XXX

92 20 1
                                    

Al llegar a Washington fue todo bastante incomodo llegar, cuando me fui, sentí que estaba dejando atrás mucho dolor, recuerdos de la escuela, chicos burlándose, haciendo lo posible para hacerme sentir mal. A pesar de ser incomodo volver, no sentía miedo, me sentía a pesar de todo bastante tranquila, desde esa fiesta me siento capaz de defenderme así no este con Ronnie y las chicas, ahora se que soy capaz.

Aparte de eso, llegar a casa también me tenía algo preocupada, pero la señora Angelina quien nos cocinaba y organizaba nuestra casa me esperaba con un gran pie de limón, sonreí al verlo en el comedor, pero ella no estaba por allí, así que pensé que quizás debía estar en la cocina, fui hasta allá y efectivamente se encontraba haciendo mas comida.

−Angelina. −ella voltea de inmediato al escuchar mi voz y me sonríe. 

−Mi niña. −sus ojos parecen llenarse lagrimas, pero no cae ninguna por sus ojos y se acerca a mi a darme un abrazo. − ¡Estas hermosa! Te pareces tanto a tu mamá. −sonrió por ese comentario, es la segunda vez que lo escucho en poco tiempo.

−Gracias, Angelina. −me siento en el mesón y ella continua cocinando mirándome de vez en cuando. − ¿Sabes si Charlie vendrá pronto?

−Debe estar por llegar, mi niña. −voltea a mirarme de nuevo. −Tu padre parece haberte extrañado mucho, hoy llegará justo para él almuerzo, estuvo trabajando esta semana duro, para poder estar contigo tiempo suficiente.

Sonrío complacida y asiento.

−Finalmente después de tanto, puedo pasar una tarde con mi padre. −volteo por unos pasos que se escuchan y me topo con un rostro muy alegre.

−Por Dios, eres Alice. −dice Charlie con bastante sorpresa, me bajo del mesón y camino hacia ella, ambas nos abrazamos y la miro sorprendida. −Siempre te dije que eras hermosa. −sus manos pasan por mi cabello. −Solo necesitabas una ligera ayuda y mírate, hermosa, divina. −me abraza de nuevo.

−Gracias. −suelto una risa. − ¿Quieres ir al centro comercial mientras esperamos el almuerzo?

−Por supuesto que si.

Hablamos de cosas bastante aleatorias mientras llegábamos al centro comercial, hablamos acerca de como era la universidad de Washington, como era la de Los Ángeles, el clima, la libertad de ahora, ya cuando llegamos al centro comercial me pareció prudente y así empezar a contarle todo.

− ¿Y tienes nuevos amigos? −pero, quería preguntar primero.

Charlie asintió.

−Si, por suerte hay bastantes imbéciles de la escuela, pero ninguno estudia lo mismo, así que me los cruzo en fiestas o de vez en cuando. −le sonrió feliz de que no tenga que toparse con ellos. − ¿Qué tal las chicas por las que te olvidas que por lo menos tienes una amiga aquí?

−Lo siento, pero tu también te olvidas de mi, no me escribes, si yo no lo hago. −ella me hace un puchero.

−Tienes razón, deberíamos escribirnos mas seguido. −asiento, ya que estoy de acuerdo.

− ¿Que piensas de venirnos a visitar? A las chicas les gustaría conocerte. 

−A mi también me gustaría conocerlas. −me sonríe.

−Y también alguien mas. −suspiro y ella me ve con bastante normalidad.

− ¿Will? −la miro sorprendida. −Me imagine que te lo encontrarías, me imagine que si el era una buena persona como tantas veces me lo comentaste, volverían a ser amigos.

Por Un Beso Tuyo. (Hermanos Thomas #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora