Capítulo 27.

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Último capítulo.

—Niall, no es un adiós, sino un hasta luego.—le abrazó fuertemente.—Adiós es para cuando te vas y no vuelves; sin embargo, nosotros nos volveremos a ver.—dejó un besito en su mejilla sin soltarle.

—Odio las despedidas, te echaré de menos.—el rubio no era un chico sensible; sin embargo, esa situación le superaba. ¡Era su mejor amigo!

Era treinta de enero, lo que significaba que al día siguiente la pareja se escaparía. Pese a quedar más de veinticuatro horas, habían optado que la mejor opción era despedirse el treinta para así utilizar su último día para confirmar que todo saldría bien.

Debería estar feliz por el rizado, al fin se iba a marchar de ese puto lugar; había escuchado que la amistad consistía en eso, entre otras cosas. Pero, joder, no sabría vivir sin él. Habían estado juntos en todos los momentos, desde el primer día hasta el último. Creyó que saldrían juntos: ellos dos con el novio del pequeño y, probablemente, también Zayn acompañado por Liam. Harry le había contado muchas cosas sobre cuando visitó París, le había prometido que volvería allí junto; sin embargo, estaba a punto de dejarle sólo. No estaba enfadado con él, el joven tenía algo que hacía que nadie pudiese estar enojado con sus palabras o acciones.

—Siento no poder llevarte conmigo.—le quitó la primera lágrima que salió de su órbita con su dedo índice. Parecía que le había leído la mente, mas la verdadera razón era que le conocía demasido bien. Eran uña y carne.—Pero volveremos a por ti, vamos a avisar a la policía sobre lo que hacen en este lugar.

—¿Crees en la justicia?—suspiró, sus pocas esperanzas se desvanecieron al escuchar su plan.

—No lo sé, ¿Tú?

—No.—respondió sin pensárselo ni un segundo.

—Está bien. Te pido que confíes en mí, no en ellos.—entrelazó los dedos de su mano derecha con la izquierda del contrario.

Se podía ver a kilómetros lo destruido que estaban ambos, aunque intentaban mostrar una sonrisa para no dañar al otro. Ninguno quería que su última imagen fuera ver a quien se había convertido en su hermano llorando. Así que hacían un esfuerzo por aparentar estar lo mejor posible, lo cual les destruía más internamente. Sin embargo, no pudieron seguir aguantando. Al unísono comenzaron a derramar gotas saladas en la sudadera del otro.

—No soy de agradecer pero gracias por ser mi amigo, mi mejor amigo. Por estar siempre, hasta por ir de fiesta conmigo sólo para que me sintiera mejor. Siempre tendrás un hueco en mi corazón, sé que tu familia ahora es Louis; sin embargo, la mía eres tú. Lo siento por ponerme dramático, es que eras lo único que me quedaba y también te vas.—intentó no hipar durante su monólogo para que le pudiese entender bien, lo consiguió, aunque al final se rompió.

—Niall, Niall mírame, tú también eres mi familia. Siempre estaremos juntos, toma.—se quitó los zapatos para darle uno de sus calcetines. Ambos eran distintos: uno negro con rayas blancas, otro banco con rayas negras. Era el regalo más cutre del mundo, mas no tenía otra cosa a mano para darle con la que pudiese recodarle. El teñido cogió uno, el primero mencionado, estaba confundido por el extraño presente. Sin embargo, tenía el presentimiento de que si no lo aceptaba se arrepentiría el resto de su vida.

—Joder, Harry, eres único.—soltó una corta carcajada tomando la prenda.

—Nos volveremos a ver,¿Entendido? Voy a ahorrar para poder llevarte a la semana de la moda cuando salgas de aquí, a París, Italia, Nueva York...donde tú quieras, sólos nosotros dos. Hasta te dejaré que me pintes las uñas o me alises el pelo.—sonrió. El futuro parecía realmente lindo, tenía fe en él.

lune décroissante {LS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora