Una decisión tomada bajo mucha tensión y presión, puede ocasionar que te arrepientas de ella e intentes regresar a ese momento para cambiarla, pero el mundo no funciona así, y simplemente debes vivir con ella.
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—Mi voto es un "No"
Aquella voz profunda le hizo estremecerse en su sitio, obligándolo a carraspear y a dirigir su mirada a cualquier otro punto de esa habitación. No duró mucho cuando la chica vistiendo un hermoso vestido corto blanco y con pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos, se colocara junto a él, con la intención de que la dejara salir por la puerta que se encontraba vigilando. La chica ni siquiera le miró, pues probablemente estaba tan avergonzada de su actuación, que no quería ni ver su reacción. Se apartó un poco para después abrirle la puerta y dejarla pasar, pero cuando se encontraba recolocándose en su sitio, alzó la mirada, topándose con la mirada profunda y bicolor del sujeto frente a él provocándole un vuelco en su corazón que le obligó a pasar saliva dificultosamente.
Desde que lo conoció se le hizo una persona muy extravagante, de esas de las cuales solo miras desde lejos, porque sabes que nunca podrían llevarse bien, al tener actitudes y comportamientos tan diferentes. Es por ello que simplemente se dedicaba a mantenerse al margen con aquel sujeto, o eso era lo que tenía pensado hacer, pues su cuerpo y corazón no dudaban en entablar una conversación con él, cuidarlo y protegerlo.
Ahora se desconocía él mismo mientras arropaba tiernamente al moreno durmiendo plácidamente sobre su cama, y que murmuraba pequeñas palabras que, a pesar de entender la mitad de ellas, le provocaban una sonrisa, pero que se borraba inmediatamente por los comentarios burlescos de su superior y las risas tontas de su compañero.
—Aquí me dejan con este marrón—suspiró cansado cuando los otros dos hombres habían abandonado su habitación.
Después dirigió su mirada al hombre dormido, recorriendo lentamente sus facciones, y controlando el fuerte impulso que se querían apoderar de sus manos, sin lograrlo, pues ahora sus dedos se encontraban enredados por la cresta deshecha del moreno, provocándole suspiros entre sueños y pequeños murmullos, entre los que pudo identificar su nombre.
Sonrió, pues no sabía cómo ese hombre tan alegre había logrado hacerse un hueco en su corazón.
Cuando el Superintendente Conway le informó fríamente que el moreno se encontraba herido en su departamento, por unos disparos en las piernas que casi le cuestan su vida, lo primero que pasó por su mente fue ir hacia él, y verificar por él mismo que ya se encontraba mejor, pero se detuvo cuando su mano enguantada iba a tomar la manija de la puerta de su auto negro deportivo, pues su fantástica mente le recordó a su mejor amigo Ivanov, desangrándose en sus brazos con la mirada apagada mirando hacia algún punto del amplio y gris cielo.
—Joder...
Su móvil vibrando en su pantalón le distrajo brevemente de esos recuerdos, pero cuando lo tomó y miró el nombre del remitente adornando su pantalla, pudo pensar fríamente mientras la soledad lo rodeaba en aquel estacionamiento. Las personas más importantes para él, acababan muertas, y él, no estaba preparado para vivir una vida sin su hermoso sol que calentaba su frío corazón con su simple presencia. Por eso, deslizó su dedo sobre la pantalla, pulsando sin dudar, aquel icono que le prohibiría de recibir más mensajes y llamadas.
Pasó el resto de la noche y madrugada con su mente ocupada por el atentado en comisaría, pero cuando por fin pudo retirarse a su grande departamento, su mente comenzó a trabajar, sin permitirle pegar un solo ojo. En una mano tenía su móvil acariciándolo imperceptiblemente, y en la otra un pequeño vaso de vidrio con vodka en su interior, su mirada se encontraba visualizando lo pacífica que se miraba la ciudad en esos momentos, como si nunca hubieran tiroteado la comisaría hace horas.
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〖 ONE-SHOTS 〗- VOLKACIO
Random~Recopilación pequeña de las historias que se me ocurren mientras duermo.