Aullido | Omegaverse Banana Fish

2.Alfa

Nota sexy 7w7

¡sorpresa! Si así es... hay actualización, por lo pronto los dejaré leer abajo explicaré el porque de esto así que no se olviden de leer la nota al final.

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La mañana llego y Eiji comenzó a despertar, con una extraña sensación en la muñeca, más bien parecía dolor. Abrió los ojos lentamente sin querer realmente hacerlo, entonces cuando vio que provocaba la molesta sensación en su muñeca no pudo evitar lanzar un pequeño grito de sorpresa. El alfa rubio le mordia la muñeca para que lo soltara, y lo hizo inmediatamente con las mejillas rojas de la vergüenza.

-¿quién eres tú y que quieres de mi?- El lobo que encontró el día anterior ahora ya no estaba en su forma de lobo, en algún punto de la madrugada había cambiado y ahora se presentaba como un joven rubio y de ojos verdes, con la piel blanca.

Por unos momentos Eiji se quedó viéndole anonadado, y es que era sorprendente que un lobo como él, haya terminado en Japón, intuía que era un extranjero, del otro lado del mundo.

-¿Oye, estas bien?- el hombre le hablaba en inglés y dio gracias a su padre que a fuerza le enseñó el idioma, alegando que algún día tendría que hacer negocios en el extranjero para bien de la manada.

-estabas herido y te encontré, estas en mi casa y mi madre fue quien sacó la bala que te lastimó- el chico rubio le seguía mirando con desconfianza, de alguna manera, Eiji supo que había sufrido mucho como para desconfiar. El rubio bajo la mirada pensando en que estaba siendo grosero con quién le salvo la vida.

-gracias y lo siento- dijo el rubio mirando por fin a los ojos del japonés, este le sonrió, aún más alla de que ambos estaban soltando feromonas que los hacían sentirse muy a gusto con el otro.

-no te disculpes-

-tengo que, estoy causando molestias-

-de ninguna manera, estabas herido y no podía dejarte ahí tirado para que murieras- se miraron de nuevo y en los ojos del omega nació una ternura que no sabía que tenía, no era como cuando trataba con los cachorros o con otros omegas, no, esta vez era diferente.

Entonces fue consiente de las feromonas del alfa que bailaban en la habitación haciéndole sentirse tranquilo a lado del chico en la cama, que ya no le miraba ni tampoco decía nada y simplemente revisaba los vendajes al rededor de su torso.

El olor a vino tinto que poseía el rubio alteró a Eiji, que sufrió un pequeño pre-celo, anunciado en un ligero dolor en el abdomen. El alfa también percibió las feromonas de Eiji, haciendo que el olor a flores de cerezo disparará una descarga de adrenalina en el y que sus colmillos crecieran. Eiji sabía que debía salir de ahí antes de que hicieran algo de lo que luego se arepentirían después, sin embargo las feromonas del alfa le resultaron demasiado dulces, muy diferente a otros alfas, que cuando intentaban doblegalo con su olor, lo unico que lograban era hacerle sentir náuseas.

Se miraron nuevamente y todo el mundo alrededor desapareció, Eiji sintió la necesidad de ser marcado por el alfa rubio, su cordura se perdía de a poco y no sabía cuanto más pasaría para que dejará al rubio poseerlo.

Eiji era un omega especial, lo sabían por el hecho de que después de su primer celo el no quiso buscar una pareja, no porque odiara el compromiso, de hecho el soñaba con tener pareja y cachorros, sin embargo desde que pudo percibir feromonas, las de los alfas le resultaban asquerosas, en un principio se deprimió por esto, pero luego lo considero una señal de que tenía que dirigir su manada y por ello no participó en lo que la manada conocía como el aullido, donde liberarán sus feromonas y aullaban a la diosa luna para encontrar pareja.