Capítulo 8

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Katsuki

No confía en mi.

Supongo que es de esperarse. No hace mucho hablamos y ahora somos aliados.

Y yo no confío demasiado en lo que el expediente decía.

Si él hizo algo de eso, que lo diga. Tengo que escucharlo.

La mejor forma de hacer que confíe un poco más es contándole algo sobre mi. Más de lo que probablemente sabe.

Y le daré todo el tiempo que necesite para que confíe en mi.

—Mi madre es una bruja —empecé. Su mirada reprobatoria no tardó en llegar—. No me mires así, es cierto. Tiene un carácter de mierda que como te dije antes, lamentablemente heredé. Por culpa de ese carácter asqueroso, pasé toda mi niñez metido en la oficina de los directores de todas las escuelas a las que fui. Me peleaba con la persona que se me cruzará enfrente y me mirara mal.

—No sé por qué eso me parece tan creíble... —farfulla, apretando los labios para no reír—. Sigue, sigue, quiero escuchar como te convertiste en héroe.

Este Deku. Tiene la valentía o estupidez de querer reírse de nosotros. Y tú, colegiala, estás embobado. Que alguien nos dé una paliza para volver a lo que éramos, por favor.

—Tsk, cállate —murmuré, dedicado tanto para Deku como para mi estúpida conciencia—. Educar con violencia es un método que algunas madres usan. Si creces en un ambiente rodeado de ella, es claro que te volverás alguien violento. En algunos casos puede que te cierres. Pero yo exploté en violencia con todo el mundo. Me sentía demasiado superior a los demás. Y nadie me decía nada. Alimentaban el ego que crecía de forma ridículamente rápida.

«Si sigues con esa actitud, nunca vas a aprender qué es ser un héroe verdadero».

—Y después llegué a la academia U.A. —Deku me observaba atento. Había dejado de jugar con su cuchara en el café, quieto. Al parecer le interesaba mucho esta historia—. Me patearon el culo con mi superioridad y me di cuenta de que habían personas mas fuertes que yo. Y que esas personas no iban por ahí creyéndose lo mejor.

—Uh, eso debió ser un golpe fuerte para tu ego, Kacchan.

Ese deje de burla... Solo se lo perdono porque el muy maldito está precioso. Por nada más.

—Sí. Y por eso entendí que el niñito tonto que era estaba jodidamente equivocado al querer arreglarlo todo con peleas innecesarias. Aunque sigo jodiendo a las personas con gritarles, pero que puedo decir, es mi esencia.

—Te ves lindo gritando.

Uf, sí que le gustas, mira que decirte que te vez lindo mientras gritas como si no hubiera mañana, no es algo que se vea siempre.

El muy maldito sonrió, ladeando su cabeza. El rubor estúpido no tardó en aparecer y desvíe la mirada.

—Eso es todo —terminé. Volví a observar el café—. No es cómo si tuviera tantos traumas como el bastardo mitad mitad.

—¿Bastardo mitad mitad? ¿Quién es él?

¿Por qué mierda le interesa saber quién es?

Es muy rápido para manifestar tus celos, aparta, idiota.

—El hijo de Endeavor —contesto frunciendo el ceño. ¿Por qué le están brillando los ojos con curiosidad? ¿Por qué brillan sus ojos? ¿Por qué mencioné a ese bastardo?—. ¿Por qué? ¿Lo conoces?

—De vista —se encogió de hombros—. Digamos que me lo he topado un par de veces. Está tan desesperado con encontrar a Dabi...

El bastardo ese mencionó lo mismo. Que estaba buscándolo.

—¿Por qué lo busca?

Se acercó un poco, mirando a ambos lados.

—¿Si te digo no le dirás a nadie?

Asiento.

—Verás, resulta que Dabi es Toya Todoroki. El niño que murió quemado con su propio fuego infernal. —La sonrisa que me muestra es divertida—. Dabi soltó eso y ahora el "bastardo mitad mitad", como tú lo llamas, quiere encontrarlo para no se qué. Aún tengo mis dudas de si quiere un reencuentro familiar o quemarlo vivo. Es muy emocionante esto de los problemas de familia.

Vaya.

Eso explica mucho.

—¿Y tú como lo sabes, Deku?

Me mira obvio. —Sé todo. Siempre sé todo. Así que no intentes engañarme nunca, porque me enteraría al poco tiempo después.

Esa sonrisa sádica es recordatorio de que te gusta un villano. No querría ver las consecuencias de engañarlo. Temo por mí vida aunque tú seas un estúpido adicto al peligro.

—¿Engañarte en qué sentido? —preguntó, apoyando mi mejilla en la palma de mi mano—. Hay una gran área dentro de "engañar".

El color va a sus mejillas rápidamente al mismo tiempo que se aleja, rompiendo ese ambiente confidente. Ah, pero como le gusta verme sonrojado. Ahora que se joda.

—Me refería a la alianza... —susurra.

—Sí, ajá.

—De verdad...

—Eres un poco mentiroso, ¿verdad? Como si no te refirieras a una relación. Me temo que no puedo creerte cuando llevas lanzando insinuación tras otra sin detenerte, Deku. —Va, me está gustando esto de verlo sonrojarse. Podría intentarlo más—. ¿Eres así de coqueto siempre o solo conmigo?

—¡C-Claro que no! —Suelto una carcajada ante su rostro indignado—. ¡No coqueteo con cualquiera que se me cruce!

Mhm. Eso me gusta. Cada segundo firma más su sentencia de muerte contigo.

—Perfecto —digo, acercando mi mano a la suya. Se siente cálida. Él intenta quitarla y la aprieto un poco más fuerte. No lo voy a soltar—. Ahora estás enredado conmigo. Ya no puedes mirar a nadie más. Y yo no puedo mirar a nadie más. Te jodiste solo, tonto Deku.

Lleva su otra mano a su rostro, intentando esconder su sonrojo y evita mi mirada.

—Eres un poquito posesivo...

—Y eso que ahora no somos algo serio. Imagina cuando te enamores tanto que ya no puedas vivir sin mi.

Sonríe entre su vergüenza.

Cambia muy rápido de personalidad. En un momento es coqueto y luego tímido.

Que lindo.

Demasiado lindo.

—Tú también te vas a enamorar —réplica, dándome una miradita—. Tampoco vas a poder vivir sin mi. No sólo yo...

—Oh, tengo muchas ganas de ver como ocurre eso.

Incorrecto (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora