. Ash, un alfa que huye no solo de sus enemigos, sino de un pasado tormentoso, con el miedo a lastimar a quienes ama. Sus destinos parecen ten...