『I Found You』

738 49 3
                                    

A pesar de los años en que lo abandonó fríamente, nunca le guardó rencor, invirtiendo su tiempo en lograr dar con esa persona, pero que probablemente aquello fuera una decisión de la cual podía arrepentirse.

──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

Apenas leyó el nombre impreso en aquel papel que sostenía fuertemente con sus manos, sintió su corazón detenerse mientras el agua se acumulaba en su bella heterocromía que reflejaba los rayos del atardecer filtrados a través del frágil material transparente. Dejó los documentos sobre la mesa y se encaminó hacia la puerta tomando por el camino su pistola reglamentaria y su chaqueta con aquellas siglas amarillas en ella, pero cuando iba a salir por la puerta, una mano apresando su brazo descubierto le detuvo.

—¿A dónde va Horacio? —preguntaron detrás de él, obligándolo a girar su cuerpo para enfrentarlo.

—La he encontrado.

El hombre frente a él, abrió sus ojos grises ante su confesión, y sin dudar lo atrajo a su pecho en un abrazo que no dudó en corresponder, relajándose al instante, al sentir su calor y su fragancia. Sintió como las manos enguantadas de su compañero le tomaban de sus mejillas, alzando suavemente su cabeza para después inclinarse y depositar un beso casto sobre sus labios, provocando que sus mejillas se calentaran y que inevitablemente formara una sonrisa.

—La vieron en un trato de armas—continuó—, yo podría infiltrarme y reunir más información.

—Iré con usted...

—Vik—llamó—, lo tengo que hacer yo, a ti te reconocen fácilmente.

Aquello hizo bufar molesto al ruso, pues no le gustaba cuando su pareja se infiltraba, pero sabía que no podría hacer cambiar de opinión al moreno, pues una vez el brillo decidido en su mirada aparecía, era imposible. Asintió levemente con su cabeza, mientras sentía el tacto de la palma del moreno posarse sobre una de sus mejillas, acariciándola.

—Te prometo que tendré mucho cuidado.

—Horacio...

—Si ocurre cualquier cosa sé que estarás ahí para protegerme—sonrió.


Duró semanas en conseguir contactos con aquella organización criminal y otro mes más en ganarse su confianza, pero ahí se encontraba en aquel edificio abandonado a las afueras de la ciudad que utilizaban como la base de sus operaciones. Apenas entró en él, recorrió su mirada bicolor por todo el lugar, buscando con su mirada a la persona que le había llevado hasta ahí, sin lograrlo, sacándole un suspiro que llamó la atención de su guía.

—Dan, ¿está usted cansado? —preguntó con su acento característico.

—No—negó efusivamente con sus manos mientras soltaba una risa nerviosa.

—Usted dígame si lo está—se acercó a su oído para susurrar—, hay una femme dispuesta a ayudarlo.

El semblante de ese hombre le hizo formar una mueca de repulsión oculta por su máscara, pero cuando reparó en que mencionó a una mujer se interesó.

—¿Dónde está ella?

—¡Ah! Si está cansado—rio, provocándole una náusea al moreno—. Se encuentra normalmente en la habitación al lado de la del patrón, pero—se acercó nuevamente—, es un poquito intensa, si no le gustas ni lo intentes mejor.

Con esa información intentó por todos los medios llegar a esa habitación lográndolo semanas después, cuando la mayoría de los miembros de la mafia se encontraban descansando. Cuando se encontró frente aquella puerta de madera tomó aire profundamente, intentando mentalizarse ante el futuro reencuentro.

〖 ONE-SHOTS 〗- VOLKACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora