Capítulo 23.

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Harry limpiaba el comedor, era martes, a él nunca le tocaba ese día; sin embargo, la persona encargada de recoger el lugar se había puesto enferma por lo que el señor Carver le había pedido ayuda a el rizado. Él ya tenía planes con su amor por lo cual no le agradó lo más mínimo la idea debido a que, quizá, no les diera tiempo a ver las Leónidas, una lluvia de estrellas que había durante casi todo noviembre. Obviamente, podían apreciarla otro día mas era complicado. El mayor decía que la mejor manera para verlas era encima de un tejado, y esa era una de las pocas noches en las que no vigilaban la fachada.

Louis se había marchado hacía un rato, no habría sido más de diez minutos atrás. El de esmeraldas le había dicho que volvería pronto, ya que le conocía perfectamente, si se quedaba junto a él haría que tardase más en terminar. Siempre le entretenía con cualquier estupidez, hacía toda clase de tontería con tal de no hacer nada productivo.

En su lugar, Niall le acompañaba. Este tampoco ordenaba lo más mínimo, tal vez era incluso peor. Su mejor amigo había intentado hacerle cambiar de opinión para que se marchase pero el muchacho insistió diciendo que necesitaba hablar con él. Su aspecto era medianamente serio, cosa que asustó al pequeño, el teñido no era de esa clase de personas, sino todo lo contrario. Usualmente, incluso casi todos los días cercanos después de dejarlo con Justin, era un chico risueño que se tomaba todo o casi todo a broma, hasta los momentos más importantes.

El de rizos tenía vigilado a su amigo a la vez que recogía los cubierto para llevarlos al fregadero y, seguidamente, hacer lo mismo con los platos y vasos. Esperaba qué soltase de pronto qué era aquello de lo que quería hablar o, al menos, que le ayudase en la tarea, mas probablemente eso fuese demasido pedir.

El sitio estaba hecho una pocilga, pocas veces lo había visto peor. Muchos vidrios derramados que habían mojado los manteles para acabar provocando charcos en el suelo. La mayoría habían dejado toda su comida, él sería el encargado de limpiarlo todo, lo cual no le agradaba lo más mínimo. Algunos habían optado por tirar los alimentos por la mesa o incluso a las baldosas con tal de no comérselos. Lo que menos le gustaba era ver que algunos masticaban el pescado, pues era lo que tocaba ese día, para envolverlo en una servilleta o directamente dejarlo en su plato.

—Harry.—habló finalmente el rubio tras casi cinco minutos.

—¿Sí?—dejó la vajilla sobre el pollete para sentarse junto a su amigo.

—Desde que volviste con Louis hablamos menos, igual que cuando estabais juntos la primera vez. Me alegro por ti, en serio, pero yo también quiero pasar tiempo contigo, eres mi mejor amigo. Te echo de menos a mi lado.—admitió.

El ojiazul, como ya había comentado varias veces, no solía abrir sus sentimientos. Por ejemplo: nunca le había dicho que estaba feliz por él, mucho menos que no le gustaba que se estuviesen alejando. Era un paso importante para él. También era consciente que decir aquello podía ser un poco hipócrita por su parte, pues precisamente él había hecho lo mismo cuando estaba con el hijo de puta de Justin. Se arrepentía de su acto, el pelirrojo no merecía su tiempo, había sido un completo malgasto. No estaba diciendo que eso le fuese a pasar al castaño, para nada, su amor se notaba a kilómetros.

El ojiverde se sintió bastante culpable, en ningún momento fue esa su intención. A él también le gustaba estar con Niall, pasaban buenos ratos, había sido su primer apoyo al llegar ahí. Mierda. Siempre quiso recompensarle por haber estado con él y por los buenos consejos que le había dado cuando realmente los necesitaba. Sin embargo, había hecho justo lo contrario. Se había dejado llevar por la emoción de estar con el amor de su vida. Eso no era ser un buen mejor amigo, estaba decepcionado consigo mismo.

—Lo-lo siento, de verdad que yo no quería.—intentó no quebrarse, aguantar un poquito más aunque fuese.

Aún no había procesado lo que le acababa de confesar, le había pillado completamente desprevenido. No sabía cómo reaccionar o solucionarlo. Niall, siempre había sido un chico al que le gustaba ser el centro de atención. No podía ni imaginarse como se sentiría al ver que la única persona que le escuchaba estaba ignorándole. ¿Y si había llegado a creer que se estaba alejando porque ya no le quería en su vida? Joder, debía dejar de pensar en eso pues realmente le estaba haciendo daño.

lune décroissante {LS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora