Capítulo 9.

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Los besos, entre otras cosas, cesaron. Niall comenzó a separarse lentamente del sudado cuerpo de su pareja. Aún tenían las respiraciones aceleradas, nunca había sido tan intenso. El rubio no quería hacerlo, pero ver su cuerpo semidesnudo fue una enorme tentación que no pudo evitar. Solo una última vez, así lo vivió porqué así iba a ser. Buscó sus calzoncillos, perdidos entre las sábanas, durante unos minutos hasta encontrarlos. Después de ponérselos se levantó de la cama del hotel, se habría quedado allí solo para pasar más tiempo en ese cómodo colchón. Lo típico en un lugar cinco estrellas, supuso, aunque nunca antes había estado en uno.

—¿Qué pasa, mi cielo?—susurró entre jadeos su novio, aunque no lo seguiría siendo por mucho más tiempo.

—Se acabó, Peter. Lo nuestro ha terminado.—apenas le miró, ni siquiera él mismo sabía el motivo por el cual intentó hacer el mínimo contacto visual.

—Creo que no te entiendo, cielito.

—Para de llamarme “mi cielo”, “cielito” o cosas por el estilo. No harás que cambie de opinión.

Sus ojos empezaban a humedecerse. Joder, amaba cuando le decía así. Esos apodos le provocaba nostalgia y acababan de terminar hacía apenas unos segundos. Él no quería llorar. No habían durado ni medio año, solamente cinco meses recién cumplidos hacía menos de una semana. Sin embargo, había sido todo tan rápido e intenso que habían parecido siglos. Además, tal vez sorprendentemente, nunca había estado tanto tiempo con una persona.

—¿Qué he hecho?

—Nada, no es tu culpa ¿Entendido, Peter? —eso era lo único que quería dejar claro, sabía que él le amaba de verdad mas desconocía las palabras indicadas para despedirse.—El amor se va consumiendo lentamente o quizá no tan lento por mi parte.

Nunca había sido un chico de muchas palabras sentimentales, no solía explicarse bien así que prefería mostrarlo con acciones. Era un joven detallista, siempre le llevaba cajas con bombones de chocolate, pequeños peluches, un batido del puesto frente a su casa con un par de pajitas... Sin embargo, en este caso no podía seguir jugando a la mímica. El de mirada cínica había sido una persona muy importante para él, merecía una explicación. Al parecer el mundo estaba a favor del recién teñido puesto que por primera vez supo decir lo que quería. Por desgracia, antes de que pudiese abrir la boca su exnovio le adelantó.

—¿Y me lo dices después de follarme? Puto pervertido.—le empujó enfadado para tomar su prenda interior y comenzar a vestirse, mostrando todo su cuerpo desnudo como ya tantas veces lo había enseñado solo para él.—Mierda, ¿Cómo puedes tener los huevos de mirarme la polla después de cortar conmigo?—cuestinó en casi un grito.

—Tú empezaste.—replicó, como las escusas de los niños pequeños.

—Pero tú decidiste seguir para tomar todo de mí y luego irte, sin más. Eres un egoísta, no quiero estar con una persona que no piensa en nadie más que en sí mismo.

—Peter, entiendo que estés enfadado pero...

—¡No estoy enfadado!—gritó mientras se ataba los zapatos, lo último que le quedaba.—Ve y comprate una puta, que te hace falta.—continuó chillando como loco.

—¡Vete a la mierda! Yo solo quería acabar las cosas bien.—no lloró porque se estaba dando cuenta que, quizá, él no lo merecía. No quería derramar lágrimas para luego arrepentirse de la razón por la que escaparon de sus mejillas.

—Vaya forma de acabar las cosas bien.—rió cínicamente, incluso le provocó algunos escalofríos al ojiazul.—Un polvito, el puto mejor polvo del mundo, y luego “adiós, ya no te quiero.

lune décroissante {LS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora