Incorrecto (Katsudeku)

Capítulo 14

Katsuki

Bastardo mal agradecido.

Lo dejo estar en mi casa, le cocino algo para su inexperto estómago, lo acurruco en mis brazos como una de las muestras más estúpidas de cariño, y el muy maldito simplemente se va sin siquiera despedirse.

Imbécil.

Sigo caminando por la academia, enfurruñado. Ese maldito podría haberme dicho que se iba al menos.

Por su culpa estoy enfadado.

Me detengo frente al salón, abriendo la puerta de golpe.

Los alumnos patéticos aspirantes a héroes me observan y la gran mayoría salta con gritos de fanáticos locos.

—Vayan al maldito gimnasio —digo, señalandolos—. Estamos esperando un ataque de la Liga de Villanos y si alguno de ustedes se cree tan capaz para hacer mi trabajo de héroe, puede ir y tomar su condenado traje y seguirme.

La jodida clase entera salta de alegría en sus asientos.

Vaya, no son unos cobardes sin remedio.

Pero el límite entre la valentía y la estupidez es muy cercana.

Solo en peligro se ve quien realmente tiene el coraje para pelear.

Me voy luego de darles esa información y por fin termino con avisar a todas las aulas.

Vuelvo al gimnasio donde ya están la gran mayoría reunidos.

Puedo ver a los que fueron mis compañeros en mis días de la academia.

La mayoría siguen siendo igual que la última vez que los vi.

O quizá cambiaron, no sé, en realidad me interesa una mierda.

Me recuesto en la pared, alejado de todos. Eijiro me hizo una seña para que me acercara, pero me negué.

Están demasiadas personas reunidas.

Y eso me jode muchísimo.

—¡Alumnos! —escucho la voz de Nezu, que habla desde el escenario. A su lado está Aisawa, con la misma cara de amargado.

Me sorprende no verlo al lado de la chiquilla esa.

No se separaban nunca. Al menos, no desde el día en el que Mirio fue y la salvó de Overhaul.

Aún sigo reconroso porque no me hayan llamado para esa misión.

Pero fue hace tres años, lo entiendo.

Cuando tenía diecinueve, murió mi padre. En seis meses no me dejaron hacer ninguna misión porque estaba de duelo.

Pero fue más para estar con la bruja.

Ella sí que sufrió.

Entre nosotros debía estar el equilibrio.

No podíamos estar los dos llorando.

Entonces la dejé llorar a ella y yo simplemente me quedé al margen, sufriendo en silencio.

Aunque sí me enojé porque me dejaran fuera de esa misión de rescate.

Sin embargo, pude cobrarmela el año pasado, cuando atrapé a ese bastardo Overhaul y lo mandé bien lejos.

Escucho las instrucciones que da el director, alegando que solo los estudiantes que tengan su licencia de héroes podrán ayudar a combatir a la Liga.

Y es justo en ese momento que se oye un estruendo en el patio de la academia.

Corro hacia afuera, con los demás héroes, listos para enfrentarlos.

Los veo a lo lejos, con sus rostros sorprendidos al vernos aquí.

Después de todo, Deku los delató sin más.

Pero me quedo en blanco cuando lo veo, a un lado de la loca de los cuchillos, sonriendo de lado traviesamente. Al notar mi mirada, sonríe aun más y yo maldigo por lo bajo.

Claro que iba a estar aquí. Siempre aparece cuando hay caos.

Maldito Deku, ¿cómo voy a hacer para dejarlo escapar? Esta podría ser la oportunidad perfecta para por fin atraparlo.

Y, mierda, no.

No quiero hacerlo.