Eiji se mordía las uñas, seguro de que si Ash estuviera ahí le tomaría la mano, le besaría y diría que no lo haga, que no es bueno.
Pero el no estaba ahí.
Y Eiji no podía detenerse sabiendo que su esposo estaba en peligro. Lo sentía, era inevitable por el lazo
La tormenta de nieve que había comenzado hace una hora no daba descanso a las ventanas de su hogar, puesto que la helada ventisca golpeaba con fuerza los vidrios haciendo que sonarán con fuerza. A Eiji no le importaban los vidrios, sólo quería saber cómo estaba Ash, miraba por la ventana esperando que llegará con los muchachos que los habían acompañado a la ciudad.
Empezó a caminar de lado a lado de nuevo, mientras en el sillón más grande de la sala Shorter abrazaba a Yut Lung. Puede que el chino no se llevará tan bien con el rubio, sin embargo eran algo así como, amienemigos y el cariño fraternal que le tenía le hacía estar preocupado, por otro lado su pareja estaba igual o más desesperado por su mejor amigo, aún así trataba de permanecer en calma y relajado para que los dos omegas en la casa no se alteren.
El sonido de la puerta siendo golpeada con excesiva fuerza los hizo sobresaltar a los tres, en especial a Eiji que ni bien sintió el olor de su pareja corrió a su encuentro. A penas abrió la puerta Ash dejó caer su peso sobre Eiji que lo sostuvo fácilmente, no siendo la primera vez que lo cargaba, aunque esta vez las condiciones eran obviamente diferentes a las borracheras que en algún momento había tenido con la manada.
-Ash...- El rubio no lo dejo terminar, abrazandolo con fuerza.
- Esta hecho- Dijo con evidente alivió, Eiji sintió su corazón más ligero al escuchar la voz de su alfa.
La ropa de Ash estaba cubierta de sangre. Eiji no se alarmó por ello, sabiendo que no era de él la sangre, además de la verdad tras las palabras dichas por el alfa, aún así confirmaralas y escucharlas para sentir más real el suceso no estaba demás.
- Lo...- Ash asintió.
- Oh Ash...- Eiji lo abrazo más fuerte y Ash se aferró al pequeño cuerpo del omega.
Cuando se separaron Eiji lo llevo a la sala donde sus amigos estaban parados esperando. Detrás de ellos entraron los muchachos que se quedaron con Ash, mirando preocupados a su futuro líder y a su alfa.
-¿Que pasó? ¿Estas bien?- Se apresuró a decir Shorter ayudando a Eiji a llevar a Ash al sillón, para que se siente ahí.
Ash se dejó caer en el sillón de golpe, llevando su cabeza hacia atras y tapando sus ojos con el antebrazo. Eiji lo miro con atención, comprendía a Ash a la perfección, lo más seguro es que se sintiera agobiado, por el peligro al que estuvieron expuestos con Arthur y también el hecho de llevar una muerte más en la conciencia, aunque Arthur se lo mereciera.
-Le desgarré la garganta, me asegure de que muriera- Eiji se sentó a su lado y le tomó la mano acariciando el dorso con movimientos circulares, lo que logró relajar a su alfa.
- Lo enterramos en el bosque- Dijo uno de los chicos, pero Eiji no supo cual, estaba muy concentrado en su esposo como para fijarse en ello.
-Pueden retirarse, tengan cuidado en ir a sus casas, nos encargaremos de su compañero aqui en la casa- dijo Eiji apenas sin mirarlos, los chicos se miraron pero asintieron y salieron de ahí.
-Iremos con ellos- Anunció Shorter, Eiji sólo asintió. Yut Lung se acercó apenas a Eiji para acariciar su cabeza y darle una palmada suave en la espalda en señal de apoyo.
Salieron por el pasillo, Ash escucho la puerta abrirse y cerrarse nuevamente, ni bien llego el sonido a sus oídos, abrazo a Eiji de la cintura con fuerza. Eiji no dijo nada, sabía que no había necesidad, simplemente se dedicó a acariciar el cabello de Ash, sabiendo que eso lo calmaba. No debían preocuparse de nada más que ellos, puesto que el chico que ya estaba curado y dormía en la habitación de huéspedes, no despertará hasta la mañana siguiente por todas las medicinas anesteciantes.
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Aullido | Omegaverse Banana Fish
Hayran KurguEiji, un omega que le asquea el olor de otros alfas, hasta que conoce a Ash y extrañamente su olor le atrae. Ash, un alfa que huye no solo de sus enemigos, sino de un pasado tormentoso, con el miedo a lastimar a quienes ama. Sus destinos parecen ten...