Un pequeño recuerdo te traslada a los momentos que anhelas, y al saber que puede ser tu último día de vida, luchas por regresar a ese momento.
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El recuerdo inundando sus sueños le obligaron a abrir los ojos alarmado, sintiendo como las cálidas lágrimas resbalaban por su rostro hasta perderse en sus oídos. Se reincorporó de aquella superficie fría colocando sus pies desnudos sobre la madera que conformaba el piso de esa habitación. Su corazón se encontraba golpeando fuertemente su pecho, mientras que las molestas lágrimas no detenían su trayectoria. Dirigió su mirada al suelo, intentando concentrarse para alejar esos recuerdos, sin conseguirlo, pues el primer sollozo se logró escapar de sus labios sin aviso.
Enterró su rostro deformado, por el dolor interno, entre sus manos, sin detener su incontrolable llanto por las siguientes horas. Cuando pudo detenerse, y se había quedado sin lágrimas que derramar, se colocó de pie, buscando la camisa que la noche anterior se había quitado, encontrándola sobre el sofá de una plaza a unos metros de la cama en donde se había desahogado. Se la puso inmediatamente para seguidamente reunir las cosas más importantes y adentrarlas dentro de la pequeña maleta que había traigo consigo en ese viaje.
Una vez todo listo, sin arrepentirse y sin ni mirar atrás, se dirigió a la salida de aquel departamento en el que había pasado su estadía en ese país, saliendo rápidamente de ese lugar, completamente decidido de lo que había rondado en su cabeza los últimos meses desde que se había enterado por terceros.
Cerró aquella puerta, volteando hacia todos los lados en busca de alguien que pudiera delatarlo o detenerlo, pero al ver que no había ni una sola presencia vigilando el lugar, se dirigió a su coche, en donde dejó su maleta sobre el asiento del copiloto, mientras encendía el coche, partiendo rumbo a su destino.
En el trayecto, mientras debía esperar por el inmenso e infinito tráfico, sacó su móvil de su bolsillo, desbloqueándolo y navegando rápidamente por él, hasta dar con la aplicación que en ese momento le interesaba, apenas ingresó a ella, no dudó en registrar sus datos y el de otra persona, para apartar dos lugares en un vuelo hacia su país natal.
Su corazón se agitó nervioso, pues probablemente se arrepentiría en unas horas. Dejó su móvil y nuevamente se enfocó en atravesar el mar de coches.
Apenas llegó a su destino, dejó las llaves en el contacto del coche, para después salir con su maleta en mano hacia la entrada de aquel lugar. Cuando divisó la ventanilla que le interesaba, apuró su paso hasta ella. La señorita tras la ventana le sonrió y se dispuso a preguntarle su destino. Él sin dudar un solo segundo, se lo informó.
— Los Santos.
La chica asintió y rápidamente le pidió sus documentos para finalizar el trámite. En cuanto la mujer le entregó el pequeño papel, dejó de escuchar las ofertas que esta le decía que había en las aerolíneas, pues el nombre de su destino agitaba su pobre corazón, sintiendo como la nula comida que había ingerido la noche anterior, amenazaba con salir de su boca. Le agradeció a la chica cuando esta dejó de hablar, tomando nuevamente su maleta y dirigiéndose a aquella zona de la cual no podría salir una vez entrara.
Se dejó caer pesadamente sobre la superficie suave de aquel sofá, suspirando cansadamente mientras se quitaba las botas con ayuda de sus pies. Enfocó su vista en el techo, sintiendo su corazón oprimirse, pues últimamente su mente le jugaba malas pasadas al recodarle los hechos de hace años que marcaron su vida, cerró sus ojos por unos momentos pues no había podido dormir desde hace semanas, a pesar de ingerir alcohol para lograrlo. Intentaba cansar a su cuerpo infiltrándose o ayudando a la policía, pero ni así podía sumergirse a un sueño profundo.
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〖 ONE-SHOTS 〗- VOLKACIO
Sonstiges~Recopilación pequeña de las historias que se me ocurren mientras duermo.