XIX

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- ¿Podemos hablar? -le pregunto y ella abre la boca para contestar, pero no sale nada aun, me mira disimuladamente.

-Acabas de llegar Will ¿Has saludado a Rosie si quiera? -me pregunta y me pierdo un poco en la manera en la mueve su boca, la tiene de color vino y es muy provocativa, desde que empezó con esto de maquillarse y cambiar un poco su apariencia, normalmente sus colores eran claros, pero hoy simplemente luce fantástica y no puedo pasarlo desapercibido.

-Ya lo hizo, deberías de ir con el, oí que tu papá llegara pronto. -dice Rosie posándose a mi lado, ella voltea a mirarme sonriendo y le de vuelvo la sonrisa agradeciéndole.

-Bien. -acepta Ali, Rosie me dice donde ir.

Salimos al patio de la gran casa y podemos ver lo cerca que esta la casa de la playa, Ali sonríe apenas la tiene a la vista, se que le gusta, que le encanta tenerla a la vista, llenarse los pies de arena, a mi también me gusta, pero ella siempre estuvo encantada estando cerca y al parecer el tiempo aquí no la ha hecho cambiar de opinión, incluso se ve mas encantada ahora que cuando niña y eso es mucho que decir.

- ¿Tu papá? -ella asiente y sus gafas se resbalan por el tabique de su nariz, ella vuelve a ubicarlos a donde van. - ¿Qué lo hace venir?

-Son socios. -me mira con sus ojos marrones hermosos, pero su expresión es mas de fastidio y de ansia. -Viene cada año, a los cumpleaños de los padres de Rosie y a eventos, pero el no tenia idea que era amiga de su hija. 

- ¿Cómo se entero ahora? -ella se encoje de hombros y paramos de caminar para sentarnos, en unos bancos que hay. -¿Por que usas tus gafas justo ahora que es mas formal y no lo hiciste para la fiesta del sábado, que obviamente era mas casual?

-Es chistoso. -dice con cierta ironía en su voz. -Me envió un mensaje de como estaba cambiando y mas mierda de esa. -la miro sorprendido, pero en cierta parte me gusta y me recuerda a esa noche que también se le salieron ciertas palabras. - ¿Puedes creerlo? -se cruza de brazos y niega con la cabeza mientras mantiene su vista fija al mar.

-No, no puedo. -ella vuelve a fijar su vista en mi. - ¿Por eso las gafas? -ella asiente.

-Siento que si me ve con ellas le estaría dando la razón, se que es tonto, pero no quiero dársela. -suspira como si estuviera cansada.

-Siento que con o sin gafas, no estas cambiando. -ella asiente, mientras me mira. -Siento que estas volviendo a ser tu. -ella baja la vista. -La verdadera tu. -levanto su barbilla para que pueda verme y ella me sonríe, posa su mano sobre la mía que sostiene mi barbilla y la baja de allí, para posarla sobre el banco, pero su mano permanece sobre la mía.

- ¿Ahora puedes dejar de dar vueltas y decirme que es lo que quieres que hablemos? -dice bastante tranquila, pero se ve ansiosa por saber, así que asiento antes de soltar la bomba.

-Me siento algo decepcionado. -frunce el ceño sin entender. -En parte decepcionado de mi mismo, pero por otro lado decepcionado de ti.

- ¿De mi? -enarca una ceja incrédula.

-Decepcionado de mi que haya tenido que esperar a estar en ese estado, para decirte lo que en verdad siento. -sus mejillas empiezan a sonrojarse puedo verlo aun con tanto maquillaje, suelta su mano de la mía y se toma de ambas manos jugando con sus dedos nerviosa. -Siento que aun así me dieras una oportunidad de decírtelo y no lo hice, fue bastante cobarde, pero también me decepciona que pudiste decírmelo. -ella se levanta de donde estaba sentada con el rostro rojo, pero esta vez de la furia.

- ¡Eso no es de esa forma! -exclama con un tono de voz bastante seguro y como lo dije antes esta furiosa.

-No he terminado de decirte lo que quiero. -la interrumpo.

Por Un Beso Tuyo. (Hermanos Thomas #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora