『Tattoo』

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No sabía el motivo, o más bien, lo ignoraba, simplemente por el hecho de que temía que aquel sentimiento se desarrollara, aún así parecía no molestarle.

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El insistente sonido interrumpiendo la calma de aquella tarde recorriendo la ciudad, alertó a ambos sujetos dentro del patrulla negro, temiendo porque a través de aquella bocina se dejara escuchar la característica canción con la que solían usar en aquel juego entre los facciones policiales. El moreno portando su fiel uniforme de mangas cortas negro y sus pantalones de cargo del mismo color, llevó su mano al bolsillo derecho, sintiendo la intensa mirada de su copiloto sobre él en el trayecto de tomar su móvil con su mano. La temible palabra apareciendo en su pantalla, que le alertaba de un nombre inexistente, le encogió el corazón, obligándolo a pasar saliva dificultosamente, siendo copiado por su acompañante, que de igual forma lo había visto. Su dedo deslizó suavemente la pantalla, evitando que su acompañante se diera cuenta del ligero temblor en su mano, para seguidamente llevarlo hasta su oído y esperar por lo que aquella llamada le ofrecía.

—¡Horacio, cariño!—la voz irritante a través del auricular le obligó a despegar unos centímetros el aparato de su oído, cerrando a su vez, su ojo más cercano, mientras que con su otro ojo, alcanzaba a ver cómo su compañero volvía a respirar y relajaba su rostro.

—¿Si?

—Horacio—habló esta vez, más seriamente—, necesito que vengas urgentemente—remarcó—a la sede, que tengo una misión muy importante para ti y tus agentes—finalizó, no sin antes alargar "muy" en su orden.

—10-4—contestó sin ánimos de discutir con ella—, estamos de camino.

—Vale, apúrate ¿Si?, Que tengo una reunión muy importante después de esto. ¡Jota! Mi caf-... —soltó antes de cortar la llamada.

El suspiro a su lado le invitó a ladear su rostro hacia quien lo provocó, recibiendo inmediatamente la mirada de este sobre sus ojos.

—Parece que tendremos trabajo—le informó a su compañero con una sonrisa cansada.

—Eso parece—soltó tras otro suspiro, llevando su vista hacia la amplia carretera—. Mientras que no sea llevarle un café, o algo por el estilo, por mi estaría bien un poco de movimiento.

≪ °❀° ≫

Hubiera preferido el café.

Sintió al chico de crestas removerse ligeramente a su lado, ante la presencia de aquel hombre vestido de militar colocado al lado de la mujer rubia de traje. Apenas escuchó a Maia pronunciar su nombre, su sangre había hervido, sintiendo unas intensas ganas de derribarlo, sin saber el motivo, o más bien, ignorando que el motivo de ello eran las palabras que el moreno le comentó de esa persona, y la relación que compartieron en un pasado.

—Les presento a Dex—soltó sonriendo para luego añadir, mientras miraba al chico a su lado—, aunque Horacio lo conoce muy bien, ¿Cierto, cariño?—tras el asentimiento por parte del nombrado, y las miradas del resto de los agentes sobre el mismo, continuó—. Dex estará hoy con ustedes, porque se ofreció, no es que yo le obligara—murmuró lo último para ella, pero aún así fue escuchado por todos—, a realizar unos pequeños entrenamientos para ustedes, por qué cariño,—llamó dirigiendo su mirada al moreno—, digamos que... Tus agentes aún no están preparados para... Pues para cualquier operativo que ocurra—finalizó ganándose la mirada fría de sus compañeros.

—Confío en mis agentes, por algo los he elegi-

—Si, cariño, lo sé, pero mientras no me demuestren lo contrario a mi, yo solo puedo pensar que no sirven para nada—suspiró—, por eso traje hoy a Dex, digo—carraspeó—, por eso Dex se ha ofrecido a ayudarles.

〖 ONE-SHOTS 〗- VOLKACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora