『Drogas』

443 24 0
                                    


#VolkacioWeekYC

Día 4

—De acuerdo—soltó entre herido y enojado, tomando entre sus manos su celular colocado sobre el escritorio de madera, al mismo tiempo que arrastraba la silla hacia atrás y se ponía de pie.

—A ver, yo no... Yo no me refería a eso.

—No, no, no, esta bien—sonrió forzosamente, antes de subir su máscara hasta su nariz, para que el contrario evitara ver su semblante triste—, solo déjame irme ¿si?

Sin esperar una respuesta, caminó rumbo a la puerta de cristal, saliendo de ella, y dejando detrás de él a un hombre que no paraba de llamarlo, completamente arrepentido de sus palabras, pero aún así, no hizo nada por ir detrás de su ahora superior.


Se empinó sin dudar la bebida que sostenía en su mano derecha jadeando ante el escozor quemando en su garganta, sintiendo los húmedos labios del otro hombre recorrer su cuello cubierto por una fina capa de sudor. Se alejó cortando el contacto, sin embargo, giró su cuerpo para enrollar sus brazos en la nuca del contrario, el cual rápidamente llevó los suyos para encerrar su cintura, apretando con sus dedos aquella zona, completamente gustoso de sentir la piel canela bajo la yema de sus dedos, pues el top crop no llegaba a cubrir la zona  hasta su pantalón negro de cuero. Jadeó en su oído, provocándolo, y sonriendo al conseguir el efecto en el contrario, pues nuevamente llevó sus labios a su cuello, esta vez, devorándolo. El moreno, tras un tiempo moviendo su cuerpo al ritmo de la música, jadeando y suspirando por la atención dada en su cuello, y ahora en sus glúteos, giró su cuerpo, pegando su espalda al pecho contrario, alzando su vaso de plástico para empinárselo.

Se sobresaltó al sentir la mano contraria en el borde de su pantalón, mientras que su abdomen estaba encerrado por el brazo del otro hombre, se removió un poco incomodo, por lo rápido que estaba escalando la situación, sin embargo arrimó aun más su cuerpo al otro, creando una  fricción en sus ropas por el constante movimiento que mantenía al son de la música. El hombre subió el brazo de su abdomen hasta su mandíbula, ladeándola para capturar sus labios entre los suyos, sonriendo en el beso al escuchar el gemido ahogado que el moreno soltó al introducir su lengua sorpresivamente. Por otro lado, el de cresta suspiró en el momento en que aquella mano traviesa en el borde de su pantalón, había logrado desabrochar el botón de este, sintiendo como la mano caliente se adentraba y acariciaba la zona sobre la tela de la ropa interior. Soltó un sonido de su garganta, completamente confundido del objeto amargo que sentía acariciar su cavidad bucal, removiéndose en su sitio para alejarse del hombre, el cual apenas logró separase de él, mantuvo su mano apretando su mandíbula.

—Trágalo.

Sin saber la razón, su garganta se relajó y aceptó el objeto amargo, atribuyéndolo a que probablemente había sido debido al enojo que había pasado hace horas, y a la cantidad de alcohol en su sistema. Por ello, ahora se encontraba apresando los labios del hombre con los propios, embistiendo ligeramente su cadera, creando un roce exquisito entre ambos.


Cerró con más fuerza de lo habitual la puerta del coche negro deportivo, suspirando en el proceso, al ver el otro vehículo estacionado en el garaje. Jugueteó con la llaves entre sus dedos, pensando en las palabras que la Agente P le había aconsejado decir, para enfrentarse a su superior, pero que conforme las repasaba por su mente, estas iban desapareciendo poco a poco, dejando en blanco sus pensamientos. Bufó molesto consigo mismo, por no ser capaz de pensar él mismo las disculpas y la explicación que merecía el director del FBI, a la vez que comenzaba a caminar hacia la puerta de madera de aquella gran mansión, en la cual vivía desde que había llegado a Los Santos.

〖 ONE-SHOTS 〗- VOLKACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora