Capítulo 19

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Izuku

Nunca me había gustado más escuchar tanto a una persona gritar.

Los sollozos incontrolables y el miedo que emanaba del que era mi padre solo provocó más ira y odio.

Por mucho que pidió que me detuviera, no lo hice. ¿Por qué hacerlo? ¿Por qué detener está tortura?

Me quiso ver muerto.

Mató a mi madre.

Soy el karma que nunca le tocó.

Enterarme por esa anciana que había sido una sirvienta dentro del lugar donde murió mamá, qué ese hombre la había torturado de mil formas diferentes con el motivo de encontrar mi paradero e ir a matarme. Ella resistió todas esas torturas para no decirle donde yo estaba.

Porque ella me amaba.

No me dejó solo porque no le importara.

Ella... Ella no me abandonó por falta de amor.

Lo hizo por falta de tiempo.

Y vida.

Una que aquel le arrebató.

¿Por qué tener consideración con un hijo de puta que no la tuvo de ninguna forma? No se detuvo ante mi madre, ni mucho menos ante muchas mujeres más que rogaron por su vida. Hombres que mató por puro capricho.

¿Quién es el verdadero villano?

Esa es la pregunta.

Kacchan escuchó atentamente cada cosa que le dije. Contándole cosas que no aparecen en ese expediente y mostrándole razones por lo que hice. No dudé ni negué nada. Mi corazón, por más miedo que tenga ante la reacción del héroe, ya está tranquilo.

Puedo cargar con muertes en mi espalda.

Con uno que otro arrepentimiento. No por esos culpables.

Por las personas que rodeaban a esos tipos que maté. Arrepentimiento por quitarles parte de su familia.

No por ellos.

Por sus círculos.

Puedo hacerlo.

Puedo cargar con el odio del mundo.

Puedo cargar con el título de villano.

Puedo cargar con pasar el resto de mi vida en una prisión.

Porque ya no tengo nada.

Porque ya no me queda nada más que eso.

Cumplí el propósito de mi vida.

La única razón por la que no arruiné mis planes.

Y estoy bien con eso.

—Esa perra loca... —escucho decir a Kacchan. Alzo mi mirada a su rostro. No sé en qué momento comencé a mirar el suelo—... Por eso dijo toda esa mierda. Maldita, no le costaba mucho hablar un poco más.

Veo que suspira y pasa una mano por su cabello con frustración.

Mentí.

Él si me importa. Me importa lo que puede pensar de mi.

Maldigo este corazón, que de apoyo hizo un espacio que tiene su nombre grabado.

—Esta es una situación muy jodida, Deku, yo...

—Vamos, Dynamigth —susurro, extendiendo mis manos—. Estoy listo para que me lleves con los otros patéticos de tus amigos. Por cierto, ¿Podrías enviar a los periodistas aquí? Tengo muchas ganas de que vean el arte que hice con mi padre. Oh, y también quisiera que me dejaras despedirme de Eri, ella la pasó muy mal pensando que tendría que ver a Kai Chisaki otra vez, debo disculparme con ella. Además, yo...

—Mierda, Deku, cállate de una puta vez —me corta, y lo siguiente que siento es unos brazos rodeando mi cuerpo y a Kacchan apretándome contra su pecho—. Estás tan jodidamente loco. Planeando una maldita venganza y dispuesto a destruir tu vida con ello... Imbécil.

—¿K-Kacchan?

—¿Ya no te importa que te atrape? ¿No te importa una mierda lo que haga contigo?

—No. Hice lo que tenía que hacer. El resto no me importa.

—¿Ni lo que pase conmigo y mi puto corazón que te adora?

Intento levantar mi cabeza para poder mirarlo, pero él no lo permite y me abraza con más fuerza, haciendo que esconda aún más mi rostro.

Pero creo que Kacchan es el que se está escondiendo.

—No respondes —murmura—. Entonces vamos. Les diré a todos que por fin te atrapé. Al villano más peligroso de mi zona y el único que se me escapó.

—Es lo que tienes que hacer.

Porque todos cumplimos un deber. Yo ya cumplí el mío, ahora él debe cumplir el suyo.

Incorrecto (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora