Capítulo 25

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Izuku

Observo a mi alrededor con aburrimiento. Tres patéticos hombres están en el suelo, lloriqueando por su vida y uno inconsciente con la sangre cayendo de su cabeza por el anterior golpe que le di.

Al inicio, sí,  eran lloriqueos que me causaban gracia, pero ahora están haciendo doler mi cabeza. ¿Es que no pueden hacer nada más que pedir por su vida? No sé, fingir morirse para que no les haga nada o suicidarse para no morir por mi mano. ¡Solo pido algo divertido!

—Dejen de rogar —murmuro, paseando mis ojos por sus miserables rostros—, o les cortaré la lengua. —Alzo la daga en mi mano, recordándoles que ante mí no pueden hacer nada—. Me están agotando la paciencia. ¡Y Kacchan no llega! 

Suelto un bufido, enfurruñado. Dijo que llegaría en unos minutos hasta aquí para llevarse a estos tipos junto con la comisión, pero ¡se está tardando mucho!

—¿Por qué? —pregunta uno, con sorpresa.

—¿Por qué que? 

—¿Por qué estás trabajando con los héroes? Eres un villano. Siempre lo has sido. ¡No deberías estar en nuestra contra!

Entorno mis ojos hacia ellos, viéndolos atentos a mi respuesta.

—Mi villanía es jodidamente distinta a la tuya. ¿Yo producía pornografia infantil? ¿Yo abusaba de menores, niños y niñas, dejándolos al borde de la muerte? ¿Yo hacía algo de eso? No, claro que no. No nos compares. Yo soy malo, pero ustedes son escoria, basura asquerosa que ni siquiera debería existir. Y deberías agradecerle a los héroes porque ahora estés vivo, porque si tanto has seguido mi vida, sabrás que no tengo reparos en matar a quien merezca morir.

Vuelven a lloriquear, ahora con insultos de por medio, pero poco me importa, porque unos segundos más tarde, esa característica explosión me da aviso de que Kacchan llegó. Miro la puerta con una gran sonrisa, esperando que Kacchan entre.

Como siempre, Kacchan no decepciona. Entra a paso fuerte, con su característico ceño fruncido, acompañado de la heroína que ahora me cae bien y esos dos amigos suyos que parecen estar llenos de melosidad. 

—Bien hecho, Deku —halaga el rubio ceniza, dando una pequeña sonrisa—. Otra misión cumplida con éxito rotundo.

—Vale, no estoy acostumbrado a ver a Katsubro sonriendo y realmente pienso que el mundo será destruido en cualquier momento —habla aquel que reconozco como Chargebolt, o Denki. Es bastante alegre. Tiene una animosidad que se expande por cualquier lugar.

—Katsubro te golpeará —murmura Red Riot, Eijiro para los amigos—. Además, gracias a Izuku no hemos tenido que soportar sus gritos, hay que arrodillarse a sus pies. 

—¡Callense, malditos!

—¿Pueden dejar de perder el tiempo y venir a ayudarme? —dice con enfado la novia secreta de mi amiga lunática, que me mira de reojo—. Gracias por dejarlos con vida al menos, Izuku. Aunque hubiera sido preferible que el del suelo no estuviera casi al borde de morir desangrado.

—Bueno, algo es algo, no te quejes —repliqué, encogiéndome de hombros—. ¿Cómo pretendes que se sometan si no inflijo un poco de daño? Desconozco las palabras dulzonas que usan para la rendición de los villanos, ¡pero sería horrible si vengo aquí y no puedo hacer lo que se me da la gana!

—Déjalo —gruñe Kacchan, pasando por su lado para esposar a uno de los hombres que siguen lloriqueando. Denki y Eijiro hacen lo mismo con el inconsciente y el despierto, dejando a Ochako sin hacer nada—.  Nos ahorra gran parte del trabajo, que es no tener que pelear con ellos. Sería una molestia que no quiero, en definitiva, pasar. 

Incorrecto (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora